[REESCRIBIENDO]
Ella pensaba que nadie podía amarla, tenía el pensamiento de que nadie era capaz de enamorarse y hacer todo lo posible para estar con ella. Él lo hizo, le demostró que todas las personas tienen derecho a recibir amor.
Esta obra e...
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La hora llegó y Noah pasó a mi escritorio para irnos a arreglar ese contrato. La chica que estaba con él salió resignada al no lograr seducirlo, ¡Ja! ¡En tu cara chica!
- ¿Señorita Hampson? - puso su mano en mi brazo tratando de llamar mi atención.
- ¿Sí? - me levanté y acomodé mi falda.
-Es momento de irnos- tomé mi bolso y caminé junto a él hacia el ascensor, entramos y marcó el primer número.
-Gracias por acompañarme no quería ir con la chica que llegó- me sonrió agradeciendo.
-No se preocupe, ese es mi trabajo- salimos y subimos a su auto. Él comenzó a manejar, yo no sabía dónde estaba esa empresa, lo que me hacía estar tranquila es que si me llega a hacer algo la noticia se hará famosa y eso no le conviene para su reputación.
-Bueno, señorita, hay una pequeña mentira que le dije- lo miré con curiosidad -Quería salir a comer con usted, pero no se lo dije frente a esa chica porque ella iba a hablar mal de usted y eso es lo que menos quiero- me miró y sonrió levemente.
-Gracias por tomarme en cuenta, señor West- bajé la mirada un poco sonrojada.
-No es nada- paró un momento dejando cruzar a un anciano con un perro -Pero me perdona por haberle mentido, ¿cierto?
-Claro, no se preocupe por eso- me sonrió, insisto en que su sonrisa es perfecta, es como ver un cielo nocturno lleno de estrellas.
Después de eso los dos nos quedamos en silencio, solo se podía escuchar el ruido de los autos y el gran suspiro que acaba de dar, miré la hora impaciente y noté que ya casi era hora de entrar a trabajar otra vez.
- ¿Señor? - sólo lo vi asentir con la cabeza en señal de que me estaba escuchando - Ya casi se acaba el tiempo de estar fuera del trabajo- miró su reloj para después mirarme a mí.
-Lo sé, pero no se preocupe está con su jefe y no importa- me dedico una sonrisa tranquilizadora, ¿Por qué siempre está sonriendo? Avanzamos hasta llegar a un pequeño restaurante sin lujos, algo que me sorprendió viniendo de un hombre millonario y demasiado atractivo.
- ¿Vamos? - solo pude asentir antes de que él ya esté abriendo la puerta de mi lado, tendió su mano hacía mí y la tome un poco nerviosa.
-Gracias- susurré por lo bajo, seguía sonriendo, como si en verdad le alegrara pasar tiempo conmigo. Caminamos hasta la entrada y como todo un caballero me dejó pasar primero a mí, elegimos una mesa al fondo de aquellas cuatro paredes.
-Aquí venía con mi familia, antes de que le pasara aquello a mi hermano- por primera vez en todo este tiempo dejó de sonreír convirtiéndola en un gesto triste y melancólico. No sabía si preguntar más de ese tema así que lo dejé pasar.
-lo lamento mucho- respondí incómoda, él solo negó y volvió a esa curva en su rostro que denotaba alegría, el cambio tan drástico de sus gestos me confunde un poco, no sé si deba de seguir como si nunca me hubiera contado de que le pasó algo a su hermano.
-Cuénteme de usted- su mirada atenta se posó en mi haciéndome poner más nerviosa de lo que ya estaba.
-Pues... No hay mucho sobre mí- tomo unos segundos para pensarlo -Me gusta leer.
-Oh, ¿En serio? ¿Qué le gusta leer? - iba a comenzar a hablar, mi tema favorito era sobre la lectura, pero un chico me detuvo.
-Hola Nick, ya sabes, lo mismo de siempre para los dos- le dedicó una sonrisa y él se fue -Le encantará la comida de aquí, ahora si ¿Qué le gusta leer?
-Romance, me gustan mucho los clichés, aunque nunca he tenido uno- él río delicadamente.
-Algún día tendrá uno, se lo aseguro- me guiño un ojo y su celular comenzó a sonar -Disculpe, tengo que contestar, no tardo- se levantó y se alejó un poco.
No entiendo que fue eso, pero sin duda tuve que limpiar mis manos por los nervios.
