12 | Encuentro

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Con la presencia de Peter y la ausencia de Derek sumadas a la ecuación, había imaginado que la tarde que me esperaba sería todo un martirio. Pero, para mi sorpresa, no resultó así.

Cumpliendo con su palabra, los Hale me hablaron sobre como podía concentrarme para apagar o activar mis supersentidos. Almorzamos de manera tranquila, hablando y riendo.

Peter puede llegar a ser muy encantador cuando no es un completo idiota.

Luego del almuerzo, comenzamos a jugar carreras junto con Cora, llegué a ganarle una vez a Laura, y lo cierto es que eso me pareció un gran avance, después de todo, para cuando logré ganarle ya había perdido otras seis, y claro, sólo hablando de las que hice con la castaña del mechón rojizo.

  —¿A donde vas cuándo te quedas así?

Las palabras de Peter me devuelven de manera brusca a la realidad, sacudo levemente mi cabeza y luego lo miro a la par que llevo unos mechones de mi cabello detrás de mi oreja. El sol comienza a ponerse en el horizonte, el cielo se cubre de tonos rosados y anaranjadas, y siento una punzada sobre mi pecho que por suerte logro disimular al comprender que, claramente, el almuerzo con Paige debió extenderse demasiado.

Es su primer amor, Eva.

 Mas no importa cuantas veces me repita aquello, las sonrisas que el pelinegro me ha dedicado hasta ahora regresan a mí una tras otra, y aquella frase deja de tener importancia, al igual que el hecho de que estoy en el pasado y no puedo cambiar nada  o podría poner en peligro mi propia vida.

  —No lo sé —respondo finalmente bajando la mirada, escucho las risas de Cora y Laura a unos metros de distancia, ambas se encuentran jugando—, supongo que a casa —Me hundo en hombros mirando nuevamente los orbes azules del Hale a mi lado.

—¿Qué es lo que más extrañas? —pregunta él con curiosidad, ladeando mi cabeza, yo suelto una pequeña risita.

  —¿Sabes? Es curioso —comento sonriente, y mi gesto parece contagiarsele al pelinegro, puesto que también lo hace—, pensé que extrañaría cosas como la tecnología, o... No sé, idioteces... Pero sobre todo extraño a mis padres, detalles más que nada, la forma en al que papá me saludaba con un beso en la frente siempre que llegaba a casa, o mamá cantando mientras cocinaba—La melancolía cubre mi rostro y los recuerdos logran que las lagrimas se acumulen de manera repentina en mis ojos, por lo que bajo la mirada nuevamente.

Escucho a Peter moverse pero no le presto atención, entonces siento su mano sobre mi mejilla y, cuando lo miro nuevamente, deja un sonoro beso en mi frente para luego alejarse con una sonrisa de lado que desprende algo que no había visto en él hasta ese entonces.

Me quedo sin palabras, mi piel se eriza y entonces él comienza a acercarse. Comienzo a prever el grave error que estoy apunto de cometer (uno nuevo a la lisa) cuando, para mi suerte, Cora interrumpe la escena.

  —¡¿Ahora con mi tío?!

  —¡Cora! —La reprende Laura. 

Peter suelta una risita y yo también lo hago, entonces quita su mano de mi mejilla y es ahí cuando descubro que en realidad no quería que lo hiciera, pero no digo nada, simplemente evito su mirada probablemente viéndome tan roja como un tomate.

  —Ya es bastante tarde, mejor juntamos todo esto —propongo a lo que Peter asiente de acuerdo.

Comenzamos a juntar toda la comida que nos sobró, sin embargo, mientras lo hacemos, Peter se paraliza y yo lo miro confusa, preocupandome al notar la expresión sobre su rostro.

  —Laura.

Mi mirada viaja hacia la castaña, quien tiene la misma expresión de preocupación que su tío, ella toma entre sus brazos a la pequeña Cora y se apresura para llegar a nosotros, yo los miro sin comprender lo que está sucediendo hasta que la del mechon rojo toca su oído dos veces, indicándome que escuche. Eso hago.

Paradox ↯ Teen WolfWhere stories live. Discover now