Dudas del pasado (Camren g!p )

Capítulo 14

Camila la llevo a casa, pero no a su cama. Cuando llegaron, la respiración de Lauren era superficial y jadeante y sólo consiguió llegar hasta el sofá de la sala de estar.

-Descansare ahi unos minutos- dijo, hundiéndose en el con el alivio de un camello que llegara a un oasis. Se desperezo, suspiro y se quedo dormida casi al instante.

Camila miro su cara pálida y las líneas de tensión que persistían alrededor de su boca.

-¿Tú que opinas?- preguntó a Gunnar.

El perro se acerco a la puerta de atrás que daba al jardín, luego a la delantera y miro su correa. Camila supuso que podía sacarlo. Su paseo de la mañana había sido breve.

-Este también será breve- dijo al perro. No quería dejar a Lauren sola mucho tiempo.

Se cambio de ropa, dejo una nota en la mesita delante del sofá por si ella se despertaba y se llevo a Gunnar a Central Park. El animal se mostró disgustado porque no le quitaba la correa, pero cuando Camila corrió con él por el sendero, no pareció importarle tanto apenas tuvieron media hora fuera y, cuando volvieron, Lauren daba la impresión de que no se hubiera movido.

Camila fue a buscar su portátil y volvió a la sala de estar. Así podía trabajar y vigilarla al mismo tiempo. O, al menos, esa era la teoría.
De hecho, paso mucho mas tiempo mirando a Lauren. Su cuerpo apenas se había movido pero el sueño había relajado su rostro. Ahora parecía mas joven, ya no tenia la venda en la cabeza y el pelo negro le caía por la frente. Los labios ya no estaban apretados por el dolor, sino mas suave y levemente entreabiertos.
Se parecía a como era cuando ella la había conocido. Lo cual no era bueno, porque removia en ella los mismos sentimientos, sentimientos que habían sido tan equivocados. Entonces ella era la (Chica de Ari) , y ahora la esposa alquiler de Lauren.
Sí,  seguía siendo su esposa de nombre, pero solo de nombre. No tenia sentido fingir otra cosa. Su matrimonio nunca había sido real, y no tenia sentido estar allí mirándolo y desear que lo fuera.
Se levanto y se acerco a la puerta de atrás.

-Vamos- dijo a Gunnar, que estaba tumbado en la alfombra al lado de Lauren-. Necesito quemar energías.

El perro pareció entenderla; se acerco a la cesta que había al lado de la puerta de la cocina, tomo una pelota de tenis, luego otra y la miro esperanzado. Camila tomo la cesta entera y salió con Gunnar al jardín de atrás.
No supo cuanto tiempo estuvieron allí. Fue a ver varias veces a Lauren, que seguía sin moverse, y lanzo la pelota al perro hasta que anochecio.
Y cuando volvieron a entrar, dejo a Gunnar tumbado al lado del sofá y se llevo el portátil a la cocina.
Desde allí podía oír a Lauren si necesitaba algo. Pero no tendía que mirarla. No tendría que recordar. No podía permitirse desear.

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Lauren durmió el resto del día.

Cuando por fin despertó, eran casi las ocho y media. Estaba a punto de dormirse de nuevo cuando Camila insistió en que senara algo.
Esperaba que Lauren se resistirá porque eso era lo que hacían las mujeres tercas, pero Lauren la sorprendió. Tomo un par de analgésicos porque la cabeza le dolía todavía, pero después se sentó en el sofa y tomo la bandeja con el tazón de sopa y el trozo de pan integral que le tendió Camila.

-Puedo ir a la cocina- protesto.

Pero cuando Camila le dijo que no, no discutió, sino que comió obediente. Parecía más espabilada. Termino tanto la sopa como el pan y Camila se quedo a observarla.
Pero cuando se sorprendió mirándola y deseando, se disculpo bruscamente.

-Tengo cosas que hacer- dijo-. Voy a terminar con los platos.

Volvió apresuradamente a la cocina, donde se dedico principalmente a hacer ruido con los platos para intentar distraer su débil voluntad.
Pensó que lo estaba haciendo bastante bien, hasta que oyó ruido detrás de sí y, al volverse, vio a Lauren de pie en el umbral con el tazón en la mano.