Capítulo 28

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Mi humor mejoro con solo el hecho de pasar las horas con él. Ya ha oscurecido y las horas pasaron pero no se sienten. Porque lo tengo a él conmigo. No necesito besarlo o abrazarlo constantemente para convencerme que está aquí conmigo.

Siento como si hubiéramos desarrollado una conexión especial. Una conexión que no he tenido con nadie más, solo con él. Sus ojos verdes encuentran los míos en cada instante y se vuelve una lucha de poderes. Siento como si él quisiera apoderarse de mi cuerpo pero yo quiero seguir queriendo el control. Cuesta trabajo mantenerlo con él.

Tiene las facciones finas y parecen estar recortadas. Su piel es clara, como piñón. Sus labios son finos pero son suaves. Es alto, muy alto, probablemente el chico más alto que conozco. Tiene brazos largos y musculosos. ¿Cómo es que nunca lo vi en los pasillos en la escuela?

Con mi mano tengo apretado su pulgar. Es con lo único con lo que lo toco. En ocasiones nuestras rodillas chocan pero nuestras miradas no se separan y es como si habláramos exclusivamente con los ojos.

Con su mano izquierda sacó su celular para mirar la hora.

-Tengo una carrera dentro de veinte minutos. –Me dijo.

-¿Una carrera?

-Sí, arrancones, ilegales. Como quieras llamarlas. –Abrí los ojos, mucho. -¿Quieres ir?

-Ah. Eso es ilegal. –Dije nerviosa.

-Que sea ilegal no significa que sea malo.

-Es peligroso, te puedes matar en uno de esos autos.

-Descuida, nunca ha pasado nada. ¿Vienes?

-¿Quieres que vaya?

-¿Si te digo que sí, vas?

-Supongo.

-Entonces si quiero ir.

Con mi coche llegamos a la parte más oscura de la ciudad. Dejó mi coche estacionado enfrente de un local de tatuajes y le dijo a uno de los encargados que cuidara de él.

Me tomó de la mano y comenzamos a caminar por un callejón que estaba totalmente oscuro. A penas y puedo ver mis pies. A lo lejos se ven luces. Cada vez más nos acercamos a las luces.

Hay una gran cantidad de autos estacionados. Todos están modificados y pintados con colores y vivos muy llamativos.

Cruzamos por el camino que está libre de personas y autos. No hay muchas mujeres pero todas las que hay son rubias y voluminosas y cada que pasamos frente a ellas, se comen con la mirada a Asaiah. Siento celos pero yo estoy con él. Seguimos caminando hasta el final de la fila. Esta un coche que parece un chevy ya viejo, es de color negro con vivos morados a los costados. Y al lado del coche esta Winnie.

-Civatti, hermano. –Saludó Winnie con los brazos al aire. –Trajiste a tu chica. Te quieres lucir frente de ella ¿eh?

-Siempre procuro lucirme frente de ella. –Contestó y luego se dieron un abrazo.

Winnie me miro con una sonrisa condescendiente y me apretó el hombro con su mano regordeta.

-Qué bueno que hayas venido. –Me dijo. –Te divertirás, este chico nunca pierde una.

-Eres multi talentos. –Le dije a Asaiah con sarcasmo. -¿Quién lo iba a decir?

-Nombra algo y lo sé hacer. –Alardeo. –Veo que trajiste a tu hijo.

-Claro, es el mejor y si lo combinamos contigo. –Creo que ya sé cuál es la razón de su egocentrismo.

Bloqueó sus palabras en cuanto noto que empiezan a hablar de motores y nitrógeno. Comienzo a mover mis ojos para evaluar todo esto.

BestiaTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon