Capítulo 2

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No le daban analgésicos.

Lo cual estaría bien, a pesar del golpeteo feroz de la cabeza y de lo que le dolía mover la pierna y el codo, si al menos la dejaran dormir.
Pero tampoco hacían eso. Siempre que se quedaba dormida, se inclinaban sobre ella, pinchando y hurgando, hablando con voz de profesores de preescolar, poniéndole luces en los ojos, preguntándole su nombre, cuantos años tenia o quien era el presidente.
Aquello era estúpido. Ella apenas si recordaba su edad ni quien era el presidente cuando no la había atropellado un camión.

Si le preguntaran como calcular la velocidad de la luz o cuáles eran las propiedades de los agujeros negros, podría contestar en un abrir y cerrar de ojos. Podría hablar de eso horas, o habria podido si hubiera sido capaz de mantener los ojos abiertos.
Pero nadie le preguntaba eso.

Se marcharon un rato, pero regresaron con más agujas. Le hacían ecografías, análisis, murmuraban, hacían muchas mas preguntas interminables mirándola expectantes y fruncía el ceño cuando no conseguía recordar si tenia 34 años o 35.
¿A quien narices le importa eso?
Al parecer, a ellos.

-¿En que mes estamos? Preguntó. Su cumpleaños era en junio.

Ellos parecían sorprendidos.

-No sabe que mes es- murmuró una; y tomó notas urgentes en su portátil.

-No importa- murmuró Lauren con irritación-. ¿Jermy esta bien?

Aquello era lo único que importaba en ese momento. Era lo que veía siempre que cerraba los ojos... A su vecino de 4 años corriendo a la calle detrás de su pelota. Eso y, por el rabillo del ojo, al camión que se acercaba a el.

-¿Como esta jeremy? - volvió a preguntar.

-Esta bien. Apenas tiene un arañazo- dijo un doctor, poniéndole una luz en los ojos-. Ya se ha ido a casa. Mucho mejor que tú. Estate quieta y abre los ojos, Lauren, maldita sea.

Lauren suponía que Sam Harlowe tendría normalmente mas paciencia con sus pacientes. Pero los dos se conocían desde la escuela primaria. Ahora Sam le agarro la barbilla y volvió a ponerle una luz en los ojos. El dolor de cabeza de Lauren se acentuó. Apretó los dientes.

-Miéntras jeremy este bien...-dijo. En cuanto Sam le soltó la barbilla, apoyo la cabeza en la almohada y cerro intencionalmente los ojos.

-Muy bien. Has el idiota- gruño Sam-. Pero te vas a quedar aqui y vas a descansar. Entre a verla de modo regular- ordeno a una enfermera-. E informeme de cualquier cambio. Las próximas 24 horas son criticas.

Lauren abrió los ojos.

-Creí que habías dicho que estaba bien.

-El si. Tú todavía no se sabe- gruño Sam-. Volveré.

Lauren lo miro alejarse enojado. Después fijo la vista en una enfermera.

-Usted también puede irse- ya estaba harta de preguntas. Además, la cabeza le dolía menos si cerraba los ojos, cosa que hizo.
Probablemente se quedo dormida, porque lo siguiente de lo que tuvo conciencia fue de que otra enfermera distinta le daba la lata.

-¿Cuantos años tiene Lauren?

Ella la miro de mala gana.

-Demasiados para andar con estos juegos. ¿Cuando puedo irme a casa?

-Cuando haya jugado a estos juegos- repuso ella con sequedad.

Lauren sonrió.

-Voy a cumplir 35. Estamos en mayo. Esta mañana he desayunado copos de avena. A menos que ya sea mañana.

-Lo es.

-Entonces puedo irme a casa.

-Solo cuando lo diga el doctor Harlowe- ella le tomaba la presión arterial y no alzo la vista. Cuando termino, dijo-: me han dicho que es usted una heroína.

-No creo.

-¿No le salvo la vida a un niño?

-Le di un empujón.

-Para que no lo matara un camión. Yo a eso le llamó <salvar). Tengo entendido que él solo tiene unos arañazos.

-Lo mismo que tengo yo- señaló Lauren-. Así que también debería irme a casa.

-Y se ira. Pero las heridas en la cabeza pueden ser graves.

Por fin la dejaron sola. A medida que avanzaban las horas, los ruidos del hospital se fueron acallando. Disminuyó el rodar de carritos en los pasillos, pero el golpeteo en su cabeza no. Era incesante.
Siempre que se quedaba dormida, se movía. Le dolía. Cambiaba de posición. Encontraba un punto que parecía mejor, se quedaba dormida y volvían a despertarla. Imágenes y recuerdos de jeremy atormentaban sus sueños. Veía también el camión. Y los rostros agradecidos de los padres de jeremy.

-Podíamos haberlo perdido- Grace, la madre había llorado antes al lado de su cama.

Y el padre, Philip, le había apretado la mano y repetido una y otra vez:

-No tienes ni idea.

Pero Lauren si la tenia. Otros recuerdos e imagen es se mezclan con los de jeremy. Recuerdos de una niñita minuscula y morena. Su primera sonrisa. Una piel suave como pétalos. Ojos confiados.

Ahora tenia la edad de jeremy. Era lo bastante mayor para salir corriendo a la calle como había hecho éste. Intento no pensar en ella. Hacia que le doliera la garganta y le ardieran los ojos. Los cerro una vez mas e intento desesperadamente quedarse dormida.
No supo cuanto tiempo consiguió dormir por fin. La cabeza le dolía todavía cuando la primera luz del amanecer se filtro por la ventana.

Oyó pasos en la habitación. La voz de la enfermera hablando bajo, un murmullo de respuesta, el ruido de unos pies y el de una silla.
Pensó que quería que la dejaran en paz y no la tocaran. No quería que le hicieran mas preguntas. No quería contestar.
Quería volver a dormir. Pero esa vez no quería tener recuerdos. La enfermera se marcho, pero Intuía que no estaba sola.
¿Había vuelto Sam y estaba ahora allí de pie mirándola en silencio?
Era una tontería que hacían de niños para asustarse. Seguramente Sam ya no haría esas cosas.

Lauren se movió... E hizo una mueca cuando intento ponerse de lado. El hombro le dolía a rabiar. Todos los músculos de su cuerpo protestaron. Si Sam creía que aquello tenia gracia....

Abrió los ojos y todo su ser se sobresalto.
En la habitación no estaba Sam, sino una mujer. Lauren contuvo el aliento. Creía que no había hecho ruido, pero algo debió alertarla, pues la mujer que estaba sentada al lado de su cama mirando por la ventana, se volvió despacio y sus ojos se encontraron.

Por primera vez en casi 4 años, estaba cara a cara con Camila, con su esposa.

¿Esposa? Ja.

Habían ido juntas a un juzgado de Nueva York y tenían un documento legalmente vinculante, pero nunca había sido nada mas que un trozo de papel.

Para ella no.

Lauren se dijo con firmeza que para ella tampoco, pero el dolor que sentía era de pronto distinto al anterior. Se resistió. No quería que le importara. Y, desde luego, no quería sentir.
Lo último que necesitaba en ese momento era tener que lidiar con Camila. Apretó los dientes involuntariamente, lo que hizo que la cabeza le doliera aun más.

-¿Que haces aqui?-Pregunto.

Dudas del pasado (Camren g!p )Where stories live. Discover now