13 | Satomi

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Aún días después de lo sucedido continuo asimilando la noticia, Derek, Laura y Cora son hijos de Talia y Deucalion, el cual en un futuro se convertirá en un completa psicópata al cargo de una manada de alfas que sembrarán muerte, caos y terror. El mismo hombre que quedará ciego a causa de Gerard, y el que años en el futuro intentará reclutar a su propio hijo y a Scott McCall para que se unan a su manada.

Dios.

Hará a su hijo matar a Boyd.

Durante estos días me veo con dos grandes problemas:

El primero es la forma en la que mis pensamientos cumplen un ciclo que parece jamá acabar, analizo lo que Peter me dijo, recuerdo lo que Deucalion hace en el futuro, recuerdo las muertes que causa, me invaden las ganas de evitarlo y entonces recuerdo que no puedo interferir, que evitarlo va a causar que varios sucesos importantes no sucedan realmente: sin la amenaza de los alfas, los chicos jamás intentarán encontrar el Nemeton, y Stiles no dejará abierta esa puerta que le permitirá entrar al Nogitsune.

Por otro lado, Derek.

Hace unas noches, ya bastante tarde, me encontraba acotada intentando conciliar el sueño, más mi mente claramente tenía otros planes, —como ahora es común en mí— estaba pensando en todos los sucesos que he vivido junto a mis amigos, y las cosas que puedo llegar a alterar si es que cambio algo, cuando escuché pisadas y, luego de agudizar mi olfato, reconocí el aroma de Derek—luego tuve una pequeña discusión conmigo misma por haber memorizado el su aroma—. Me vestí y al notar que salía decidí seguirlo, lo sé, viendolo ahora parezco una completa acosadora, y todo lo que hago tal como vigilarlo desde la distancia y esconderme detrás de árboles cuando volteaba ahora me resulta algo perturbador al mirarlo desde una perspectiva mucho más clara que la que obviamente tenía aquella noche, sin embargo, lo importante es que lo seguí hasta una especie de cobertizo gigante en mitad del bosque donde no hizo más que besuquearse con Paige.

Es un idiota, Deucalion ya dijo lo peligroso que era andar por los bosques en  estos tiempos y el muy hormonal lo hizo de cualquier forma, ¡Para besar a una chica! Yo también lo hice, sí, pero lo mío fue por una razón mucho más prudente, mantenerlo a salvo.

Desde que presencie aquello cada intento que Derek ha hecho para intentar acercarse a mí me a causado unas incontrolables ganas de golpearlo que, si bien hasta ahora he logrado contener, termino descargando de alguna forma. Para darme a entender, ahora mi habitación tiene un agujero en su pared que da hacia el armario de Laura.

Pensé que sólo serían casos aislados provocados por Derek, soporté las bromas de Peter acerca de mi control los primeros días, pero luego comenzaron a molestarme de sobremanera, llegando a romper nuevas cosas, y lanzandole algunas de manera inconsciente, como hoy durante el almuerzo por ejemplo, cuando le lancé con todas mis fuerzas un tenedor con dirección hacia su ojo, y, cuando los demás me reprocharon por ello, me enojé aún más y me metí en una pelea con los Hale en la que logré herir a Derek y noquear a Laura.

Fue Talia la que finalmente me detuvo, y desde que recobré el control de mis acciones estoy sentada en el sofa de la sala, con mis pies marcando un ritmo sobre la alfombra rojiza y bajo la atenta mirada de Derek.

  —Pensé que tenías una cita con Paige—murmuro rascando mi nuca.

No sé que decir, jamás he sido violenta, no tengo idea de donde provino toda aquella furia, aunque supongo que se debe a la influencia de la luna llena. Es justamente esto lo que tanto temía de volverme una mujer loba, perder el control, herir personas.

 —Puede esperar—asegura él a lo que yo asiento.

  —¿Te duele mucho? —pregunto preocupada luego de un pequeño silencio, sintiéndome culpable, Derek sonríe.

Paradox ↯ Teen WolfWhere stories live. Discover now