Paradox ↯ Teen Wolf

19 | Kate Argent pt 1

  —¿Me vas a dejar explicarlo?

Sorbo un poco más del café que tengo entre mis manos sin mirar al pelinegro parado en la puerta de mi habitación. Mi cabeza continua intentando asimilar el hecho de que salté del dos mil tres al dos mil cinco, y que Derek y Kate...

Mis manos se aferran con más fuerza a la taza de café, mi ceño se frunce durante unos segundos y entonces Derek suelta un gruñido he ingresa en el cuarto. Su aroma impregna la habitación y yo me esfuerzo por disimular que en realidad me encuentro disfrutando de ello, cuando el de ojos cafés finalmente llega hasta mí, se sienta en la cama a mi lado mirándome a los ojos. Dejo la taza sobre la pequeña mesita de noche a un lado de la cama, me resulta un lindo gesto de que no hayan cambiado nada aquí.

  —Lo que Peter dijo...

  —No me enoja lo que Peter dijo—interrumpo rápidamente, sorprendiendo al muchacho—. Entiendo que luego de no verme por un año te hayas permitido tener algo con otra persona, yo sólo...

  —¡No tengo nada con otra persona!—Me interrumpe ahora él, sonando algo desesperado por lograr hacer que le crea—Te juro que no, yo...—Su ceño se frunce y es claro que le cuesta encontrar las palabras que quiere decir, por lo que suelta una maldición por lo bajo y luego golpea la cama lleno de frustración—Eva, lo de Kate no fue nada ¿Bien?—Toma mis manos—Sólo fueron un par de miradas, ella se me lleva insinuando prácticamente desde que llegó a Beacon Hills—explica para luego bajar la mirada y soltar un suspiro, probablemente obligándose a tranquilizarse.

Escucho los acelerados latidos de su corazón comenzar a tranquilizarse, él aplica un poco más de presión en el agarre de mis manos y yo me veo golpeada por el hecho de que Derek se vea tan afectado por lo que sea que haya hecho.

  —Si la besé—admite como si le costara pronunciar aquellas palabras—. Y sí, más de una vez—agrega de la misma manera—. Pero juro que no significó absolutamente nada yo... No sé—baja la mirada nuevamente—, sonará estúpido pero creo que en realidad estaba enojado contigo—suelta haciendo que frunza mi ceño, confusa y sorprendida por aquellas palabras.

El silencio se apodera del lugar, todo lo que hago es mirar a Derek expectante por sus siguientes palabras, aún asimilando lo último que dijo.

  —Eva te esperé—suelta entonces volviendo a mirarme, sus ojos poseen ese brillo especial que rara vez aparece sobre ellos—. Juro que lo hice—asegura, y entonces yo poso una mano sobre su mejilla y él cierra los ojos nuevamente, posando una de sus manos sobre la mía como si tuviera miedo de que pensara en dejar de acariciarlo—, no pensé en nadie más que en ti durante meses y... Mierda, te extrañé muchísimo—Sus ojos vuelven a abrirse—. No tengo nada con la hija de Argent—asegura—, y tampoco quiero tenerlo.

  —Te creo.

Mis palabras parecen quitarle un gran peso de encima, y entonces me inclino hacia él para besarlo. Él permanece estático durante unos segundos, pero finalmente responde al acto de manera hambrienta, desesperada.

Me dejo llevar. Me pierdo en Derek, me embriago en su aroma y su sabor, me dedico a disfrutar de las sensaciones que produce su lengua cuando se encuentra con la mía y la forma en la que mi piel parece arder por donde él pasa sus manos.

Estoy dispuesta a todo con Derek.

Y él está dispuesto a todo conmigo.

Finalmente caemos en la realidad, justo cuando sus manos jugaban por debajo de la remera que llevo puesta, cuando la suya ya se encontraba regada en algún lugar de la habitación y todo lo que yo hacía era recorrer su espalda con mis manos mientras luchaba contra los jadeos a causa de los besos que él se encontraba dejando en mi cuello.