3. Entre océanos y hojas de otoño

4.8K 499 73
                                    

Ruedo los ojos cuando escucho la risa de Megan en el corredor, sonriéndoles a los muchachos del equipo mientras le hace preguntas tontas sobre si su signo zodiacal tuvo algo que ver con que ganaran el partido del día de hoy. Realmente no puedo imaginarme que a alguien de esta escuela le interese saber sobre algo como eso, pero luego recuerdo que aquí lo único que hay son personas como Megan, así que inmediatamente me lo imagino.

Me apoyo contra la pared, más lejana a ellos, esperando a que termine de coquetearles para sacarles unas cuantas fotos y luego irme a casa, pero al parecer esto no tiene fin, ni las preguntas tontas ni las risas chillonas.

Ella se ata el cabello tomándose el tiempo necesario para dejar que los chicos vean su largo y moreno cuello y la forma en la que sus clavículas se marcan. Uno de los chicos del equipo, el de cabello azabache, pone su dedo en la mejilla y Megan hace lo que nunca pensé que haría... avergonzarse.

¡Por favor! ¿Tengo que verla coquetear toda la tarde?

—Muchachos por favor... no se desconcentren... —ladea su cabeza y un tono meloso sale de su boca.

—Pero si nos estamos divirtiendo, ¿no es así?

¿Es en serio? ¿Tengo que presenciar esto?

El otro chico se agacha —porque Megan es mucho más pequeña que él —, hasta quedar a la altura de su oreja  y no sé qué le habrá dicho o si solo le sopló dentro, porque de la nada ella se aleja y se ríe como si le hubieran hecho cosquillas. Hago una mueca cuando la oigo.

—Basta —pone una mano en su pecho y mueve su cabeza hacia un lado dejando que su cuello se vea aún más largo —. No hagas eso...

¡Iugh! ¡Ella definitivamente está coqueteando!

Tengo que aguantarla y ni siquiera veo a Kori cerca, me siento estafada.

Normalmente yo la dejo sola hacer sus entrevistas pero hoy me ha pedido que la acompañe para tomar fotos de los chicos, aunque al principio me negué porque quería irme a casa a descansar recordé que si iba con ella quizás me encontraría con Kori y tal vez... podría sacarle una foto... para el periódico claaaro. Pero ahora que no lo veo por ninguna parte y solo he tenido que presenciar su loco y exagerado coqueteo con estos chicos me hace replantearme mi decisión y mis prioridades de vida.

—No... responde mis preguntas primero —la miro y no puedo creer que ahora este jugueteando con el chico de cabello azabache si recién estaba con el alto.

Levanto la cámara para poder ver las fotografías que tomé el día de hoy y eliminar todas las raras o borrosas antes de entregarle la memoria a los chicos... y verificar que no haya más ropa interior de nadie más por aquí. Además para dejar de ver tanto drama por aquí.

Me detengo en la fotografía de Kori, la que tomé justo al momento que el juego había terminado, justo cuando hizo el punto ganador.

Siento una fugaz sensación de calor  en mi pecho cuando veo la foto. A veces me pregunto cómo puede ser tan hermoso, solo hace que me sonroje cada vez que lo veo.

Desde que era pequeña.

—¿Vienes a acosarlos a los vestidores también?

Pego un salto porque alguien acaba de susurrarme al oído. ¡Dios! Casi tiro mi cámara.

—¡Rayos! ¿Qué estás haciendo aquí? —quisiera gritarle pero sé que si lo hago la atención de Megan y esos chicos estarán puesta en mí ahora, y me parece que ya están muy ocupados entre ellos.

El chico molesto del juego de hoy —el baboso—  deja salir una sonrisa burlesca permitiendo ver unos extremadamente largos caninos. Me da la impresión que él podría desgarrar mi garganta de un solo mordisco.

No hay lugar en tu corazón [Sin Editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora