7: Tarde

7.5K 818 118
                                    

El final del verano llegó más rápido de lo que me hubiera gustado aunque de todas formas extrañaba Hogwarts .
La última noche, la señora Weasley hizo aparecer, por medio de un conjuro, una cena suntuosa que incluía todos los manjares favoritos de los chicos y los míos,  que terminó con un suculento pudín de melaza. Fred y George redondearon la noche con una exhibición de las bengalas del doctor Filibuster, y llenaron la cocina con chispas azules y rojas que rebotaban del techo a las paredes durante al menos media hora. Después de esto, llegó el momento de tomar una última taza de chocolate caliente e ir a la cama.
A la mañana siguiente, nos llevó mucho rato ponernos en marcha. Con un gruñido me levante con el canto del gallo, pero parecía que quedaban muchas cosas por preparar. La señora Weasley, de mal humor, iba de aquí para allá como una exhalación, buscando tan pronto unos calcetines como una pluma. Algunos chocaban en las escaleras, medio vestidos, sosteniendo en la mano un trozo de tostada, y el señor Weasley, al llevar el baúl de Ginny al coche a través del patio, casi se rompe el cuello cuando tropezó con una gallina despistada. Claro que no había contado con las prestaciones especiales que le había añadido el señor Weasley.

Cuando por fin estuvimos todos en el coche, la señora Weasley echó un vistazo al asiento trasero, en el que yo, Harry, Ron, Fred, George, Percy  estábamos confortablemente sentados, unos al lado de otros, y dijo:
—Los muggles saben más de lo que parece, ¿verdad?—Ella y Ginny iban en el asiento delantero, que había sido alargado hasta tal punto que parecía un banco del parque—. Quiero decir que desde fuera uno nunca diría que el coche es tan espacioso, ¿verdad?
El señor Weasley arrancó el coche y salimos del patio. Di un suspiro, triste por el final de pasarla bien sin exámenes pero feliz de volver a Hogwarts pero esa emoción se fue cuando tuvimos que dar la vuelta, porque a George se le había olvidado su caja de bengalas del doctor Filibuster. Cinco minutos después, el coche tuvo que detenerse en el corral para que Fred pudiera entrar a coger su escoba. Y cuando ya estábamos en la autopista, Ginny gritó que se había olvidado su diario y tuvimos que retroceder otra vez.
—¡Oh por el amor de Dios!-gritamos yo y Ron a la vez.
Cuando Ginny subió al coche, después de recoger el diario, llevábamos muchísimo retraso y los ánimos estaban alterados.
El señor Weasley miró primero su reloj y luego a su mujer.
—Molly, querida...
—No, Arthur.
—Nadie nos vería. Este botón de aquí es un accionador de invisibilidad que he instalado. Ascenderíamos en el aire, luego volaríamos por encima de las nubes y llegaríamos en diez minutos. Nadie se daría cuenta...
—He dicho que no, Arthur, no a plena luz del día.
Llegamos a Kings Cross a las once menos cuarto. El señor Weasley cruzó la calle a toda pastilla para hacerse con unos carritos para cargar los baúles, y entramos todos corriendo en la estación. Una vez que todos llegamos al andén, yo jadeando por supuesto, solo teníamos que atravesar la muralla de ladrillos para llegar al tren.
—Percy primero —dijo la señora Weasley, mirando con inquietud el reloj que había en lo alto, que indicaba que sólo teníamos cinco minutos para desaparecer disimuladamente a través de la barrera.
Percy avanzó deprisa y desapareció. A continuación fue el señor Weasley. Lo siguieron Fred y George.
—¿Puedo ir yo ahora?-pregunte tomando mi baúl- mi abuelo Newt me está esperando, quiere darme algo de mi madre.
—Por supuesto cielo- respondió la señora Weasley, me di la vuelta a Harry y a Ron
—Nos vemos en el otro lado-me despedí con un saludo militar, agarre mis cosas y cruce el muro.
Cuando atravesé el muro y llegue a el andén 9 y 3/4 no había tanta gente como mi primer día, porque mi primer día había llegado temprano, y ahora no habían muchos alumnos ya que la mayoría estaban en el tren, solo estaban los adultos que se despedían.
—¿Abuelo Newt? ¿Abuelo Newt?-grite entre el gentío faltaban máximo cinco minutos para que el tren se fuera, tenía a Castiel en mi bolsillo derecho y a James en el izquierdo, mientras arrastraba mi maleta y mis baules, después de un minuto gritando encontré a mi abuelo Newt y lo abrace.
—¡Laila!-dijo con sorpresa abrazándome- pensé que ya te habías subido.
—¿y olvidarme de ti? ¡Nunca!
—Ten, esto es lo que quería darte- de su bolsillo saco una pequeña caja y la abrió mostrando un brazalete, era una fina cadena de plata- lo mandamos a hacer para tu madre cuando cumplió su primer año en Hogwarts...ahora que tu empezaras tu segundo año sería bueno que tengas un poquito de ella contigo, aunque ella siempre está contigo.
Me puse el brazalete con cariño y le di una rápida mirada a mi abuelo cuando vi que el tren comenzaba a partir. Le di un abrazo y un beso en la mejilla.
—Te quiero mucho abuelo, ¡dale un beso de mi parte a la abuela Tina!- le grite subiéndome al tren y dándole el último adiós.

