[REESCRIBIENDO]
Ella pensaba que nadie podía amarla, tenía el pensamiento de que nadie era capaz de enamorarse y hacer todo lo posible para estar con ella. Él lo hizo, le demostró que todas las personas tienen derecho a recibir amor.
Esta obra e...
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Y como si el mundo estuviera en mi contra, el tiempo pasó demasiado rápido, tanto que ahora estoy en el coche de mi jefe. Un silencio incómodo se crea en el ambiente de aquel espacio cerrado.
- ¿Cuál es su nombre? - preguntó sin apartar la vista de la carretera.
-Sam- soné segura y el me miro para después tomar mi mano y besarla. Si claro, no te engañes Sam. Lo que en realidad pasó fue...
-Sa-Sam- sí, eso fue lo único que salió.
-Oh- rio por lo bajo. Su celular sonó y contestó después de unos segundos.
- ¿Sí? Acasia, no. Nathan no va a ir allá. Invitó a la chica de ayer. ¿Ya te contó? Está bien, ya casi llego. No lo dejes ir, Acasia- corta la llamada y suspira. Miro por la ventana y cierro los ojos. Tal vez no debería venir, en los libros el jefe y la secretaria se enamoran, aunque no quieran, si yo escribo un libro voy a asesinar al protagonista, para ver como sufren los lectores. Jamás pensé que había tanta crueldad en tu corazón, Sam.
Bien, solo vas por la ropa y te vas de ahí, traes dinero para venirte sola así que no veo el problema.
-Llegamos- bajo del auto y antes de que abriera mi puerta, yo estaba acomodando mi bolso sobre mi hombro mientras observaba la gran mansión del hombre detrás de mí.
-Nathan debe de estar esperando, entra sola, me tengo que ir- se subió a su auto otra vez y salió de ahí a gran velocidad. Tiene suerte de que no me enoje por cualquier cosa.
Entré lentamente a la casa, caminé cautelosamente cuando vi a Nathan corriendo a mí.
- ¡Sam! - me puse a su altura y lo abracé - ¡Gracias por venir! Ven, te quiero presentar a mi mamá- me jaló mientras sonreía. Entramos a una habitación donde una mujer estaba sentada mientras leía un libro.
- ¡mamá!¡mamá!¡ella es Sam! - lo que supongo que es su madre se levantó rápidamente y me abrazo fuerte.
- ¡me alegro de poder conocerte! gracias por salvar a mi querido hijo- reí internamente.
-Un gusto señora Acasia- miré a Nathan -su hijo es encantador y muy educado, no fue problema para mi cuidarlo una noche- Nathan se acercó a mí y tomo mi mano.
-Gracias, Sam. No sé qué hubiera hecho si alguien malo lo hubiera encontrado primero- suspira. Nathan me jala del brazo para que lo siga.
-Te voy a enseñar mi habitación- corrió escaleras arriba, emocionado. Al entrar lo más notable son todos los patos de juguete, los cuadros de Batman y su cama en forma de monstruo.
-Vaya, es linda- tomé un juguete de pato y lo miré atentamente.
-Gracias, yo mismo la decore- dijo orgulloso de su trabajo. Dejé el pato donde lo encontré.
-Ya es hora de irme Nathan- puso gesto triste y me abrazo.
-No, ¿Por qué? - sollozó y lo cargue.
-Tengo que ir a casa, pequeño- bese su mejilla -Pero podemos ir al parque mañana, ¿Qué te parece?, solo si tu mamá te deja- baje las escaleras y me acerque a la puerta.
- ¡Si! ¡¿Mamá puedo ir al parque con Sam mañana?!- grito y Acasia salió de su habitación con un vaso en la mano.
-Claro, cuando salgas del trabajo Nathan estará ahí. ¿Después podrías traerlo a casa? - asentí rápidamente.
-Por supuesto, muchas gracias, señora Acasia- Nathan beso mi mejilla y lo baje. Acasia desapareció por la puerta de su habitación -Ya me tengo que ir. Nos vemos mañana, pequeño- abrí la puerta y Nathan sacudió su mano en forma de despedida.
- ¡Adiós Sam! - cerré la puerta y salí a la calle, no sin antes ver a mi jefe en su auto con una chica. Parece que hablan, de pronto ella lo besa, y claro él lo sigue.
