ʙᴏʏ ▪ ⁿᵃᵐᵍⁱ

p i e r n a s d e c a r t ó n

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Piernas de cartón:

      Es la música lo que le hace saber que acaba de llegar a tiempo. Namjoon ralentiza sus pasos, apartando su largo flequillo de su cara y resoplando cuando cae de nuevo.

El aire de otoño sopla suavemente, no pasan los autos, es cómodo y la música no arruina la paz. Cuando Namjoon gira el bordillo habitual y se encuentra cara a cara con el chico, puede sentir que sus piernas se vuelven gelatinosas.

Namjoon no sabe qué hacer, no puede dejar de mirar al chico de escenario que juega con el cigarrillo.

Namjoon trata de apartar la mirada, mirar el cemento que se ha convertido en olas, mirar el cielo y no pestañear.

Pero, no puede. Sus ojos firmemente puestos en el chico y piernas sintiéndose como cartón. Y debido a que Namjoon está tan ocupado mirando al chico del escenario y sus delicadas características, tropieza con sus piernas de cartón.

Su cara arde mientras hace contacto directo con el suelo, maldiciendo sus endebles piernas de cartón por tropezarlo y avergonzarlo frente al chico del escenario.

El chico no se ríe, demasiado genial para dejar que el sonido salga de sus labios rosados, pero sonríe al cuerpo de Namjoon que yace en el suelo.

Namjoon se aparta de las risas burlonas que sus actores hacen, levantándose y colocando cuidadosamente una mano sobre la piel rasgada de su mejilla.

Él quiere que sus piernas de cartón caminen una frente a la otra, ignorando las risas y la desaprobación del chico por atreverse a andar en su terreno.

Hoy el chico del escenario no usa su gorro negro, dejando que el viento baile con su cabello. Cabello negro y ondulado que brilla con la luz del sol. Namjoon observa un remolino de gris que se envuelve en una muñeca delgada y pálida.

Namjoon estaba equivocado sobre el soporte, ya que el chico sopla humo gris del cigarro que cuelga peligrosamente de su mano derecha.

Se burla de Namjoon que no puede dejar de mirar. Quien mantiene sus ojos cuidadosamente observando al chico del escenario interpretando una etérea estatua humeante, sus actores interpretando sus partes mientras silban a Namjoon.

Él avanza, una pulida bota negra en frente de la otra. Toma otra bocanada lenta de su cigarrillo, manteniendo sus ojos de gato en Namjoon quien ha parado de caminar.

Arroja la colilla al suelo, el otro pie por detrás para pisarlo completamente. Él inhala su pecho, desafiando a Namjoon a que vaya hacia él.

Pero, Namjoon no quería ir a él. Él quería estar con él.

Sus amigos se acercan, uno en particular sonriendo tímidamente a Namjoon mientras fuma.

Namjoon ha notado a este chico antes, un estudiante de primer año con gafas incómodas que era hasta que se convirtió en parte de la obra teatral.

Ahora, el estudiante de primer año delgado está cubierto de pies a cabeza con ropa negra, vistiendo el mismo atuendo que el resto, ya no usa esos lentes torcidos.

Este chico sonríe a Namjoon hasta que una sonrisa completa ha florecido en sus labios. Le hace un guiño a Namjoon, por atreverse y sin acercarse más.

Namjoon desvía su mirada hacia el chico de la escena, quien todavía está hinchando su pecho hacia Namjoon. Querer un desafío, querer parecer intrépido y nada como las sombras que están en la escuela. Oculto en jerseys de gran tamaño y detrás de las paredes en la cafetería.

Pero, Namjoon elige mirar hacia otro lado de nuevo. Ignorar los susurros —enséñale quién es el jefe—.

Intenta no tropezar otra vez, pero el pavimento debajo de él se siente como arena rápida, sus piernas se sienten como metal pesado mientras mantienen el equilibrio. Namjoon mira hacia atrás una vez más.

¿Qué estás mirando?

Namjoon se encoge de hombros.

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