[ trece ]

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Si se dedicaba a pensarlo, se encontraban en un espacio intermedio entre sexo puramente superficial y verdadero aprecio por el otro. Era como un limbo, ni uno ni lo otro en concreto, solo algo, por ahí, sin posible definición.

Por suerte no le hacía mucha falta pensarlo, sus acciones eran guiadas por sus emociones y sensaciones, y hasta entonces, parecían ser certeras.

Sin embargo, siendo alrededor de las tres de la mañana, su cuerpo entrelazándose con el de Theo en todos los niveles, envueltos en una manta, su rostro acomodado en el placentero aroma de su cuello, no podía evitar pensar.

Pensar en como, cuando eran las pesadillas de Theo las que soñaba, ahora se encontraba relativamente consciente, recordaba como él le había contado de las situaciones, y solo pensar en él activaba todos los nervios en su cuerpo, sacándola forzosamente de la pesadilla.

Pensar en como en un comienzo, la mayor interacción que tenían era encontrarse por unos segundos en la sala común, antes de que alguno se fuera, incomodado por la presencia del otro.

Pensar en como pasaron de una relación inexistente a una de invasión del espacio personal del otro, en ámbitos psicológicos, y como luego, influenciada por él, pasaron a tener una interacción superficial y sexual, algo que, antes de conocerlo, no estaba ni cerca de los planes que tenía para sí misma.

Y ella había caído por sus encantos, sus manos habían dejado de recorrerlo solo por ansias físicas, besarlo ya no era un acto fugaz y de calentura, sino que se había vuelto lento, al igual que todos sus movimientos, deseando el tiempo para disfrutar y apreciar al otro.

Su ceño se frunció ante el recuerdo de como entonces, él la había apartado, sin explicaciones, la había eliminado de su vida, después de que ella no solo había confiado en él, también había hecho a un lado su familia para poder acompañarlo.

—¿Lyra?

Pero a la vez, aún después de eso, era su voz la que la traía de vuelta a la realidad, volviéndola consciente de sus dedos enredados en su cabello, acariciándola de modo casi imperceptible,  mientras su otra mano la mantenía cerca de sí.

No respondió, solo se hundió mas en el espacio de su cuello, y el se apoyó sobre su cabeza, protector y egoísta a la vez.

Theo la había empujado, la había alejado y rechazado y la había hecho sentirse estúpida por haberse enamorado de alguien como él, la había hecho sentirse como si no valiera nada, la había cambiado, la había vuelto como él, superficial, sin lazos emocionales, ansiosa por descargas carnales, pero inalcanzable en ámbitos emocionales.

Incluso entonces, ese imbécil había logrado hacerla enamorarse de nuevo, haciéndola sentir tan especial, confiándole aquellas horribles anécdotas personales, y allí estaba, cuando él había vuelto a buscarla ella lo había recibido con sus brazos abiertos, tan débil como siempre había sido.

Débil. Su control sobre su vida era nulo, no tenía ni la fuerza ni el poder para hacer cambios, para plantarse y no dejarse pasar a llevar, era demasiado suave, era demasiado manipulable, pero Theodore Nott no era su opuesto.

Fuerte. Su infancia le había sido arrebatada y entonces había tomado las riendas de su vida, inteligente y terco, a veces quizás demasiado cegado por su postura, frío, era casi imposible llegar a él emocionalmente, o eso aparentaba, pero si alguna vez alguien se daba el trabajo de insistir un poco más, como lo había hecho Draco, y como lo había logrado Lyra, no era más que un niño indefenso, moldeado por un pasado horrible, necesitado de cariño y atención.

Theo se alejó un poco de ella, para poder verla a los ojos, los suyos, azules, eléctricos, brillando con adoración, su boca encontrando la de ella rápidamente, acercándose dubitativo, como si dudara si la presencia de Lyra ahí era real. Ella acabó con sus dudas, inclinándose hacia su tacto, sus manos rápidamente encontrándose en su cuello y hombro.

Theo podía ser posesivo a veces, muy aferrado a las cosas, muy aferrado a Lyra. Intentaba controlarlo, pero era extremadamente celoso, y era extremadamente egoísta, quería toda su atención para sí. A simple vista, podía parecer contradictorio que fuera ella quien se encontraba arriba, pero era una muestra de su adoración.

Con sus manos fijas y firmes en su cintura la había guiado a su regazo, sentándola a horcajadas sobre si, la cercanía que tal posición le proveía produciendo un inexplicable placer y orgullo en él. Dejarla tener ese control de la situación, era con la intención de hacerla sentir segura, de hacerle saber que cuando quisiera podría pararse e irse. Sus manos en su cintura, bajando por sus caderas, arrastrando su ropa con ellas, desabrochando su camisa y sostén, tocándola en todos los lugares que la volvían loca, dejando marcas en su cuello y senos, eran con la intención de hacerle saber a ella y a todos los demás que le pertenecía, que era suya y de nadie más.

Se separaron por aire, frente contra frente, cuerpos desnudos, ahogándose en el otro, tocándose en todos los puntos de contacto posibles.

Él la completaba, física y emocionalmente en aquel momento, el cuerpo de Lyra acostumbrado y adaptado solo para él, sus movimientos lentos forzando leves gemidos a escaparse de su boca, su respiración agitada mezclándose con la de Theo.

Pero él, él la necesitaba.

Maldijo en voz alta antes de pronunciar su nombre— te amo.



N/A:

Estaba revisando la historia y vi que en el capitulo cinco, en las notas de autor estaba super emocionada por 400 lectores... ahora 8k. Damn boi.

Insomnio [Theodore Nott fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora