Mentiras

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Zero se encontraba sentado en aquél tronco, donde el castaño lo dejó antes de ir a buscar a su madre.

Sostenía su cabeza con la mano derecha, estaba aburrido por la espera, dio suspiro pero no se movió.

-Te está engañando, no seas ingenuo y vé a verlo con tus propios ojos- se hoyó decir una voz que retumbaba en su cavidad cerebral, el peliplata se enderezó un poco con el ceño levemente fruncido, inclinó un poco su cabeza y la golpeteó un poquito haciendo que aquel molesto gusano saliera de su interior, el gusano salió disparado y cayó a la fría nieve, a los segundos asomó su cabeza, la tenía un pequeño montículo de  aquella nieve blanca que amortiguó su caída, El gusano levantó la vista y observó al Novio muerto.

-Vé a comerle el cerebro a alguien más, senri, yo confío en Kaname...así que aguardaré aquí-dijo cruzándose de brazos.

Aquél invertebrado suspiró resignado y con su cola se quitó la nieve de su cabeza y dijo:-Si no me lo hubiera comido, te diría que usaras tu cerebro-.

Zero observó el sendero que su esposo tomó y dio un suspiro largo.

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Kaname respiró agitado por la carrera dada, y observó la puerta de aquella mansión, la mansión Cross, cuando estuvo apunto de golpear la puerta hoyó la conversación que se estaba dando en aquél momento.

-Maldito niño mimado, era de esperarse de un Kuran, ocasiona un desastre, quema mi hermoso vestido y como si fuera poco sale huyendo y abandona a la pobre de mi hija...-se quejaba aquella mujer albina.

Shizuka volteó hacia donde estaba su esposo, quien parecía no prestarle atención.

-Kaien te juro que si lo vuelvo a ver lo voy a estrangular con mis propias manos-dijo con un tono enfadado en su voz.

-Calma, Shizuka, además...tus manos son muy grandes y su cuello muy delfado, si de verdad planeas hacer eso usa una cuerda-dijo una voz risueña desde adentro.

-¡¿Qué dijiste de mis manos?!-gritó la mujer.

Kaname al escuchar eso se resignó, pero al elevar la vista hacia arriba vió una luz prendida de una habitación, buscó algo paea escalar hasta allá arriba y divisó unas enredaderas que se extendían por la pared y terminaban cerca de esa ventana, comenzó a escalar con agilidad hasta que llegó al balcón, sujetándose de la barandilla se impulsó cayendo hacia adelante.

Esa era la alcoba de la pequeña Yuuki, quien se encontraba concentraba cociendo una cobija hasta que hoyó el sonido de algo caer, se volteó exaltada y notó al castaño en el piso tirado, la joven castaña al reconocerlo corrió a ayudarlo .

-Kaname, estás bien?-preguntó preocupada, Kaname se paró con la ayuda de la muchacha, la castaña al rozar su mano con las de su prometido sintió lo fría que éstas estaban .

-oh!, Dios!, Kaname estás frío como un muerto- dijo ella y lo llevó adentro,  y lo sentó en uno de los sillones de la habitación, Kaname se encontraba tiritando.

Entonces el castaño habló con una voz exaltada:-Yuuki...necesito decirte algo, lo de la boda, quería disculparme...-dijo éste de manera nerviosa.

–Kaname no te preocupes, lo que venga de ti no me importa, verás, fue divertido...-dijo ella sonriendo tranquilizadoramente, para luego continuar –Kaname, yo...tu me gustas...-dijo algo sonrojada acercándose al rostro de un sorprendido Kaname.

-Yuuki...-susurró el mayor, cuando sus ojos visualizaron un bulto blanco escalar el balcón, a lo que Kaname tomó de los hombros a Yuuki y dijo:-Yuuki, yo...me casé hoy, y te juro que no fue planeado...pero...-dijo.

-Kaname, te tardaste mucho ...-dijo apartándose el velo de la cara y vió a SU esposo con ALGUIEN más, pero no debía apresurarse en sacar conclusiones, se acercó al castaño y le tomó  del brazo derecho posesivamente y habló:-Cariño, ¿quién es ella?-habló indiferente mirando a la chica de baja estatura.

-Soy Yuuki , ¿ y tu? –preguntó temerosa-Soy el ESPOSO de Kaname-dijo enseñando su anillo, a lo que la chica miró al Kuran buscando respuestas.

-Kaname?...-solo eso pudo decir, el mayor respondió- Yuuki no es lo que crees-dijo nerviosamente tomando la mano esquelética del peliplateado y la sacudió. –mira, está muerto-dijo en son de broma.

Enfadado el de ojos amatista, arrebató su mano bruscamente del agarre de su esposo y con una mirada fulminante dijo con una voz de ultratumba –"Bloody Rose"- y cuando los cuervos comenzaron a rodearlo agarró fuertemente a Kaname y lo arrastró con él, Kaname estiró una mano tratando de alcanzar la de la castaña y gritó :¡YUUKIIIIIIII!!!-.

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Zero empujó a Kaname cuando estuvieron nuevamente en la vieja biblioteca.

-¡me mentiste!, Y solo para ir con esa otra mujer-dijo molesto cruzándose de brazos.

-¿Qué acaso no lo entiendes?, tú eres el otro-dijo el castaño tratando de tranquilizar al de ojos amatistas.

-¡No!, te casaste conmigo...ella es la otra mujer- dijo señalando el techo, mientras comenzó a sollozar cubriéndose la cara con ambas manos.

-Él tiene razón-dijo el anciano Asato.

Zero se secaba las traicioneras lágrimas que caían desde aún ojos.-Yo creí...yo creí...que todo iba muy bien...-dijo entre sollozos haciendo que su ojo rodara por el suelo hasta los pies de Kaname, el cual lo recogió cuidadosamente y se acercó al chico que lloraba.

-Oye, perdóname...Pero esto no funcionará-le dijo entregándole su ojo luego de limpiarlo.

-¿Por qué no?-dijo tomando su ojo –Es por mi ojo, ¿no es así?-dijo para a continuación ponerlo en su lugar.

-¡No!-exclamó Kaname-Tu ojo es...-al oir el sonido que hizo al ser insertado se volteó rápidamente -...bello.-dijo sintiendo un escalofrío en su cuerpo.
Tomo aire y continuó -En...otras circunstancias, no sé...-dijó encarándolo de frente-...Pero somos diferentes...-dijo observando el piso- quiero decir...Tú estás muerto...-soltó  dando entender el problema al contrario.

-Eso debiste considerarlo antes de casarte conmigo-dijo algo triste y decepcionado Zero.

-¡¿Por qué no entiendes que fue un ERROR?! ,¡JAMÁS ME CASARÍA CONTIGO!-dijo molesto al ver lo testarudo que era el chico, que no midió lo que había dicho, hasta que vio la expresión en el rostro del novio.

Sin entenderlo sintió como su corazón se contraía, y se formaba un nudo en su garganta, la razón, Zero, el peliplata había quedado en shock, sus ojos sin vida reflejaban tristeza, dolor.

Zero agachó su cabeza y sin decir una palabra caminó lentamente, bajando las escaleras para retirarse de aquél lugar.

La perrita ladro a su amo en reproche, el cual se sentía culpable por dañar a un niño tan tierno como lo era Zero.

-lo sé, Seiren, soy un completo idiota-dijo este observando la salida de aquella biblioteca.

CONTINUARÁ...

EL NOVIO CADÁVERWhere stories live. Discover now