ʙᴏʏ ▪ ⁿᵃᵐᵍⁱ

c o p o s d e n i e v e

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Copos de nieve:

    Los sueños de Namjoon están pintados con palabras crueles. Parecen haber sido grabados en las paredes de su mente, juegan a atormentar sus pensamientos y envenenan los dulces sueños de sonrisas secretas.

Está contento de que sea viernes y que no tenga que estar pasando por delante del chico de cigarrillos. Solo la idea de estar cerca de él forma un nudo en su garganta y sus ojos se humedecen.

Namjoon rápidamente sacude sus pensamientos, no quiere desanimarse por hoy.

Parpadea las lágrimas que amenazan con caer y le da una sonrisa temblorosa a su sombra en el suelo.

Cuando Namjoon levanta la vista, ve al grupo de matones, el líder del grupo le muestra el dedo medio y pronuncia una palabra con la que Namjoon está muy familiarizado.

Un escalofrío recorre todo su cuerpo y Namjoon acelera sus pasos. Casi corriendo el resto del camino hacia donde está estacionado el auto de Hoseok y sus dos amigos lo esperan.

"¡Finalmente! Pensé que nos estarías abandonando otra vez". Jackson dice mientras abre la puerta de su auto y entra.

Namjoon respira pesadamente y se encoge de hombros, "Lo siento, me pillé con algo".

Hoseok lo mira por el espejo retrovisor, "No te molestaban de nuevo, ¿verdad?"

Namjoon mueve los hombros y aparta los ojos para mirar por la ventana.

"No fue nada".

Durante las próximas dos semanas, Namjoon le pide a Hoseok que lo lleve. Al principio, Hoseok entorna los ojos y hace un montón de preguntas sobre por qué Namjoon quiere un aventón.

"¿Es aca-?" Hoseok no puede terminar su oración.

"No, no lo es. Es solo que..." Namjoon mira alrededor del estacionamiento vacío. "Se ha estado poniendo un poco más frío y no quiero volver a casa caminando."

Namjoon sabe que Hoseok no cree en esto, pero también sabe que Hoseok no es el tipo de persona que simplemente abandona a alguien sin ningun tipo de ayuda. Y Namjoon es uno de los mejores amigos de Hoseok, así que aprovechará la oportunidad que pueda para ayudarlo.

Como Hoseok vive en el lado opuesto de la ciudad, Namjoon solo le dice Hoseok lo dejara en la estación de autobuses y se irá caminando lo que resta del camino.

A veces, cuando a Hoseok no le gusta la idea de Namjoon sobre caminar solo a casa, Namjoon llamará a su madre y le dice que estará en la casa de Hoseok, y terminará durmiendo allí. Los dos terminarán llamando a Jackson, para que se les una.

Cuando los tres están dentro de la pequeña casa en el árbol que construyeron cuando eran más jóvenes, Namjoon querrá hablar sobre el chico del cigarrillo.

Decirle a Jackson y a Hoseok todo sobre ese chico en la pared que fuma y sonríe a Namjoon cuando está demasiado lejos.

Pero él no menciona al chico y no habla sobre el tirón del cabello o la torcedura en los brazos que ocurre en la escuela a manos de los matones.

"¿Algo tienes que decir Joonie?"

Namjoon niega con la cabeza.

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Ellos lo atraparon.

Los matones atraparon a Namjoon y lo magullaron gravemente. Namjoon piensa, mientras yace en el cemento frío, que esta paliza ha sido una de las peores.

Él ni siquiera puede abrir los ojos, sus labios están secos y puede saborear la sangre cada vez que los lame intentando humederlos. Le duele el brazo y el lado izquierdo de su torso, intenta levantarse, pero cuando lo hace, se dispara un dolor eléctrico y Namjoon gime al caer de bruces sobre el terreno áspero.

Está fuera del campus de la escuela, Namjoon finalmente encontró la voluntad de caminar a casa y pasar por el escenario. Pero cuando pasó por un callejón donde se anexaban una panadería y una tienda de discos, Namjoon había sido asaltado.

Sucedió tan rápido que el mundo parece ir en cámara lenta. Podía oír al líder diciéndoles a sus secuaces qué hacer con él, todos se agruparon alrededor de su cuerpo caído y patearon todo lo que pudieron patear.

Namjoon intentó echarse atrás, pero había demasiados y seguían golpeándolo.

Con cada patada y cada palabra le murmuraba, Namjoon podía sentir que se volvía más pesado, sus pulmones se entumecían y sus ojos se cerraban. Sangre cálida y espesa cayó desde su frente hasta su cuello.

Namjoon no estaba seguro de cuándo se detuvieron, solo recordaba que alguien le escupía en la cara y le tiraba del pelo con fuerza y ​​murmuraba esa palabra que Namjoon despreciaba por completo.

Han pasado unos minutos desde que desaparecieron y Namjoon yace lastimosamente en el suelo con sangre manchando su rostro. El aire a su alrededor se vuelve más frío y más frío y sus ojos solo pueden abrirse tanto que puede ver borrosamente ojos felinos y sentir en su nariz un olor a cigarrillo.

Namjoon no puede oír lo que se le dice, siente que está bajo agua pesada y sus oídos se inundan de agua. Todo lo que Namjoon puede hacer es gemir y tratar de abrir y cerrar sus ojos.

Siente una suave fijación en su hombro y Namjoon se aparta del contacto, lo que hace que el dolor se sienta peor.

Cuando Namjoon abre los ojos solo un poquito, ve claros ojos marrones que se abren de par en par; un copo de nieve cae sobre pestañas gruesas.

Diciembre está allí y también el chico del cigarrillo.

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