XI

753 120 8
                                    

  No sabía que decir así que espere a que el hablara, pero no dijo nada, solo estaba ahí sentado en la cama, fue en ese momento que me di cuenta que en la cabaña solo había una cama y una TV, nada más.

–¿Donde vas a dormir?

  –Pues en la cama –dijo molesto

  –¿Y yo? –pregunté tímidamente, a ver con que me salia.

  –También a menos que quieres dormir en el suelo –dijo serio.

  –Creo que el suelo no esta tan mal –dije entrando en el baño.

  Me duche y me puse el pijama.

   Cuando sali aún estaba Luis sentado en la cama enojado.

   –Mmmm –murmeré no sabiendo que hacer, ¿de veras tenía que dormir yo en el piso?

  –Ni pienses que me dormire en el piso, ya me he humillado bastante –dijo serio.

  –¿Que pasa? –dije sentandome junto a él.

  –Nada, solo que no se donde estuviste metida todo el día.

   –¿Desde cuando eso te interesa? –dije confundida.

  –¿Y que tal si algún conocido te hubiera visto con ese chico? –dijo furioso.

  –No empiezes –dije acomodandome en la cama.

  –¿Que haces? –pregunto. Me quede muda, estaba muerta de sueño.

  –¡Ah no! –grito– Yo no dormire en el suelo –dijo acomodandose en la cama.

  –¡Salte! –grite.

  –No –me respondio.

   Quizá que pensaban los de las demas cabañas con tanto alboroto.

  –¿Y que tanto hacías con ese chico? –pregunto.

  –Que te importa –le dije. Abraze mi almohada, para poder dormir.

  –¿Que haces? –comenzo a reir– No me digas que tienes que dormir abrazando algo.

  –No te rías –dije furiosa.

   Estuve un rato escuchando una risa que le dio hasta que conseguí dormirme.

   Cuando desperte vi a unos centimetros míos a Luis, me di cuenta de que lo tenía abrazado y por si fuera poco también tenía mi cabeza en su pecho, a decir verdad era más comodo que la almohada.

   Vi como sus ojos me miraban con una sonrisa malvada.

–¿Tan comodo soy ? –dijo al ver que no me movía.

  –A mi defensa estaba dormida y no me di cuenta –dije mientras lo soltaba algo avergonzada.

  –Ahora tengo algo con que amenazarte.

  –Esto nunca paso –respondí amenazante.

   –Pero si te veias tan tierna durmiendo –dijo riendo.

  –¡Ash! Hasta la almohada era más comoda –me queje–, dormi horrible –era mentira pero no iba a dejar que me molestara.

   –Ja, esa ni tú te la crees.

  –Bueno vamos a comer –dije saliendo de la cabaña aún en pijama, me dirigi a una sala donde se ponía la comida, claro para los que arrendaban las cabañas.

  –Despertaste de buen animo, debe ser por lo bien que dormiste –dijo Luis a mis espaldas.

  –¿Que debo hacer para que dejes de mencionar eso? –dije enojada.

Maniático Where stories live. Discover now