Capítulo 6

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Camila no se había permitido pensar en donde viviría Lauren desde que salio de su vida, pero de haberlo hecho, habría elegido un apartamento cómodo e impersonal donde tuviera que interaccionar lo menos posible a su entorno.

Y se habria equivocado.

Lauren tenia una casa en el Upper West Side. No solo un estudio o un apartamento, no; poseía todo el edificio de 5 plantas.

Y aunque mucha de las casas vecinas habían sido divididas en apartamentos, aquella no.

-Cuando volvió dijo que quería una casa- le había dicho Taylor-. Y se la compro.

Camila se detuvo en la acera delante de la amplia entrada y miro con la boca abierta la elegante fachada.
Tenia grandes ventanales en los 2 pisos de encima de la entrada del jardín y dos pisos mas encima de ésos con 3 ventanas idénticas altas y estrechas en forma de arco que miraban al sur a través de la calle con árboles a ambos lados en la que había una fila de casas similares.

Tenia grandes ventanales en los 2 pisos de encima de la entrada del jardín y dos pisos mas encima de ésos con 3 ventanas idénticas altas y estrechas en forma de arco que miraban al sur a través de la calle con árboles a ambos lados en la que había...

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A Camila, cuyos primeros recuerdos de un hogar eran los días pasados en la casa de sus abuelos en Brooklyn, aquello le sonaba a hogar.
Era exactamente la clase de casa familiar con la que siempre había soñado. Le había hablado de ello a Lauren los primeros días de su matrimonio. Por supuesto, ella estaba muy ocupada con su trabajo y no escuchaba. O al menos ella creía que no escuchaba.
Pero no. Claro que no escuchaba. Aquello era una coincidencia.

Y cuando subió los escalones, el sonido del perro ladrando al otro lado de la puerta mato la impresión hogareña que había sentido

Allí estaba Gunnar.

-Es encantador- le había dicho Taylor-. Adora a Lauren.

Pero al parecer no le gustaban los conejos, como no fuera para almorzar, y era todavía una incógnita lo que pensara de ella.
Menos mal que le gustaban los perros. Camila metió la llave con confianza. No sabia si eso convenceria a Gunnar, pero esperaba convencerse a si misma lo suficiente para que establecierá contacto.

-Hola, Gunnar. Hola amiguito- dijo cuando abrió la puerta con cautela.

El animal dejo de ladrar y la miro con curiosidad. Era un perro bastante grande, negro con pelo de medio tamaño.

 Era un perro bastante grande, negro con pelo de medio tamaño

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Dudas del pasado (Camren g!p )Kde žijí příběhy. Začni objevovat