Sucesos en el mundo de los vivos (un pequeño Yagari x Kaien)

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Ya hacía un día que su prometido Kaname había entrado a su alcoba, lo último que supo de él fue que   habia sido arrastrado a quién sabe dónde por aquél chico del velo de novia.

Cuando ella vió ese suceso corrió desesperada a decirles a sus padres, ambos adultos estaban discutiendo en la sala de vaya a saberse de qué cosa (Kaien le dijo a su esposa que tenía las manos grandes). Pero la riña, más por parte de la albina hacía un pobre rubio cenizo que trataba nerviosamente de calmarla sin mucho éxito, se halló interrumpida al ver a la pequeña chica bajar las escaleras horrorizada como si hubiera visto "un fantasma", sus padres la observaron.

-Papá, Kaname está en un aprieto!!-dijo aterrando a su infantil padre, pues él era el único que la comprendía en cambio su madre era un caso a tratar.

-Kaname?!...¿y cómo lo sabes?-dijo preocupado el de ojos avellanas.

-Él me lo dijo, entró a mi habitación y...-no terminó de explicar pues la mujer de ojos rosa cuarzo exclamó:

-¡¿en tu habitación?!, ¡pero qué osadía la suya!-

-Mamá, pero él estaba asustado, además un cadáver lo arrastró y...-la castaña fue interrumpida nuevamente.

-Pequeña, vé a descansar, Kaname ya aparecerá...-aconsejó Kaien de manera dulce, logrando tranquilizar a su hija.-ya veremos que hacer con el cadaver que secuestró a tu prometido- dijo como quien cama a un niño despues de levantarse asustado por una pesadilla.

-¡¿Pero qué tonterías estás diciendo?!, nuestra hija se ha vuelto loca!-dijo dramáticamente Shizuka. -¡Kaito!-gritó fuerte la adulta, rápidamente el joven muchacho de aspecto serio se acercó.

-Si mi señora?-dijo éste.

-Lleva a Yuuki a su alcoba y enciérrala-ordenó firme importándole muy poca las quejas y ravietas de su esposo y de su hija, el mayordomo tomó a la joven como costal de papas y se la llevó.

Y allí estaba, desde comienzo...Su madre sí que era una mujer que no trataba de comprenderla ni un poco. Ya había pasado un día desde que Kaname fue a pedirle ayuda, y ella como siempre sin poder hacer nada, y para empeorar las cosas, afuera de aquella lujosa mansión llovía a cántaros, ya eran altas horas de la noche, pero ella se movía inquieta de un lado a otro, caminando de esquina a esquina, si seguí así juraría que haría una zanja en el suelo.

Entonces vió allí, en el sillón aquella frazada que fabricó en sus momentos libres, sin dudarlo la tomó y se dirigió a la ventana, abriéndola y bajando por el balcón usando aquella manta como cuerda de escape, pero era corta y no llegaba a tocar el suelo, vaya suerte su madre se encontraba justamente observando por la ventana, pero no se percató que su "demente hija" se hallaba colgaba justo frente a sus narices.

-Shizuka, si sigues con el ceño fruncido te volverás una vieja amargada-se burló una cantarina voz, era Kaien. Ese comentario ocasionó que la de cabello blancos y largos volteara molesta y gritara nuevamente.

-¡qué haz dicho!-

Uf! Se había salvado, si no fuera por las tonterías de su adorado padre, ya la hubieran atrapado. La manta no duró mucho, ésta se rompió y la niña cayó, ésta se paró rápidamente y observó a los lados para cerciorarse que nadie la viera, no había nadie...o eso creyó ella, ignorando como un par de ojos avellanas la observaban.

Tomó el trozo de cobija y la usó en como capucha para protegerse de la lluvia.


-Yuuki...-suspiró hastiado cierto mayordomo al verla huir. Pero tampoco era que la muchacha le importara mucho que se diga, el solo seguía ordenes, y no le estaban pagando por seguirla como un perro asi que hizo ojos ciegos a lo que acababa de ver.

EL NOVIO CADÁVERWhere stories live. Discover now