El día que le conocí

Capítulo 36

No había salido de mi oficina en ningún momento desde que entre, estaba muy nervioso y no dejaba de dar pequeños golpes al escritorio contra la mesa. Hace un rato había firmado el contrato que he estado esperando por el buen negocio que iba a tener nuestra empresa familiar, miraba el reloj contando los minutos y segundos, debía tener presente la probabilidad de que ella me rechazara, eso iba a doler, pero no me rendiría, iba a persistir con ella. Tocaron a mi puerta, eran débiles y casi inaudibles, Sam asomó su cabeza tímidamente.

-Ya llego la hora de salir, yo me retiro para ir con mi psicólogo- me levanté y tomé las llaves de mi auto.

-Claro, ayer te dije que te iba a acompañar, vamos- salimos de mi oficina y tome su mano.

- ¿Estas bien? Pareces nervioso o asustado- negué rápidamente mientras hacia un intento por sonreír.

-Estoy perfectamente bien- agitaba mi mano despidiéndole de los empleados que estaban en ese piso, lo hacía casi a diario y esta vez me distraía un poco de mis pensamientos.

Ella me jalo un poco y me metió en el elevador presionando el primer botón, entre nosotros se había creado un silencio, los dos estábamos en nuestros pensamientos, ninguno prestaba atención a nuestro al rededor que no nos dimos cuenta de que las puertas se habían abierto, nos despedimos de la recepcionista que nos miraba extraño, salimos de la empresa y nos subimos al auto.

- ¿Cómo está Nathan? Hace tiempo que no lo veo- juntó sus manos en su regazo.

-Bien, está bastante tranquilo, hace poco me entere que él sabe mucho, no sé de dónde, pero para su edad tiene mucho conocimiento- ella me miraba y era imposible ponerme más nervioso de lo que ya estaba, presione el volante para tranquilizarme un poco.

-No sé qué le pasa, pero no se ve bien.

-No, no, estoy bien, no te preocupes.

-Bueno, pero si le pasa algo puede decírmelo con mucha confianza- como no quererla, es tan linda y me encanta.

Ya estábamos entrando al lugar, ella pasó a la habitación y yo me senté a esperarla mientras miraba mis zapatos, uno tenía una pequeña mancha de polvo, la estaba limpiando cuando mi celular comenzó a sonar.

- ¿Sí?

- ¡Noah! Hay un problema con nuestro plan, decidimos hablarle a Matt sobre lo que íbamos a hacer y nos dijo que Sam se enojaría mucho, odia llamar la atención- Douglas sonaba preocupado y triste a la vez -Que lástima, nuestro plan era perfecto.

- ¿Entonces no le voy a decir nada? - inmediatamente mis hombros se relajaron y suspiré más tranquilo.

-No, tú si se lo vas a decir, solo que ya no con nuestro plan, tú eres ingenioso y sabrás que hacer, pero de qué se lo dices hoy, si se lo dirás. Por cierto, después de que salgan de ahí ve a un restaurante, al que está terminando está calle, todos te seguiremos de cerca, no nos podemos perder ese momento- al terminar de hablar cortó la llamada.

Si ellos iban a estar ahí, ya no podría huir, lo iba a pensar, seguramente estando ahí se me ocurriría algo.

Después de una hora Sam salió de ahí, con una sonrisa y lucia más tranquila.

-Ya, vamos- me levanté sin mirarla a los ojos, ya saben, si no la miro ella no está ahí.

- ¿Vamos a comer algo? - ella asintió y tomó mi mano, los dos salimos del lugar para subirnos a mi auto.

-Hablar con una persona es muy gratificante, me hace bien recibir consejos y desahogarme- encendí el auto y conduje al restaurante, quedaba bastante cerca eso no lo sabía Sam y cuando vio que me paré en frente de me quedó viendo - ¿Aquí? Pudimos caminar- se bajó y yo la seguí.

Ambos entramos y miré todo el lugar, no para buscar una mesa sino al pequeño grupo que estaban sentados en una mesa al fondo, nos estaban mirando, yo los note, pero Sam si buscaba una mesa y cuando la encontró me jalo del brazo. Nos sentamos y un mesero se nos acercó, los dos pedimos una ensalada y una malteada, decidí esperar un poco más para decirle. Ella decidió dejarme de frente a Nathan, Acasia, Douglas, Connor, mi madre y Matt, así que podía ver todas las señas que me estaban haciendo eufóricamente.

-Has estado muy serio hoy, lo siento si estás así por mi culpa.

-Oh no, no eres tú, es que tengo algo en la cabeza que no me deja pensar con claridad.

Ella asintió lentamente y tomó mis manos.

-Te quiero Noah- el grupo se acercó mucho a ella que pudieron escuchar lo que me dijo, se pusieron a saltar y a emocionarse sin importar que todos los vieran extraño.

-Y yo te quiero a ti Sam- Matt fingió desmayarse y Douglas lo sostuvo mientras le echaban aire -y por eso, quería pedirte, que formalizáramos una relación- lo último lo susurré, pero si lo escucho porque se sonrojo y apartó rápidamente la mirada.

- ¡Si! Claro que quiero- se levantó y se arrojó a mis brazos, la abracé y sonreí emocionado. Estoy tan feliz en este momento...

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Aquí está el capítulo más hermoso de esta historia, espero que lo hayan disfrutado mucho ❤️

¡Los quiero! 🌟