🐍

—¿Hermione?-pregunte por décima vez abriendo el compartimiento pero eran unas chicas de primero lo que me hizo dar un suspiro- tú no eres Hermione.
Me di la vuelta para ver el otro compartimiento y me encontré con unos chicos mayores que yo.
—Y... ustedes no son mi Harry-suspire-excepto tú, tú te pareces a mi Ron- señale a un chico pelirrojo para luego cerrar el compartimento. Fui al compartimiento de al lado y vi que eran mis compañeras; Lavander Brown, Hanna Abbott y las gemelas Patil; Padma y Parvati.
—Hey chicas no han visto a mi Harry, Ron y Hermione? Uno es de esta estatura, ojos verdes, cuatro ojos y con la cara partida, el otro es pelirrojo y muy alto, tiene una rata en la mano,y la otra es castaña y tiene el pelo enredado como una maraña pero no se como también es tan suave... en fin ¿los han visto?
Todas negaron con la cabeza.
Fui a otro vagón y vi a Fred, George y a Lee.
—Caballeros, ¿han visto a mi Harry, Ron y Hermione?-les pregunte metiendo la cabeza y robandoles un dulce.
—Lo siento rubia, no hemos visto a Harry o a Roonie pero Hermione está un par de compartimientos a la derecha.
—Gracias-murmuré, di un gemido frustrada y fui como los gemelos me dijeron a unos cuantos compartimientos a la derecha; lo abrí:
—Juro por dios que si tú no eres Harry, Ron o Hermione...
Pare en seco al ver que Hermione estaba en el asiento derecho y frente a ella estaba Neville, ambos parecían estar conversando hasta que los interrumpí.
—¡Herms!-fui lanzándome hacia ella como una bala de cañón, Hermione me correspondió el abrazo dándome palmaditas en la espalda. Me acomodé en el asiento y luego grite:
—¡Neville!-me abalancé también sobre él y lo abrace con fuerza, Neville torpemente puso sus manos en mi espalda y me dio también unas palmaditas cuando salí del abrazo y me senté junto a Hermione Neville parecía tan rojo como un tomate.
—¿Alguno de ustedes sabe dónde diablos están Ron y Harry?-pregunte
Ambos negaron con la cabeza.
—Los busque pero no los encontré-dijo Hermione-deben estar en otro vagón.
—Oh! ¡Ahora que será de mi!- dije dramáticamente y poniendome una mano en el pecho-¿Ahora sin Harry como comeré dulces? ¡Él es quien me alimenta cuando viajamos!
Hermione rodó los ojos
—Laila tal vez tu abuela tenga razón con respecto a el azúcar...
—El azúcar me mantuvo viva cuando me trague todas esas posiciones el año pasado-me justifique
—No- me corrigió Hermione- esa fue la señora Pomfrey.
—Y todos los dulces que me enviaron, por favor Hermione...-dije haciendo una nueva de perrito.
—Muy bien pero todas las siguientes te las dará Harry-dijo mientras íbamos al carrito.
—¡Te quiero tanto!

🐍

Después de pedirle amablemente a Neville que saliera del compartimiento para que nos vistiéramos, Hermione me estaba atando los zapatos y yo le arreglaba la túnica cuando ella rompió el silencio.
—¿Como lo haces?-preguntó Hermione de repente.
—¿Ser fantástica? Bueno tendrías que llamarte Laila Scamander pero te diré mi secreto que es...
—No, me refiero a lo de tu Legeremancia ¿como funciona? ¿Me estás leyendo el pensamiento ahora?
Di un suspiro mientras me comía lo último que quedaba de mi chocolate que me había comprado Hermione.
—Mira, no lo puedo evitar. Todo lo que piensas ahora mi mente lo absorbe como una esponja, con los años he aprendido a evitarlo pero siguen ahí son como mosquitos molestos que están a mi alrededor, pero le hice la promesa a mi abuelo Newt de hacer el intento de no leerles la mente a mi familia o a mis amigos. Había menos de un 5% que heredará la Legeremancia, mi tia abuela Queenie es una Legerement.
—Bueno técnicamente tia bisabuela- corrigió Hermione- hablando de eso, tu abuelos Newt y Tina son en realidad tus bisabuelos...¿donde están tus abuelos?
Eso me hizo dar una mueca, no quería hablar de ellos.
—Hey mira, ya estamos llegando-dije evadiendo el tema

¿Que? ¿Esperaron que Laila también se perdiera el tren? Aunque se que le hubiera encantado ir en el auto. Y además se empieza a saber más de la familia de Laila...

Laila Scamander y El Heredero de SlytherinWhere stories live. Discover now