[ doce ]

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Theo y Lyra no hablaban mucho, quizás es por eso que les fue tan mal en aquel ensayo que debían hacer juntos. Theo ni siquiera recordaba haberlo entregado, y no le importaba lo suficiente como para preguntarle a ella si se lo había dado a la profesora.

En general se encontraban en las noches, no decían mucho y sin desperdiciar mucho más tiempo proseguían a cumplir con sus deseos carnales.

Theo quería hablar con ella, quería saber mas de ella, pero Lyra no demostraba mayor interés que en lo físico.

—¿Soy muy malo contigo?

Ella asumió inmediatamente que era alguno de sus juegos de dominancia y no le dio ninguna respuesta útil.

—No suficiente.

***

Lyra se encontraba coqueteando con algún chico, Theo podía notarlo por su posición, apoyada en la mesa en la que el muchacho se encontraba sentado. Su camisa no estaba totalmente abotonada, y aquel niño de trece años no estaba al nivel de disimular y seguirle el juego, sus ojos se encontraban indiscretamente viéndole las tetas.

Theo quería golpearlo.

Lyra sonreía y se reía con las palabras infantiles, estúpidas e inmaduras de aquel niño. ¿Qué podía estar diciéndole?  Seguramente no podía ser nada realmente interesante. ¿Por qué preferiría Lyra conversar con pendejos antes que dirigirle siquiera una palabra a él?

Theo lo golpeó.

—¿Qué problema tienes, imbécil?—le grito Lyra, ya fuera de la biblioteca, intentando librarse del firme agarre de él en su muñeca.

La empujó a alguna sala vacía y cerro la puerta tras él, apoyándose en esta para evitar que ella se fuera.

—Tu eres mi problema.

Ella se rió, casi sonaba genuina a excepción de la ironía que irradiaba. Se acerco con la intención de salir de aquella sala nuevamente, y Theo no se lo permitió.

—¿Por qué estabas coqueteándole a ese niño?—ella se encogió de hombros, enviándole el mensaje de "que te importa" y supo que la paciencia de Theo comenzaba a agotarse rápidamente.

—Porque puedo.

—No.

—¿No?—una carcajada se escapó de sus labios sin que pudiera evitarlo—. Tu no me mandas, idiota. Ahora se bueno y deja de estorbar mi camino.

—No quiero que hables más con ese niño.

—Bien por ti.

Theo la empujó hacia atrás, alejándola de la puerta, y se arrepintió inmediatamente, dándose cuenta de lo que había hecho.

—Perdón—se apresuro a decir, acercándose para verificar que Lyra estaba bien.

Ella se abalanzó a besarlo, con ansias, atrayéndolo hacia sí mientras se apoyaba en la mesa tras su cuerpo, y Theo no puedo evitar dejarse llevar por unos segundos.

—No—murmuro luego, apartándose totalmente espantado—, esto no esta bien.

La mano de Lyra se posó delicada en su mejilla, sus ojos revelando sus ansias de tenerlo para ella.

—¿Acaso no me quieres? Quizás debería volver con ese niño de la biblioteca, el parecía bastante interesado.

—Nunca me dejes agredirte físicamente, eso no está bien.

—¿Qué pasa si me gusta?  Me gusta que seas posesivo, dominante, que obtengas lo que quieres.

—Pero tu no me perteneces—su voz era un susurro, y no hacía falta hablar mas fuerte debido a lo cercano que se encontraba su rostro al de ella.

—Eso puede arreglarse.

Pronto las palabras se asfixiaron en besos y respiraciones agitadas nuevamente. La mano de Lyra se encontraba aún acariciando dulcemente la mejilla de Theo, pero ninguno de sus otros movimientos estaba ni cerca de ser dulce.

Sus manos conocían de memoria su cuerpo, y sin embargo seguía disfrutando explorarlo como si fuera la primera vez, tocando su cintura por bajo su camisa, tocando sus piernas que parecían temblar bajo su tacto.

Lyra rompió el beso, un gemido escapándose de su boca, cuando las manos de Theo la tomaron por los muslos, levantándola del piso sin que ella hiciera ningún esfuerzo. Enrolló sus piernas alrededor de su cintura, acercándolo aún mas a su cuerpo, el aire escapándose agitado de sus pulmones al sentirlo así.

—Está mal. ¿Recuerdas el sueño por el que tantas veces me preguntaste?—Ella solo asintió—. Ese hombre es mi padre, matando a golpes a mi madre.

—Oh Merlin, Theo, no tenía idea.

Toda la lujuria que sentía de pronto se convirtió en una preocupación casi maternal, y aunque él no parecía conmovido, Lyra lo acerco a sí misma, abrazándolo fuertemente. Él se mantuvo tenso hasta que empezó a temblar levemente, casi de manera imperceptible.

—No quiero hacerte daño, Lyra—murmuro él, acariciando su pelo y respirando su perfume con adoración.

—No eres tu padre. Se que nunca me harías daño intencionalmente.

El suspiró, dudoso, y Lyra solo lo abrazó mas fuerte, escondiendo su rostro en su cuello, disfrutando de su cercanía de un modo distinto al usual.

Insomnio [Theodore Nott fanfic]Where stories live. Discover now