Amortentia

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—...nunca haber visto algo así, me parece que son síntomas demasiado inusuales aún en padecimientos mágicos, incluso me atrevería a decir que es el primer caso en el que...

—Señora Pomfrey.

—...revisé lo mejor que pude todo su sistema, en su pulmón izquierdo logré apreciar una anomalía que se asemeja a una raíz, pero sospecho que se inicia en una arteria...

—Señora Pomfrey.

—...quise revisar de forma más meticulosa, sin que estén prendas de por medio, pero el chico se niega a deshacerse de su camisa, debí haberlo hecho mientras seguía inconsciente pero no creí que terminaría evaluando algo completamente distinto a lo que lo trajo aquí...

Madame—acentuó Snape sacando a la medimaga de sus cavilaciones—Si me permitiera opinar, sospecho que un truco o producto cuestionable fue lo que provocó la actual condición del joven Malfoy. Por lo tanto es solo cuestión de espera para que sus efectos desaparezcan.

—Discúlpeme si lo contradigo, profesor. Pero en todos mis años de carrera, yo jamás he visto un caso como este, y no creo que se deba tomar a la ligera. Puede correr riesgo la salud del estudiante.

—Usted lo ha dicho, Pomfrey. Jamás ha visto un caso así, lo cual nos lleva a sobreentender que el síndrome es una invención aplicada recientemente.

Poppy no titubeó al hablar pero se notaba la duda persistente en sus ojos—Aun siendo así, profesor Snape. No apoyo su decisión de dejar pasar un asunto tan importante, no sabemos con exactitud cuál fue la causa del síntoma, por lo que tampoco podemos asegurar que esta no se agravará con el pasar de los días.

—Lamento decirle, madame, que es el jefe de casa quien decide qué es lo más conveniente para sus estudiantes.

La mujer enrojeció—Y yo quiero recordarle que estoy a cargo del bienestar de TODOS los alumnos, y si algo encuentro que sea peligroso para uno de ellos, es mi deber...

—Al comenzar esta plática—cortó—usted ha dicho que con las pócimas que le administró, Draco no presentó más inconvenientes y parecía listo para ser dado de alta. Por ello no veo una razón válida para que lo llevemos a San Mungo como usted sugiere. Y de todas formas—interrumpió a propósito al ver que la mujer comenzaría a protestar—no ha pasado mucho desde que comenzaron las clases, no sería apropiado interrumpir los estudios del señor Malfoy por una treta entre adolescentes—diciendo esto dio media vuelta con el fin de salir del despacho, pero se detuvo al escuchar la voz femenina.

—Informaré de esto al director.

Snape apenas y giró la cabeza—Adelante.

Desalojó el cubículo a paso firme y se aproximó directamente a una de las camillas del fondo, en donde un muchacho rubio y pálido se hallaba sentado con la vista perdida en las afueras del castillo.

—Draco, nos vamos—informó y enseguida abandonó la enfermería esperando que el chico lo siguiera.

Aún faltaba una hora para que iniciara el receso, por lo que los pasillos se presentaban solitarios y fríos a diferencia de las aglomeraciones de alumnos que se veían cuando estaban fuera de sus aulas.

Draco caminaba detrás de su profesor, no queriendo perturbar el espacio personal de este y así evitar una confrontación respecto a lo recientemente ocurrido. Estaba seguro de que la sanadora descubrió algo nuevo y que a esas alturas Snape ya estaría enterado de lo que es. Y aunque la curiosidad lo invadía, no quería saber.

No era que le restara importancia a su karma (como había decidido comenzar a llamarlo), sino más bien, no quería tener en su cabeza algo de tan alta magnitud que no haría más que llenarlo de preocupaciones y estrés. No, no necesitaba nada de eso, no cuando tenía entre sus planes un propósito tan grande como el que le fue encomendado por el Lord.

Hanahaki Where stories live. Discover now