VII | Pesadilla

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Caigo rendida a un lado de Derek, mi respiración continua siendo acelerada y mantengo mi mirada puesta sobre el techo unos cuantos segundos, luego, al girar mi cabeza, me encuentro con la mirada picara del Hale clavada sobre mí. 

  —¿Tecer round?  —suelta entonces y yo largo una risita para luego empujarlo.

  —Buen intento  —digo dando unas palmadas sobre su pecho para luego tomar la camiseta que me había prestado la noche anterior y ponermela—. Pero esta loba tiene hambre  —digo, levantándome.         

Lo escucho soltar una risita y yo sonrío. El amanecer colándose por los ventanales del loft y la sonrisa de Derek logran reconfortarme, espantado el horroroso recuerdo de la pesadilla que tuve.

Porque eso es todo lo que fue.

Una simple pesadilla. 

Una vez encuentro el refrigerador saco jugo y mermelada, Derek aparece a mí lado únicamente vestido por un pantalón y yo me permito admirar su físico, mentiría si dijera que nunca antes había observado a Derek, pero jamás había tenido la oportunidad de hacerlo con tal detalle. Él saca unas tostadas de algún lugar el cual no detecto, puesto que me veo perdida en sus abdominales y, cuando él lo nota, me envuelve con sus brazos para dejar un nuevo beso sobre mis labios.

  —Tengo que dar clases hoy  —anuncia, a lo que yo hago un puchero—, ¿Tú estarás bien?

  —Creo que ya hemos comprobado que puedo cuidarme sola  —comento, esbozando una sonrisa divertida, pero Derek se mantiene serio, preocupado—¿Qué pasa?

  —Eso me pregunto yo  —responda, alzando sus cejas de forma leve, yo frunzo el ceño confusa—. Amor, no tienes que hacerlo si no quieres, pero ¿Piensas contarme sobre tu pesadilla?

Un cosquilleo me recorre de pies a cabeza frente a la normalidad con la que me llama amor, no tengo forma de explicar la electricidad que me invade de repente frente aquella palabra, los recuerdos de la noche anterior regresan a mí. Ambos nos dijimos que nos amamos, justo después de la pesadilla. Inevitablemente el recuerdo tiene un regusto amargo, pero se ve completamente opacado.

  —¿Qué?—pregunta, confuso.

  —No es nada  —respondo rápidamente, negando con la cabeza—. Sólo, no me esperaba que me llamaras así—suelto—. No porque no me guste—aclaro rápidamente, Derek abre sus ojos como si acabara de comprender lo que dijo—, amor, me encanta—agrego, rodeando su cuello con mis brazos para luego besarlos nuevamente.

  —Lamento si te incomodé  —dice él una vez sus labios abandonan los míos, rojos, inchados, suplicando que los bese nuevamente—. Supongo que estoy acostumbrado a decirlo por...

No hace falta que termine de hablar, sé perfectamente lo que quería decir antes de callarse.

Paige.

Está acostumbrado por decirle así a Paige.

Un incomodo silencio se instala entre nosotros, yo clavo mi mirada en el suelo, y muerdo mi labio. Derek permanece paralizado, probablemente reprochándose su error.

  —Eva...

  —Está bien  —respondo seca, evitando su mirada.

Desayunamos en silencio, y yo apenas toco la comida. La mirada cargada de culpa de Derek no me ayuda en lo más mínimo.

Inevitablemente pienso en la castaña, la chica que estaba destinada a ser el gran primer amor del Hale, a la cual salvé de su muerte. Mi estomago se revuelve al recordar que está embarazada, ella y Derek van a tener un hijo, y en parte es gracias a mí.

Paradox ↯ Teen WolfWhere stories live. Discover now