TREINTA Y TRES

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-Domingo. 5:30 pm-

Camila POV.

Otra vez en el mismo lugar. Otra vez de la misma forma. Otra vez con el mismo sentimiento de culpa.

Habian pasado tres dias en los que no paraba de pensar en lo que le habia echo a Lauren. Me arrepentía, me sentía estupida, sabia que lo que hice fue la cosa mas cobarde que yo haya echo en toda mi vida; pero como podria reaccíonar a eso?, cúal era la mejor forma de sobre llevar mis problemas sin tener que afectar a ningúno  de los dos lados?. Yo apenas tenia 17 y esto estaba púdiendo conmigo. Me sentia atada, me sentia atrapada y a la vez me sentia perdida.

No debí tomar deciciónes apresuradas y, aunque la cituación era dificil, no debí haberme rendido tan facilmente. Lauren luchó por mi, ella siempre me demostró lo mucho que me amaba, joder!, ella se mudó a Miami solo por mi y yo solo me rendí a la primera.

Me dí cuenta de mi error el mismo dia en que le partí el corazón en la Escuela. Intenté remediarlo pero no fuí capaz de volver a verla desde entonces.

Al princípio enloquecí y temí por lo peor, pues ella no contestaba sus llamadas, no contestaba mensajes, faltó a la Escuela el siguiente dia y cuando vine a su departamento esa tarde para intentar resolverlo, ella no estaba.

Me tomo unas horas darme cuenta de que ella habia salido de la ciudad. Una de sus maletas no estaba y algúnas de sus cosas hacian falta en el dormitorio. Me tuve que tranquilizar luego de pensar que ella solo se habia tomado un tiempo para si misma, sabiendo que lo que hice fue muy cruel de mi parte y que no podia esperar que ella estuviese como si nada. Tenia que darle su espácio.

Y lo hice. Aunque regresaba a su departamento cada tarde despues de la Escuela el resto de la semana. Tenia las esperanzas de encontrarla pero eso no pasaba.

Faltó toda la semana a clases y eso me entriztecia. Yo me sentaba en el mismo rincón de la sala en su departamento en el que estoy ahora mismo.

Lo hacia durante horas, lloraba y  me lamentaba por lo que habia hecho. Me quedaba ahi, esperanzada a que ella entrase por esa puerta de un monento a otro; y asi poder enmendar mis errores. Pero eso no pasaba.

Bebí otro poco de la botella que tenia justo a mi lado. En estos dias, habia llorado tanto, que mi garganta parecia desgastarse a cada minuto y habia optado por llevar una botella de agua conmigo a todas partes. Lo ultimo que necesitaba era perder mi voz.

Mis ojos tambien eran un desastre; estaban rojos todo el tiempo y siempre me ardian, y no entendia como, aun despues de llorar tanto, no me habia quedado sin lagrimas que derramar.

El tiempo pasó como en todos estos dias: rapido. El cielo habia oscurecido y yo habia perdido la esperanza de ver a Lauren ese dia.

Otro dia sin resultados.

Me levanté de aquel rincón para poder irme a casa. Lo ultimo que queria era tener problemas con mis padres porque ya habia tenido suficiente drama en mi vida esta semana.

Limpie mi naríz con el dorso de mi mano mientras daba pasos hasta llegar a mi mochila en el sofá. No sabia cuanto mas tendria que pasar de esta forma pero comenzaba a creer que quizas Lauren no volvera.

No la culparía si no lo hiciese pero jamas me perdonaría a mi misma por eso. Quizas debia comenzar a aceptar que metí la pata tan a fondo, que no me meresco que ella siquiera vuelva a hablarme.

Cuando abrí mi mochila para guardar aquella botella de agua, no pude evitar ver aquella tarjeta que me habia negado a soltar estos dias.

Era la carta de un restaurente de la ciudad, muy elegante que Lauren habia dejado en la banca el dia que la terniné.

Encuentro Inesperado (E1) --CAMRENWhere stories live. Discover now