ʙᴏʏ ▪ ⁿᵃᵐᵍⁱ

b r i s a o t o ñ a l

[ Menciones de insultos homofóbicos ]

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Brisa otoñal:

     Namjoon está cojeando camino a casa, la camisa del uniforme arrugada y los pantalones llenos de suciedad donde terminó siendo golpeado nuevamente.

Le envía un mensaje de texto rápido a Jackson, diciéndole que se quedó después de la escuela para terminar algunos ensayos para su clase de literatura. Jackson no responde, probablemente jugando el Juego con Hoseok.

Namjoon se detiene a la sombra de un árbol, apoyándose en el poste frío del letrero y tomando un sorbo de agua para detener la picazón de su garganta.

Cierra los ojos y escucha los pocos autos que pasan junto a él, el viento frío de la caída corriendo sobre su rostro dolorido y palpitante.

Namjoon realmente desprecia a esos tipos, lo han estado intimidando desde que era un niño.

Primero para tomar su dulce, empujarlo al suelo y salir corriendo con un puñado de sus paletas favoritas.

Luego fue su dinero para el almuerzo, doblándole la mano sobre su espalda y agarrándole del pelo mientras sacaban el dinero de sus bolsillos.

Cuando llegaron a la escuela secundaria es cuando comenzaron los golpes, una sacudida en el inodoro simplemente porque querían "jugar" con alguien. Entonces sería un empujón hacia el piso sucio y una dura patada en el estómago.

Y ahora que está en su último año de escuela, ha empeorado, llega a su casa escondiendo su rostro y sus brazos, poniéndose el maquillaje de su madre para no preocuparla. Diciéndole a Jackson y Hoseok que está bien, tiene todo bajo control.

Pero, no lo hace. Él no tiene nada bajo control porque hoy lo asaltaron de nuevo.

El líder del grupo se rió de Namjoon que intentó taparse la cara de los golpes, pero fue en vano, ya que el más grande del grupo había apartado las manos y dejado que le diera unos puñetazos y finalmente le diera una patada en el estómago. Le arrojaron saliva a la cara, burlándose de él por ser tan débil, por ser un blanco fácil.

"Nunca serás nadie en la vida Namjoon. Solo un marica débil y patético".

Namjoon siempre reprimía las lágrimas, cerrando los ojos con fuerza y ​​deseoso de que los agresores lo dejaran en paz.

Todo sangriento y magullado, con su corazón doliendo más que cualquier magalladura en su cuerpo

Esas palabras siempre parecen tocar una cuerda en su corazón, que era peor que cualquier puñetazo o patada o empujón que arrojaban esos cabrones. Porque era verdad, Namjoon nunca los enfrentaría.

Lo sabía con demasiada certeza, nunca tendría las agallas para decirles que se detuvieran y les diera un puñetazo.

Lo soñó, por supuesto que lo hizo. Por la noche, cuando estaba acostado en su cama con un libro en la mano, lo pensaría, de no ser la víctima esta vez.

De alguna manera, era un ritual para Namjoon, algo que le daría la esperanza de que podría hacerlo, lo haría.

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