Un Mundo Mágico.- Los Orígenes de Amira

Capítulo 36.- Por fin en casa

- Por fin puedo salir - dije cuando atravesando la salida del hospital

- Tranquila hermana - me dijo Amelia - tampoco es como si hubieras estado ahi hace años - agregó con burla

- Claro como no fuiste tu la que estuvo ahí adentró - le respondí siguiendo con mi juego

Se quedó callada, lo que significaba una cosa quería hablar conmigo cuando mamá no estuviera presenté, asi que al llegar a casa nos encerramos en su habitación

- Ya se lo conté a Jonathan - dijo rompiendo el silencio

- Y... ¿como reaccionó? - le pregunté, pues ayer no fue al hospital a verme

- Parecía que lo interpretó todo como razones de tu personalidad - respondió

- Si todo fue bien ¿por que no me visitó ayer? - le cuestione nuevamente, estaba muy nerviosa, seguro después de oír eso, decidió que, yo no era el tipo de chica, que el quería tener, ósea, muchas de las cosas que siempre he dicho son mentira, no puedo culparlo

- No lo se, talvez tenía tareas retrasadas - lo justificó - estuvo quedándose contigo durante 4 dias completos, y creo que me dijo que estaban en temporada de exámenes -

Rayos lo había olvidado, con razón ayer Mónica tenía ojeras tan grandes, seguro se había desvelado estudiando, y yo acá sin poder aparecerme en el colegio por mi mini expulsión

- Rayos y yo puedo ir a clases hasta el miércoles - mencioné frustrada

- ¿Como que hasta el miércoles?, ¿que hiciste? -

- Solo me defendí de un molestoso y me dejaron una expulsión de 2 semanas, por favor no le digas a mamá que están en exámenes - suplique

Eres bastante bipolar

Cállate conciencia

- Tranquila para eso están las hermanas - me intentó tranquilizarme levantando con cuidado con su mano derecha - además según oí, mamá todavía no a logrado completar nuestros papeleos de inscripción, asi que ni Felix, ni yo tenemos clases todavía - sonrió

- Bueno a lo mejor viene mañana a verte, es Domingo, asi que es una buena ocasión, para que la pareja se reuna - dijo de manera coqueta, haciendo que me sonrojara al pensar en Jonathan

- ¡Chicas, su madre dice que ya esta listo el almuerzo! - gritó Felix desde el otro lado de la puerta