[ diez ]

5.6K 508 102
                                    

Su casa se elevaba frente a ella, mas alta de lo que recordaba, con la puerta principal levemente abierta, y un aire sombrío envolviéndola. Sentía frío y escalofríos recorriendo todo su cuerpo, pero a la vez, no era capaz de sentir su cuerpo, no sentía ni manejaba los pasos que comenzaba a dar hacia el interior de su casa, como si se encontrara atrapada dentro de un títere. Presente, pero a la vez ausente.

El interior de su casa estaba excesivamente silencioso, al nivel de molestarle, e inexplicablemente, tampoco podía escucharse ningún ruido proveniente del exterior. Una sensación comenzaba a trepar por su garganta, y se libero en forma de grito cuando, al entrar a la cocina, encontró a su madre y padre descansando inertes un un charco de sangre.

:::

Se sentó abruptamente en su cama, sudor frío cubriendo su cuerpo, y notando que el cubrecama se encontraba totalmente en el piso.

Tomo un gran sweater que reposaba en una silla cercana y se lo puso apresuradamente, mientras se dirigía lo mas silenciosa que podía hacia la sala común, llevando consigo también el libro que había estado leyendo la última semana cuando no podía dormir.

En la sala común, como era de esperar, se encontraba Theo, leyendo tranquila y aburridamente de un libro de apariencia antigua. Su única presencia logro que una sonrisa se formara en el rostro de Lyra.

Se aproximo a él, pero tan pronto como sus ojos la notaron, se sentó mas recto y rígido, dandole a entender que se detuviera, y haciendo que un millón de pensamientos sobre que podría haber hecho mal nacieran en su cabeza.

—¿Estas bien?—fue lo que pregunto, en cambio.

—¿Por qué no habría de estarlo?—respondió rápida, fría, y cortantemente.

Pero, a pesar de su tono, sus ojos, azul eléctrico, brillantes ante ella, demostraban algo totalmente a lo que sus palabras decían.

Ignoro la frialdad en su voz, sentándose junto a él, y viendo como, sin disimulo, se alejaba un poco más. Ignoro eso también, buscando una razón que explicara porque podría estar actuando así.

—¿Llevas mucho rato despierto? ¿Tuviste otra pesadilla?

—No he dormido todavía, voy a ir a hacer eso ahora.

Se levanto, cerrando su libro, y paso de largo, sin hacer contacto visual ni el mas mínimo gesto, manteniendo forzadamente su vista fija en un punto frente a él y dirigiéndose hacia las escaleras.

Lyra sin pensarlo se puso en pie rápidamente y lo detuvo tan pronto como estuvo en el primer escalón, tomándolo por el hombro, forzándolo a darse vuelta.

—Si necesitas algo—se detuvo un momento, mirándolo fijo a los ojos, el desvió la mirada rápidamente—, siempre puedes hablar conmigo.

Theo no se movió ni un centímetro, pero antes de que retomara su camino, Lyra se abalanzo a abrazarlo, y se arrepintió tan pronto como lo hizo.

Apenas había rodeado su cuello con sus brazos él la aparto, bruscamente.

—No—fue lo único que dijo, y continúo su camino escaleras arriba.

Lyra sintió las lagrimas amontonándose en sus ojos, sintiendo demasiadas emociones a la vez, rebalsando y sobrepasándola. Se sentía, claramente, rechazada, humillada, y usada.

Hace tan poco habían tenido momentos tan afectivos, momentos que habían rondado por su cabeza por tanto rato, inevitablemente, y ahora ya no era nada, de un momento a otro, todo eso no contaba.

Por supuesto, ¿en que mundo alguien como Theodore Nott, sangre pura, inteligente, atractivo, misterioso, se interesaría realmente en alguien como ella, comenzando por el simple hecho de que a sus ojos, no era mas que una sangre sucia?

Se había quedado ahí esa navidad por él. Los recuerdos de su sueño volvieron a su cabeza, y ahora asociaba más su terror con la realidad. Por supuesto que si, sería terrible que los asesinaran, pero lo que le causaba inquietud en el momento era la posibilidad de que murieran y no haber aprovechado la oportunidad de decirles que los amaba. Se sentía culpable y manipulada, y para empeorarlo todo aún más, al día siguiente tenía clases.

:::

Fue un día helado, y Theo se regañaba a si mismo una y otra vez por no poder pensar en otra cosa que lo cálido y agradable que sería en un día como ese sentarse frente a la chimenea, en la sala común, junto a Lyra, hablando de trivialidades.

Al termino de clases, se dirigió a la biblioteca, dedicándose a tareas que no debía entregar hasta tres semanas más, todo con la intención de dejar de sentirse culpable, de olvidarse de cuanto le molestaba haberla tratado tan despectivamente.

Todo era una porquería. Era una terrible persona, y había sido una decisión consiente, ni siquiera había logrado dormir esa noche, tras subir a su habitación. Paso el resto de la noche mirando el techo, cuando podría haberse quedado con ella, o por lo menos ahí, con la posibilidad de divertirse un poco mas leyendo algo.

Lyra había logrado que se sintiera débil, y eso no le gustaba, pero huir así de ella era cobarde. No tenían que ser amigos, podría haber actuado como si su presencia le fuera indiferente, solo ignorarla, pero la verdad, es que no era capaz de hacerlo. Le aterraba la posibilidad de sentirse débil de nuevo, le aterraba la posibilidad de que quizás ella pudiera leerlo, tan solo con mirarlo a los ojos.

Evitarla no lo hacía menos cobarde que ser débil frente a ella, lo sabía, y de todas maneras, paso el resto del día evitándola.


N/A:

Estoy escribiendo desde mi celular, así que no puedo dedicártelo, pero finjamos que lo hice, y voy a intentar acordarme de hacerlo oficialmente en el proximo capitulo, gracias por todo @blubby-ubbie.

—C

Insomnio [Theodore Nott fanfic]Where stories live. Discover now