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   No me lo podía creer que me estaba diciendo esté idiota. ¿Por que todos parecían ya saber?

  –¿Que dijiste? –dije furiosa a más no poder, esto es una muy mala broma.

  –Como escuchaste nos vamos a casar –dijo en tono de orden, claramente no me estaba proponiendo matrimonio.

  –Ni de broma, no, no me casare y menos contigo –dije mientras me iba. Me agarro de las muñecas.

  –No te lo estoy pidiendo, ya esta todo listo –dijo seriamente. Ahhh claro, así como negarse, idiota.

  –¿Perdón?  –lo mire enojada y a la vez confundida, sus manos aún sujetaban mis muñecas fuertemente.

  –Lissa, tu sabías que yo me casaría –dijo fríamente.

  –¡Si idiota! ¡Pero no conmigo! –le grite furiosa. Todo el mundo lo sabía pero no sme puedo creer esta idiotez.

  –Tranquila, solo serán seis meses, el contrato lo arreglaron nuestros padres.

  –Ni de broma. ¿Que tengo que ver yo con los negocios de tu familia? Ni seis meses ni un día –tampoco me creía lo de los seis  meses, un divorcio sería un escandalo para su familia.

  –Vale, puedes gritar todo lo que que quieras la decisión ya esta tomada –dicho esto me soltó el agarre de las muñeca.

   Me fui furiosa caminando sin destino, pero que se creían todos, como pudieron mis padres hacerme esto. Las lágrimas empezaron a recorrer mis mejillas no podía creer lo que estaba pasando. "La decisión ya esta tomada", que se creían todos, soy menor de edad aún, se creen que pueden tenerlo todo con sus riquezas.

   De pronto recordé por qué lo odiaba tanto, vino a mente el favor que me había pedido, que hablara con Ana, ella me había dicho que vendría a verme hoy por mi cumpleaños y se me había olvidado por completo con todo lo sucedido.

   La llame para que nos juntaramos en una plaza cerca de mi casa, no iba a volver a mi casa con ese par de traidores, también se hacen llamar padres.

   Cuando llegó note en su rostro  que se preocupo al verme en una banca sentada con mi rostro lleno de lágrimas.

  –¡Liss! ¿Que sucedió?  –dijo Ana.

  –El maldito de Luis  –dije entre lágrimas mientras me apoyaba en su hombro.

  –¿Que ocurrió? –dijo preocupada, nunca me había visto llorar de ese modo, no acostumbro a llorar frente a otros.

   No supe como decirle, como decirle que me estaban obligando a casarme con Luis, se que ella aún  sentía cosas por él aunque me dijera lo contrarió.

  –Vamos dime soy fuerte –noto que me costaba decírselo.

  –Es que... ¡No pueden! No pueden obligarme a hacer esto –dije a gritos, mi amiga claramente no entendía que pasaba.

  –Vamos Lissa confía en mi, dímelo –dijo calmandome. No tenía el valor para decírselo pero debía hacerlo.

  –Me están obligando a casarme –dije entre lágrimas.

  –¿Como? ¿Que tiene que ver Luis? –en ese instante note que lo comprendió.

  –Pero, ¿por qué? –dijo confundida.

  –No lo sé, solo se que no lo voy a hacer –dije decidida, secándome  mis lágrimas.

  –Liss tu sabes quienes son los padres de Luis, ¿cierto? –dijo preocupada. Da igual quienes sean, es mi vida.

   Los Señores Matte eran conocidos por conseguir todo lo que querían y si no lo lograban se encargaban de destruir a los culpables. Pero no iban a intimidarme, al menos eso espero. Nadie tiene derecho a obligarme algo que no quiere hacer.

  –No me asustan –si no me daba miedo el bruto de Luis, tampoco  me tendría que dar miedo su familia.

   –Pero y tus padres... –se notaba realmente procupada preocupada. Se me había olvidado por completo, ellos se atrevieron a firmar un contrato de compromiso pero aún así seguían siendo mis padres.

  –¿Que se supone que haga? –dije desesperada– Que acepte casarme seis meses con ese idiota, además no estoy segura si es verdad lo de los 6 meses.

  –Calmate, pensaremos en algo –dijo tratando de consolarme.

   Nos quedamos un rato en silenció , luego decidí que tenia que volver a mi casa, no se puede escapar de los problemas a veces.

(...)

    Cuando volvi a mi casa ya era tarde se habían ido todos los invitados menos los padres de Luis .

   –¡Hija! Estabamos preocupados por ti –dijo mi madre. Si como no, se nota poco.

  –No lo creo, si lo hubieran estado no me harían esto  –una lágrima se deslizo en mi mejilla.

  –Es por tu bien hija, sera solo por un tiempo –dijo mi padre.

  –¿Por cuanto tiempo? ¡¿Seis meses, un año o toda la vida?! –grite frustrada.

  –El que sea necesario –me interrumpió la madre de Luis.

  –¿Necesario para que? –me cintrole para no gritarle a la señora esa.

  –Para que Luis tenga la apariencia de un hombre de empresas y luego pueda tomar el lugar de su padre, si pones de tu parte solo serán seis meses.

  –Pero de que hablan, solo tengo 17 y él 18 –dije señalando con furia a Luis–. Nadie lo vera como un hombre de empresas.

  –Hay personas que se casan mas jóvenes  –dijo entregándome una cajita de terciopelo, el anillo de compromiso supuse yo. En la prehistoria se casarían antes de esa edad.

   Me vi obligada a recibirlo, de muy mala gana. Subí a mi cuarto, tire la cajita por no se donde, me tire en la cama y estuve llorando por un largo rato hasta que me dormí. ¿Que mierda se creían todos?.

Maniático Where stories live. Discover now