12. Sorpresas y Más Sorpresas

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Había salido de una extensa jornada de clases, ahora me tocaba ir a entrenar, lo que me ponía mejor aún, los mismos chicos con los que entrenaba ibamos en el mismo colegio.

Así que al salir nos ibamos juntos, estos chicos eran muy simpáticos y me caían bien, además todos deportistas que mejor.

Teníamos que calentar así que trotamos 5 vueltas alrededor de la pista.

Luego de terminar el pre-calentamiento, hicimos las ascensiones correspondientes para seguir, las chicas comenzaron a hablar sobre chicos y yo no tomé importancia.

—¿¡Ya vieron que lindo es el chico ese!? —gritó una del fondo

—¡Que guapo! —dijo otra.

Me levanté a ver de quién se estaba tratando era nada mas y nada menos que de Chris, estaba tratando de ocultar mis celos, ¿esperen dije celos?, mierda creo que esto es de verdad.

No tomé importancia e hice que no le vi, fui a hacer las ascensiones correspondientes con mis amigos y ya.

Tenía que hacer unas 10 repeticiones en los 80 mts y otras 5 en los 150 mts. Espero que con esa belleza me concentre, esta vez tenía que hacer estas repeticiones sólo ya que mis amigos son fondistas y estaban haciendo 4x400 mts.

Estaba poniéndome en posición para hacer unas salidas antes de comenzar el entrenamiento fuerte.

Busqué el taco, lo acomodé y cuando me di la partida salí y de la emoción me caí por estar mirando su gran trasero

—¿Estás Bien? —preguntó preocupado.

—Estoy de lo mejor —dije sonrojado.

Entonces me tomó de las manos y me levantó.

—Ten más cuidado para la próxima —guiñó el ojo.

Suspiré mientras el seguí a trotando y una voz que estaba atrás de mi decía:

—El amor amigo, el amor —dijo Martín.

¿Qué dices?, no para nada —dije nervioso.

No importa, puedes confiar en mi —sonrió.

—No te olvides que tenemos que hacer la tarea de historia —hice una mini sonrisa

Mañana nos vamos juntos y trabajamos, ahora seguiré con mis 4x400 —dijo el castaño.

El entrenamiento terminó a las 6:30 Y cómo siempre nos volvíamos a nuestras casas todos juntos, a lo lejos veía como Chris alzaba su mano.

Al llegar a mi casa subí rápidamente, mi madre me llamó y parece que era urgente por que su tono era de cómo si algo malo pasara.

Bajé rápidamente y vi a Marco sentado, con algunos moretones y cicatrices en su cara, me daba lastima verlo así pero hice que no me importaba y exclamé:

—¿¡Qué rayos haces acá!?

El Primer AmorWhere stories live. Discover now