17. Hombre lobo

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Te pones de un humor extraño con cada luna llena al mes.
Pero todo lo demás le gana lo bueno que me das, solo tenerte cerca, siento que vuelvo a empezar.
Yo te quiero con limón y sal, yo te quiero tal y como estas no hace falta cambiarte nada.

Limón y Sal - Julieta Venegas

Los siguientes días fueron de lo mas vergonzoso para Remus. El 29 de diciembre la luna llena llegó para quedarse por unos días. El resto de la familia Lowe era igual o mas comprensivos que Anastasia. Aquella noche Alistair lo acompañó por el bosque, para desgracia de su hija, ella no podía correr al lado de su lobo y tirarsele encima si su padre andaba dando vueltas. La mañana del treinta Annie parecía un león enjaulado, quería ir a buscar a Remus. Bajó de su habitación preparada para transformarse.
Toda la familia Lowe tenían distintos tipos de batas para sus transformaciones, no podían pasearse desnudos por el jardín al volver a su forma humana. Se alegró al ver que Aquiles y Alec también estaban listos para ir al bosque.

Luego de un rápido desayuno, donde Annie casi tragó mas que comer. Corrió hacia el patio trasero de su casa oyendo las advertencias de su madre.

-Tengan cuidado con esos muggles, Annie vigila a tu hermano Alec, sabes que tiene un don natural para meterse en problemas.

Alec bufó mientras corrían al jardín. Era tal la necesidad de verlo que de un solo salto desprendiéndose de su bata ya había logrado transformarse y echó a correr por la reserva de Norbury.

Olisqueó su tan conocido bosque y sintió su aroma característico. Le siguió  el rastro y lo encontró durmiendo sobre un tronco. Parecía tan dulce. 

Ella lo cabeceó, anunciándole su llegada mientras él se limitaba a abrir los ojos.

Vio en los ojos de aquella leona el color de los de la chica que tanto quería. Ella le mostró sus dientes a modo de sonrisa, aunque aquello podía verse un poco aterrador considerando los prominentes colmillos de su Annie transformada.

Sintió unas pisadas mas lejanas y otros dos leones no tardaron en flanquear a su hermana.

Los cuatro comenzaron a correr colina abajo hacia un pequeño arroyo, que ahora se encontraba congelado por el invierno. Annie le mostró a Remus como sus patas resbalaban en el agua congelada, y aún sin decir nada con solo ver los ojos de la leona pudo intuir cuanto aquello le gustaba.

Él se había quedado a un lado observando a los tres leones patinando sobre aquella superficie. Alec mordió a modo broma la oreja de su hermana y aquella se le lanzó al cuello mordisqueándolo.

Cualquier muggle que hubiese visto aquella escena se habría maravillado al ver a dos leones adultos jugar como cachorros.

Si bien Annie aún no tenía el tamaño de sus hermanos, porque era un poco mas pequeña y hembra, de los cuatro era la más rápida y ágil.

Remus emitió un sonido que todos interpretaron como una risa. Oyeron unas pisadas a lo lejos y se pusieron alerta. Los tres hermanos automáticamente se posicionaron delante de él, como una formación lista para el ataque.

Los leones lo defenderían ante cualquier amenaza. No podía comprender la amabilidad de los Lowe, no se sorprendía de la valiente Annie. Pero sus dos hermanos, apenas lo conocían y ya lo estaban protegiendo.

Un león apareció divertido detrás de un árbol con un mono montado en su espalda. Todos se relajaron. Era Apolo.

Observó a los cuatro hermanos, tres con la melena característica de los leones y Annie, con el porte de una fémina leona.

Out Of The Woods - Remus LupinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora