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Jungkook secaba los trastos ya lavados que habíamos usado y yo los acomodaba en su lugar. A decir verdad, estaba segura de que tenerlo como amigo sería algo cómodo y divertido.

Pero existía un problema en el que Jungkook fuera mi amigo... los chicos. Ellos lo odiaban a muerte y no sabía cómo tomarían el que fuéramos amigos y que les pidiera que lo aceptaran en el círculo.

Les molestaría muchísimo, sobre todo a...

Hoseok.

-Hye ¿Estás aquí en la tierra?- dijo Jungkook moviendo una mano delante de mi cara.

-Oh, sí.- intenté sonreír.

-Ya estamos.- Dejó el trapo en la mesa de mármol y se sentó en un banco de la cocina y después me indicó que me sentara también.- ¿Qué pasa?

-¿Qué pasa de qué?-

-Hye, por el amor de Dios, tú y yo sabemos que algo te preocupa. ¿Qué es linda?-

-Es Hoseok...-

Decidí charlar con Jungkook acerca de toda nuestra historia. Desde que nos dimos el primer beso en aquella mini fiesta improvisada en casa de Hoseok, hasta hace dos días que lo había visto el mismo día que Jungkook había venido de sorpresa.

Y aquello resultó ser una excelente idea. Jungkook era una persona que podía escucharte y aconsejarte a la perfección. Me ayudó bastante hablarlo con él, levantó mis ánimos y me motivó a buscar a Hoseok para arreglar o al menos aclarar las cosas.

-Vale... creo que tienes razón.-

-Por supuesto que la tengo preciosa.- respondió.

-Eres tan arrogante Jeon.- reí.

-Pero hablo en serio Hye, cuando digo que si lo buscas para explicarle lo que sientes y él aun así se marcha, déjalo ir. No vale la pena un imbécil que no sabe valorar lo que tiene al lado. Lo sé porque yo fui uno.- me miró y sonrió.- Bueno, yo me marcho.

Lo acompañé hasta la puerta.

-Gracias por la charla Jungkook.-

-No agradezcas eso. Gracias a ti por darme esta oportunidad de perdonarme, y perdonarme yo mismo. Estoy en paz gracias a ti Hye.- me dio un abrazo.- Ahora piensa en lo que hablamos y búscalo. Hasta luego linda.

Lo vi marcharse a su auto y me despedí de él con una sonrisa y un gesto de mano. Cuando vi su auto desaparecer decidí entrar de nuevo a casa. Al darme la vuelta me di cuenta de que la vida me estaba odiando justo en ese momento.

Hoseok había presenciado todo desde su puerta, lo vi parado justo ahí.

Se veía enfermo, al menos así lo vi yo.

Siguió su camino por la acera  y dudé entre hablar con él o no.

-Ho...¡Hoseok!- le grité cuando ya iba algo lejos y volteó a mirarme.

Me dio pánico y solo pude decir un tonto "¡adiós!" y entré de inmediato a mi casa cerrando de un portazo. Solté el aire que estaba reteniendo de los nervios en un suspiro.

Hye. Eres una cobarde.

Caught me ➳ J.H;BTSWhere stories live. Discover now