[REESCRIBIENDO]
Ella pensaba que nadie podía amarla, tenía el pensamiento de que nadie era capaz de enamorarse y hacer todo lo posible para estar con ella. Él lo hizo, le demostró que todas las personas tienen derecho a recibir amor.
Esta obra e...
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Se dejó caer en el suelo del elevador y enredo su cabello entre sus dedos mientras seguía llorando.
- ¿Señor Noah? - me senté a su lado.
-Lo necesito...- No sabía qué hacer, ¿Lo abrazo? No soy la mejor dando consejos, además no sé de qué habla, así que... Pasé mi brazo por sus hombros y lo atraje un poco hacia mí. Él dejó que lo hiciera, puso su cabeza en mi hombro y empezó a sollozar.
-Él... Ya no está... Y aún no lo acepto, yo... Lo extraño- Jamás pensé que lo iba a ver llorar, y lo peor es que no sé porque lo hace, está bien, él ya no está, pero ¿Quién ya no está?
-Todo estará bien- Mentira - Deme las llaves de su auto y lo llevo a su casa.
- ¡No! Mi casa no, por favor...- balbuceó y me levanté.
-Está bien, lo llevaré a mi casa- lo ayudé a levantarse. Solo esperaba no equivocarme...
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La luz roja se encendió en señal de que debía detenerme.
-Sam... Gracias por ayudarme- Giré mi cabeza a él y noté que me estaba mirando.
-Oh, no hay problema- Sonreí levemente, pero él no apartaba su mirada de mí. Se acercó lentamente. ¡Está muy cerca de mí! ¡Alerta roja! ¡Alerta roja! El ruido que hacían los autos detrás de mí me obligó a apartar la vista y a avanzar con mi corazón latiendo frenéticamente, ¿Me iba a besar? ¡Oh si Sam, te iba a besar! ¡Joder! ¡¿Por qué te apartaste? Mientras mi conciencia moría de emoción yo estacionaba el auto en el aparcamiento.
-Llegamos- Salí y rodee el auto para abrir su puerta y ayudarlo -Vamos señor Noah- tomé su mano y lo jale para sacarlo.
-Gracias otra vez Sam- caminamos lentamente a la entrada y abrí la puerta con dificultad con su mirada encima mío. Pasamos y lo llevé a mi habitación, hice que se sentará en mi cama y su expresión cambió.
-Me estoy mareando... Creo... Creo que voy a vomitar- No me dio tiempo a contestar cuando ya había vómito por mi piso.
-Lo siento... Yo lo limpiare...- Suspire cansada.
-No, déjelo yo lo haré, usted necesita dormir- se acostó y lo cubrí con la sabana.
Mi celular comenzó a sonar y contesté rápidamente.
- ¿Sam? - Se escuchaban voces al otro lado de la línea.
-Sí, papá, soy yo, ¿Qué pasa? - miré a Noah, estaba profundamente dormido.
-Pasaré la noche en la oficina, tengo que hacer un trabajo muy importante- ¡Esto es realmente oportuno!
-Sí, no te preocupes estaré bien, te quiero- contuve mi felicidad y terminé la llamada. Tengo que limpiar esto, suspire cansada.
