Capítulo 7

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¿Por qué el Domingo tarda tanto en llegar? Aquí estoy un viernes, sentada en la silla de mi escritorio sin absolutamente nada que hacer. Me levanté de ahí y caminé al área para descansar de empleados. Un té me vendría bien; serví agua caliente en una taza y puse el pequeño saco de té, mientras esperaba decidí llamar a Matthew. Contestó al tercer tono.

- ¡Sam! Pensé que ya te habías olvidado de mi- farfulló muy bajo.

-Eres mi mejor amigo Matt, no me podría olvidar de ti y lo sabes- Escuché su risa al otro lado de la línea.

-Lo sé, Sam. ¿A qué se debe el honor de escuchar tu melodiosa voz? -

- ¿Qué te parece si vienes mañana por mí cuando salga del trabajo? Ya sabes, a tomar algo o un maratón de Stranger Things en mi casa- Puse miel a mi té y lo revolví un poco.

-Mmm... Prefiero el maratón. ¿Debería llevar algo? - Tomé un pequeño sorbo del té.

-Lo que quieras- Salí de ahí y caminé a mi escritorio.

-Está bien, Sami. Nos vemos después, mi madre me necesita. Te quiero- Colgó sin esperar mi respuesta. Yo también lo quiero, tal vez más de lo que él me quiere a mí. Él fue la única persona que quiso ser mi amigo y desde ese momento somos inseparables.

Me senté en la silla y seguí con mi té.

***********

¡Por fin era hora de salir! Estuve girando en mi silla por dos horas ¡dos horas!

Toqué esa gran puerta donde se supone que debería estar mi jefe, aunque no lo vi salir en todo el día. Esperé minutos, pero nadie contestó. Sin pensarlo abrí la puerta y lo vi sentado, con la camisa desarreglada, su cabello despeinado y con un vaso con alcohol. Si, amigos míos, estaba ebrio.

- ¡Sam! ¿Te han dicho que eres bonita? Sin importar tu físico eres hermosa- Se levantó y me abrazo.

- ¿Hoy tienes que salir con mi sobrino, cierto? - tomó las llaves de su auto - ¡Yo manejo! - Para mí increíble sorpresa él a pesar de estar ebrio hablaba muy bien, y cuando me di cuenta ya estábamos en el elevador.

- ¡Oh, Sam! ¡Me alegro de que estés aquí! Lo necesitaba- susurro lo último. Su ánimo cambio hasta estar triste, y para mi sorpresa, empezó a llorar.

El día que le conocíМесто, где живут истории. Откройте их для себя