s o p o r t e d e c i g a r r o

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Soporte de cigarro:


     Ha pasado una semana desde que Namjoon vio por primera vez al chico del escenario. Se volvió para evitar la calle que lo lleva a su casa más rápido, ahora tomando el largo camino a casa cruzando las tres calles diferentes y llegando a la parte trasera de su casa.

Es agotador, las piernas de Namjoon duelen por todo lo que hace ahora. Sabe que puede pedirle a Hoseok que lo lleve, pero Hoseok vive más lejos de él, toma la derecha y Namjoon vive hacia la izquierda.

Así que no se molesta en preguntar, a pesar de que a veces Hoseok tiene que forzarlo para entrar al auto y llevarlo a casa.

Hoy es viernes nuevamente, a Hoseok le quitaron su automóvil como castigo por llegar tarde a casa oliendo a hierba.

Jackson se rió de él, "Te lo dije" y luego se calló cuando Hoseok le dio un golpe en la cabeza.

Por lo tanto, no se podía salir y robar dinero de las personas o cenar tarde en la hamburguesería. En cambio, Hoseok iba a su casa a limpiar el patio como otro castigo y Jackson probablemente se estaba preparando para una fiesta de la secundaria.

Y aquí estaba Namjoon, habiendo evitado con éxito el grupo de matones, pero jadeando por lo cansado que estaba. Escuchó la música otra vez, ruido y letras de rap, a Namjoon le gustaban.

Las letras de las canciones también fueron demasiado rápidas para entenderlas y todavía estaba un poco lejos de ello, pero podía decir que le gustaba, de alguna manera podía relacionarse con las palabras.

Namjoon se detuvo donde estaba, mirando cada grieta en la acera, siguiéndola con sus ojos y preguntándose.

Preguntándose si debería recorrer el largo camino a casa o de la manera habitual, en el que pasará por el chico del escenario y sus actores.

Le duele la espalda por los libros que lleva dentro de su mochila, siente las piernas un poco tambaleantes y un chorrito de sudor goteando de su sien a pesar de que es un buen día para el otoño.

Namjoon se muerde el labio inferior, las orejas atrapan el sonido de la risa y la música. Toma una respiración profunda y se sacude, asintiendo con determinación y finalmente girando hacia su vecindario. El camino familiar a casa.

Las manos de Namjoon se han vuelto sudorosas, las limpia sobre los pantalones de su uniforme y luego los lleva a las correas de su mochila.

La música y la risa están más cerca y cuando da la vuelta y se encuentra cara a cara con la pared de graffiti, ve al chico del escenario.

El chico del escenario en todo su esplendor, usando ajustados vaqueros negros y una sudadera con capucha negra, un gorro que le cubre el pelo y gira el soporte del cigarrillo en sus manos.

Sus actores están con él de nuevo, de pie, no a su lado, sino detrás de él esta vez, avanzando hacia la música. Namjoon se queda mirando al chico del escenario y se sorprende cuando ve ojos felinos mirándolo directamente.

Esta es la primera vez que el chico del escenario mira a Namjoon, ojos negros carbón que siguen sus pasos más lentos. Mira a Namjoon mientras camina por la calle, mirándolo de arriba abajo. Tomando las piernas largas y escuálidas de Namjoon, sus brazos arañados por los tiempos en que se cayó, y el revoltijo violeta de su cabello.

Su boca se mueve para hacer una expresión de desaprobación. Como si Namjoon no fuera de su clase, no tenía derecho a pasar por su propiedad. Sus actores lo siguen, silbando y burlándose de Namjoon, siguiendo el eco del chico del escenario.

Tienen razón, Namjoon no es de su clase. Él no es como un chico de escenario.

Pero tal vez no en la forma en que están pensando.

Namjoon no puede, por alguna razón desconocida, detener su mirada fija, su observación del chico con ojos de gato.

Él es hermoso, un ser etéreo con su piel pálida y sus ojos negros, incluso mientras gira la punta del cigarrillo y curva el labio.

A Namjoon le gusta el chico del escenario, y sabe que es peligroso para él caminar sobre este territorio. Pero Namjoon promete que siempre tomará este camino hacia su hogar.

Él quiere seguir mirando al chico del escenario.

El chico del escenario da un paso adelante, con los labios aún rizados y girando el pilar del cigarrillo en la mano.

¿Qué estás mirando?

Lo dice rápido, como si las tres palabras fueran una. Resistente y fuerte, dejando que Namjoon supiera que él era exactamente como sus palabras.

Namjoon se aleja de la mirada, de la sonrisa burlona de los actores. De la frase apresurada y la música que es demasiado fuerte para llenar el silencio del vecindario.

Pero, mientras Namjoon abre la puerta temblorosa de su casa, y se hunde en el calor de su cama, piensa en el chico escénico y sus actores, que usan cigarrillos y apoyarse contra la pared de ladrillos pintados para parecer geniales.

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