11: Firma de autografos.

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¿Adivinen de quién es el cumpleaños?
Sta nena :v
Feliz cumpleaños para mi

Bajamos a comer, pero el humor de Ron no mejoró cuando Hermione le enseñó el puñado de botones que había conseguido en la clase de Transformaciones, yo igual tenía un puñado pero los había botado a la basura para que Ron no se sintiera mal, a...

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Bajamos a comer, pero el humor de Ron no mejoró cuando Hermione le enseñó el puñado de botones que había conseguido en la clase de Transformaciones, yo igual tenía un puñado pero los había botado a la basura para que Ron no se sintiera mal, aunque no culpaba a Hermione de estar muy orgullosa, yo también lo estaba.
—¿Qué hay esta tarde? —dijo Harry, cambiando de tema rápidamente.
—Defensa Contra las Artes Oscuras —dijo Hermione en el acto.
—¿Por qué —preguntó Ron, cogiéndole el horario— has rodeado todas las clases de Lockhart con corazoncitos?
Hermione le quitó el horario. Se había puesto roja. Sin embargo yo que estaba al lado lo tome para su sorpresa y efectivamente habían corazoncitos.
—¡Laila!
—¿Por que a todas las chicas les gusta? Digo su sonrisa parece echa por dentifristas...
—Dentistas-me corrigió Hermione
—Pero no es tan bonito como cuando ves el gran Comedor lleno de comida o ver un unicornio.

🐍

Terminamos de comer y salimos al patio. Estaba nublado. Hermione se sentó en un peldaño de piedra y volvió a hundir las narices en Viajes con los vampiros. Harry y Ron se pusieron a hablar de quidditch, me unía aveces a la conversación mientras caminaba en un angosto peldaño de piedra, con las manos en alto, haciendo equilibrio como en la cuerda floja. Harry me dio una mirada y luego discretamente señaló con la cabeza a un chico, lo reconocí como el muchacho pequeño de pelo castaño que la noche anterior se había puesto el sombrero seleccionador. Lo miraba como paralizado. Tenía en las manos lo que parecía una cámara de fotos muggle normal y corriente, y cuando Harry miró hacia él, se ruborizó en extremo.
—¿Me dejas, Harry? Soy... soy Colin Creevey —dijo entrecortadamente, dando un indeciso paso hacia delante—. Estoy en Gryffindor también. ¿Podría..., me dejas... que te haga una foto? —dijo, levantando la cámara esperanzado.
—¿Una foto? —repitió Harry sin comprender.
—Con ella podré demostrar que te he visto —dijo Colin Creevey con impaciencia, acercándose un poco más, como si no se atreviera—. Lo sé todo sobre ti. Todos me lo han contado: cómo sobreviviste cuando Quien-tú-sabes intentó matarte y cómo desapareció él, y toda esa historia, y que conservas en la frente la cicatriz en forma de rayo (con los ojos recorrió la línea del pelo de Harry). Y me ha dicho un compañero del dormitorio que si revelo el negativo en la poción adecuada, la foto saldrá con movimiento. —Colin exhaló un soplido de emoción y continuó—: Esto es estupendo, ¿verdad? Yo no tenía ni idea de que las cosas raras que hacía eran magia, hasta que recibí la carta de Hogwarts. Mi padre es lechero y tampoco podía creérselo. Así que me dedico a tomar montones de fotos para enviárselas a casa. Y sería estupendo hacerte una. —Miró a Harry casi rogándole—. Tal vez tu amigo querría sacárnosla para que pudiera salir yo a tu lado. ¿Y me la podrías firmar luego?
—¿Firmar fotos? ¿Te dedicas a firmar fotos, Potter?
En todo el patio resonó la voz potente y cáustica de Draco Malfoy. Se había puesto detrás de Colin, flanqueado, como siempre en Hogwarts, por Crabbe y Goyle, sus amigotes.
—¡Todo el mundo a la cola! —gritó Malfoy a la multitud, inmediatamente di un gruñido y de un salto me bajé del peldaño, posicionándose al lado de agarra—. ¡Harry Potter firma fotos!
—No es verdad —dijo Harry de mal humor, apretando los puños—. ¡Cállate, Malfoy!
—Lo que pasa es que le tienes envidia —dijo Colin, cuyo cuerpo entero no era más grueso que el cuello de Crabbe, inmediatamente pero sutilmente puse el cuerpo de Colin detrás del mío en gesto protector.
—¿Envidia? —dijo Malfoy, que ya no necesitaba seguir gritando, porque la mitad del patio lo escuchaba—. ¿De qué? ¿De tener una asquerosa cicatriz en la frente? No, gracias. ¿Desde cuándo uno es más importante por tener la cabeza rajada por una cicatriz?
Crabbe y Goyle se estaban riendo con una risita idiota.
—¡Hey! ¡Solo yo puedo decirle cabeza rajada a cabeza rajada!
—Échate al retrete y tira de la cadena, Malfoy —dijo Ron con cara de malas pulgas. Crabbe dejó de reír y empezó a restregarse de manera amenazadora los nudillos, que eran del tamaño de castañas.
—Weasley, ten cuidado —dijo Malfoy con un aire despectivo—. No te metas en problemas o vendrá tu mamá y te sacará del colegio. —Luego imitó un tono de voz chillón y amenazante—. «Si vuelves a hacer otra...»
Varios alumnos de quinto curso de la casa de Slytherin que había por allí cerca rieron la gracia a carcajadas.
—A Weasley le gustaría que le firmaras una foto, Potter —sonrió Malfoy—. Pronto valdrá más que la casa entera de su familia.
Ron sacó su varita reparada con celo, pero Hermione cerró Viajes con los vampiros de un golpe y susurró:
—¡Cuidado!
—¿Qué pasa aquí? ¿Qué es lo que pasa aquí? —Gilderoy Lockhart caminaba a a grandes zancadas, y la túnica color turquesa se le arremolinaba por detrás—. ¿Quién firma fotos?
Harry quería hablar, pero Lockhart lo interrumpió pasándole un brazo por los hombros y diciéndole en voz alta y tono jovial:
—¡No sé por qué lo he preguntado! ¡Volvemos a las andadas, Harry!
Sujeto por Lockhart y muerto de vergüenza, Harry vio que Malfoy se mezclaba sonriente con la multitud.
—Vamos, señor Creevey —dijo Lockhart, sonriendo a Colin—. Una foto de los dos será mucho mejor. Y te la firmaremos los dos.
Colin buscó la cámara a tientas y sacó la foto al mismo tiempo que la campana señalaba el inicio de las clases de la tarde.
—¡Adentro todos, venga, por ahí! —gritó Lockhart a los alumnos, y se dirigió al castillo llevando de los hombros a Harry, que hubiera deseado disponer de un buen conjuro para desaparecer. Me miró con los ojos abiertos, esa mirada que decía con desesperacion "sálvame de esta, Laila, sálvame de esta"
Yo solo negué con la cabeza con una mueca mientras veía a Harry ser arrastrado por Lokhart con el cual tendríamos en nuestra siguiente clase.

Laila Scamander y El Heredero de SlytherinOù les histoires vivent. Découvrez maintenant