Capítulo 15: prueba de amor

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Creo que se le ha olvidado la preocupación de mi madre, me alegra de que volvamos a casa a seguir con nuestras vidas.

.........

Ese viaje fue algo turbo, pero al menos ya estamos en tierra firme, el chico con el que nos tomamos la foto hiso bromas sobre el viaje arrodillado mientras besa el suelo, vaya que si está muy loco este tipo.

Aiko: amor, no sabes la alegría que me da en volver a mi país, mi hogar

Jesús: ja, ya somos dos, china es bonita, pero no hay nada mejor que el dulce hogar

El viaje para regresar a casa era largo, pensamos al principio en tomar el tren, pero aiko quería darse un pequeño lujo por lo que pide un taxi, tal vez no sea la gran cosa, pero si nos vamos en carro llegaremos pronto a la casa, aun que nos cobre más.

.........

aiko: por fin, dulce hogar

Jesús: ni lo menciones, es mucho mejor nuestra casa que ese hotel

Aiko: por favor, cualquier cosa es mejor que ese hotel

Jesús: si, tienes razón

Aiko: entonces... supongo que tendremos que trabajar verdad?
Jesús: ¿si?... qué tal si nos tomamos el resto del día libre, mañana seguimos con nuestra rutina

Aiko suelta un suspiro de alivio, a la vez se quita los zapatos y los calcetines, andando descalza, da pequeños brincos por la casa hasta llegar al cuarto.

Me dio gracia verla brincar por toda la casa, decido ver lo que trama aiko, por lo que voy al cuarto donde termino.

Resulta que estaba en nuestra cama acostada, con un pie en sima del otro, respirando hondo y expulsando el aire despacio, con el ojo serrado, en completo silencio.

Me siento a un lado de ella, observándola, su belleza, con esa tranquilidad que no he visto por un buen rato, verla tranquila me tranquilizo a mí, como si lo que estuviera haciendo con aiko lo hago muy bien, en cuidarla y hacerla feliz.

Jesús: je.... Aiko, ¿te la pasas bien conmigo?

Aiko. Claro, cada minuto que estoy contigo, es otro minuto maravilloso de mi vida, te amo mucho Jesús

Jesús: yo también aiko, te amo con todas mis fuerzas

En ese instante, abrazo a aiko con muchas ganas, fue uno de esos abrazos rápidos, pero muy sinceros.

Por unos instantes la pupila de aiko se forma como un corazón, hasta se le cambio el color, también se sonroja un poco.

No sé por qué, pero le hice un cumplido a sus "pies" diciéndole que son muy bonitos sus pies.

Aiko: ¿enserio?.... nunca lo he visto de esa manera

Aiko observa sus pies y empieza a mover los dedos de sus pies con una expresión algo inusual de aiko.

Jesús: je, pues... son bonitos... ¿No?

Aiko: nunca me he fijado en eso, pero si a ti te gustan, entonces será un placer en que ls observes por más tiempo <3

Ya me metí en esto, ahora tengo que seguir hasta poder calmar a aiko, creo que se ha excitado un poco después de ese cumplido.

Me pide que le dé un masaje de pies, accedí a su petición.

Al tocarlos sus pies, se sentía como si fuera algodón, eran muy suaves.

Aiko comienza a excitarse más, por lo que se quita la falda que le cubría de la cintura hasta los pies, entendí lo que quería, por lo que comienzo a pasar mi mano por sus piernas tan hermosas y... cálidas al tacto, es la primera vez que las acaricio de esta manera, ahora creo que me gusta hacerlo, ahora soy yo quien se excita.

la locura del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora