22. Suya

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Quizás fue en la mañana
en que vendados los dos
descubrimos cómo eran las cosas,
y sin abrir los ojos nos teletransportamos
adonde desearíamos estar.

Como eran las cosas  - Babasonicos

Tal como lo prometió, volvió al amanecer, sin noticias de Pettigrew pero con la ropa y poción para Remus.

Se acomodó en la cama, nerviosa, ya había comenzado a convulsionar.

-¿Sirius? ¿Hay agua fría por aquí?

-Hay un grifo en el piso de abajo –le dijo observando apenado a su amigo. Ella le tendió las cortinas que se hallaban en el piso, las cuales le habían servido a ella para taparse la noche anterior.

-Ve a mojar estas telas.

Él estaba por replicarle, no le gustaba que nadie lo mandonease así, pero al ver lo ocupada que estaba por su amigo asintió sin chistar.

El lobo por su parte se recordaba a él mismo que no debía gritar, Annie estaba a su lado, no quería que sintiese lo doloroso que...

Respiró con dificultad mientras ella colocaba algo frío en su frente y sus muñecas.

Sintió su corazón latir a toda velocidad, un calor quemaba desde el centro de su cuerpo, se mordió la lengua para no gritar.

-Lo peor ya ha pasado –le dijo Annie acomodando su cabello con dulzura.

-Hola –dijo con un hilo de voz él –Canuto.

Su amigo se tiró encima de él en un abrazo sincero, honesto. Aquello tocó el corazón de la leona, pero se apresuró a acercarle aquella poción amarilla a su lobo mientras Sirius se corría para darles espacio.

Annie se relajó al ver que luego de aquella poción la cara de Remus adquirió un poco mas de color. Aprovecho la comida que estaba en la habitación y le acercó una porción de budín con jugo de calabaza.

Él comió y bebió en silencio, sin quitar la vista de ella. Realmente era su salvación.

-¿Tu pudiste dormir algo?

-Algo –mintió, se había pasado la noche en vela preparando todo para llevar nuevamente a la Casa de los Gritos –hoy es domingo. Nadie notará nuestra ausencia...

No quería que esté cerca de Sirius demasiado, ya bastante la había involucrado en aquel plan y no quería. Annie no debía correr ningún riesgo.

Deseaba salir corriendo de allí con ella en sus brazos, si el ministerio los encontrase. Él nunca abandonaría a su amigo Canuto, menos luego de lo que debía haber pasado todo ese tiempo. Pero a ella no podía permitir que nada malo le sucediese...

Intentó incorporarse pero no tenía demasiadas fuerzas para nada. La acomodó a Annie entre sus brazos y respiró suavemente oliendo el aroma de sus cabellos.

Con Sirius sentado a los pies de su cama, pasaron el resto de la hora charlando entre ellos, actualizándose, Annie logró dormitar un poco entre sus brazos. Esos últimos días no había podido descansar casi nada.

-No quiero que ella esté involucrada en nada –le dijo a su amigo en voz baja al verla dormir.

-Lunático, es de mucha ayuda, ¿No crees que sonaría raro si tu anduvieses buscando la rata de Weasley por el castillo?

Remus guardó silencio.

-Ella tiene acceso a la sala común, a las habitaciones, es prefecta...

Out Of The Woods - Remus LupinWhere stories live. Discover now