Siempre fuiste tú

Capítulo 23

Narra Lucy

-No creo que sea necesario-dijo mi madre a Ian.Nos encontrábamos después de 3 días de estar internada, en mi casa.

Él en su buena voluntad quería instalarse en mi casa para así poder ayudarme con los bebés pero, mi madre se negaba. ¿Y yo? No decía nada. Bueno a ver, me gustaría que me ayudaran ya que si con uno ya era cansado, con 2 no me lo quiero imaginar.Pero tener a Ian a pocos metros de mí y todo el tiempo, sería demasiado para mí.

-Sé que usted será de buena ayuda pero yo quisiera ayudarla.Quiero ser parte de esto.

Que tierno...

Quise contestarle pero no tenía con que contraatacar.

Que sádica.

-Bueno pero puedes venir todos los días, cuando tú quieras-dije. A ver si sales de esa guapito.

Él me miró,fijamente, no apartaba su mirada de mí. Esos condenados ojos creo que ni parpadeaban. Me sentía intimidada. Pero no me daré por vencida. Él no vendrá a vivir conmigo,por el bien de mi salud mental.

Bajé mi mirada, sentía mis mejillas sonrojadas. Y presentía que el muy condenado le divertía eso.

-Quiero estar a tu lado ¿es tan malo eso? ¿O te pasa algo conmigo?-preguntó alzando las cejas.

Te conoce bien eh Lucy.

-¿A mi? Nada. Pero veo... yo...

Se te están acabando las excusas. Yo de ti me rendiría.

¡Jamás! Algo se me tiene que ocurrir.

Antes de que diera mi brazo a torcer vino como un brillo de esperanza sobre mí.

Exagerada,eres peor que una adolescente bipolar.

-¡Cállate!-exclamé al parecer en voz alta.

Alguien ha alzado un poquito la voz.

Mi madre e Ian se quedaron mirando extrañados.

-¿Ocurre algo?-preguntó mi madre.

Sí, una voz me acosa.

Lo que tu digas señorita. Apañate tu sola.

-Nada, es solo que...-y como si fuese una canción para mis oídos unos lloriqueos por parte de la habitación de los pequeños de la casa.

Que me tomen como loca pero,yo de aquí salgo como alma que lleva al diablo.

Entré en una habitación color violeta claro y dibujos de una rama en que sobresalían flores de diferentes. Cosas de mi madre y mi

yo sensible. Había una comoda donde estaban todo lo necesario para los niños:pañales,biberones,ropa... y un sinfín de nombres que me había mencionado mi mamá. Yo solo me quedaba maravillada por la ropita de bebé. Era tan pequeña...

Casi en un rincón en el lado izquierdo se ubicaban las dos cunas. Se podían distinguir por las mantas también,ya que uno estaba con el color azul y el otro rosa,¿típico no?

Y allí estaban los dos. Dando guerra. En ese momento tocaron la puerta,cosa que hizo que mi madre fuera a abrirla. Cogí a la pequeña e Ian hizo la señal de que quería cogerla en brazos. Le sonreí y con mucho cuidado le puse a la pequeña en sus brazos acunándola.

-Hola pequeña,¿ya vuelvas a dae guerra?

Antes de que me derritiera por el momento que estaba viendo,cogí al bebé que quería también un poco de atención.

-¡Te he dicho que te largues!-exclamó mi madre.

Preocupada por ello me dirigí a la puerta pero no salí de la habitación ya que James interrumpió en ella.

Se paró de golpe y nos miró. Luego con una risa burlona, aplaudió lentamente.

-Siento mucho,interrumpir esta bonita escena-dijo James.

Los bebés que ya estaban tranquilos, comenzaron a inquietarse.

-¿Qué quieres?-preguntó Ian mirándolo con odio.

-¿No puedo visitar a mis... hijos?

Ian tragó saliva. Eso le había dolido y mucho.

-Dijiste que no lo eran, que eran de ves a saber quien -dije furiosa.

-Me tomaste desprevenido y bueno encontraste a un tonto que te ayude.

-¿Qué quieres? Si has venido a molestar ya puedes...-dijo Ian pero James le interrumpió.

-Digamos que... el enfado que me provocó saber que te ibas a casar con este hizo que mi vena paternal se me encendiera-sacó un papel de su bolsillo. Todo arrugado,que descuido.- Así que Lucy cielo tú ganarás una cosa pero perderás otra.

-Sin rodeos-le dije ya cansada de su juego.

-He pedido que me den la custodis de los bebés. Ah,y si crees que no tengo fundamento para hacerlo solo fíjate a quien les darás como padres-dijo con una amplia sonrisa.