Capítulo 32

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No me sentía del todo bien sabiendo que mi papá se haya alejado de mí, pero Noah tenía razón, algún día tendría que separarme de él y tal vez este era el momento

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No me sentía del todo bien sabiendo que mi papá se haya alejado de mí, pero Noah tenía razón, algún día tendría que separarme de él y tal vez este era el momento. Matt y yo tomamos un autobús hacía los apartamentos que me había dicho. Era incómodo que la gente te mirara raro, según yo era muy normal llevar maletas, aunque hubiera tan poco espacio a pesar de que ya era tarde las personas seguían afuera como si fueran las doce de la tarde.

-No te preocupes Sam, todo va a salir bien, además, me tienes a mi así que no te hará falta nada- reí - ¿Recuerdas cuando decíamos que algún día íbamos a vivir juntos? era en nuestra época de rebeldía- yo asentí, lo recordaba perfectamente, ese día no habíamos ido a clases, aunque cuando llegamos a nuestras casas nos dieron un buen regaño porque el director les había llamado -Este es nuestro momento pequeña.

Tenía razón, este era la hora de comenzar a vivir, sin sentirme juzgada y hacer cuantas locuras pueda.

Al llegar los dos nos bajamos con nuestro equipaje, entramos y vimos a un chico bastante lindo que estaba en la recepción.

- ¡Hola! Bienvenidos a los departamentos Pineville, mi nombre es Ashton White y seré su servidor en esta hermosa noche- su entusiasmo al recibirnos nos confundió a los dos, en serio le gustaba tanto su trabajo o solo era el protocolo.

-Ehmm, gracias, Ashton, ¿Podríamos rentar un departamento ahora mismo?

- ¡Por supuesto!, supongo que es para dos personas- los dos asentimos -Bien, tenemos un departamento maravilloso, con cocina, comedor, salón, dos habitaciones con baño cada uno. Pueden venir por aquí y se los muestro.

Los dos lo seguimos mientras nos iba diciendo en donde estaban los lugares de este edificio, escuché que tenía piscina, aunque casi nadie estaba ahí, tenía un restaurante y un campo para salir a caminar, de verdad me gustaba mucho la decoración y la estructura en sí. Los tres subimos al elevador y él marco el piso cuatro.

- ¿Ya les conté que tenemos un excelente servicio? Si en caso de que no quieran bajar a comer nosotros les traemos su comida hasta la puerta de su casa- Yo me podía controlar para no ser imprudente, pero Matt no lo creo.

- ¿Por qué hablas tan entusiasta? ¿En serio te gusta tu trabajo? - él chico seguía sonriendo, está bien, esto comenzaba a dar miedo, me escondí tras la espalda de Matt.

- ¡Claro! Amo mi trabajo- mi amigo y yo entrecerramos los ojos -bueno, es parte del protocolo, mi padre dice que siempre debemos de sonreír para agradar a los clientes- el chico dejó de sonreír y dio un pequeño masaje en sus mejillas por tanto sonreír, las puertas del elevador se abrieron y los tres bajamos, según lo que nos había dicho él eran dos departamentos por piso, entonces quiere decir que tenemos vecinos que realmente espero que no sean una molestia, el nuestro era el de la parte derecha, Ashton abrió la puerta y nos dejó pasar.

-Bien, como ven es moderno y a mi parecer me encanta, si nos les gusta les puedo enseñar uno que está en unos pisos más arriba.

Matt y yo nos miramos mientras veíamos y tocábamos todo del lugar.

-Nos quedamos con este- él chico asintió al escucharnos decir eso casi al mismo tiempo.

-¿Qué les parece si mañana firman su contrato y pagan el primer mes de renta? Los quiero dejar descansar, se ve que tuvieron un día cansado.

-Gracias, por supuesto, mañana firmamos- Matt acompañó al chico a la puerta y él se despidió. Al cerrar la puerta mi amigo y yo soltamos todo y corrimos para ver las habitaciones, entré primero a una y Matt me aventó algo que encontró en un mueble en la la cabeza tratando de detenerme, sin lograr su cometido me arrojé a la cama nombrando esa habitación como mi territorio.

-No es justo, ¿Cómo es que no te dolió el golpe? - reí.

-era un ramo de flores artificiales- él se quejó y se fue a la otra, aceptando su derrota. Moví las maletas a mi habitación y comencé a acomodar todo, estaba cansada tal vez mucho, pero odiaba dejar las cosas desordenadas, al poco rato de empezar a acomodar mis cosas los ronquidos de Matt se escucharon, así que cerré la puerta y mi celular comenzó a sonar, era un número desconocido, dudé en contestar, pero finalmente lo hice.

- ¿Sam? - era Noah.

-Oh, Noah, ¿Cómo conseguiste mi número?

-Matt me lo dio- él rio y yo pensaba en que lo iba a golpear -pensé que ya estarías dormida.

-Estaba acomodando mi ropa en mi nuevo armario- metí unos libros que me había comprado mi papá cuando era pequeña.

-Oh, ¿Es bonito tu departamento?

-Me gusta mucho, tiene unos colores muy sutiles- Sonreí mirando el color de las paredes.

-Me alegra que estés bien, estaba preocupado por ti, no parecía que fuera fácil para ti separarte de tu padre.

-No fue fácil, pero tienes razón, algún día iba a tener que pasar, por cierto, me encantaría pasar los planes que tienes conmigo- no podía evitar sonreír al imaginar su expresión.

- ¡Que alivio! Ya estaba pensando una manera de convencerte para hacer toda esas aven...- lo interrumpí, inconscientemente, o no.

-Me gustas demasiado.

El día que le conocíWhere stories live. Discover now