20. Como llueve sobre las hojas

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Antes de que empiecen quiero que al leer este capitulo tengan en cuenta que las emociones son como montañas rusas, en un momento te estás cuestionando toda tu existencia y al otro, estas viviendo el mejor momento de tu vida. 

Y con eso dicho, pueden comenzar a leer <3

• × •

Apoyo mis manos en la mesa para subir al taburete de la cocina, mientras miro a papá servir agua caliente en nuestros tazones con té.

Por la ventana se observan deslizar las gotas gruesas que trajo la lluvia. Me puse mi pijama apenas llegue a casa de la escuela, la lluvia no me alcanzó hasta que estuve a media cuadra del departamento.

—Tu madre va a estar molesta si tus hermanas vuelven a pillar un resfriado —dice papá al mismo tiempo que me entrega mi tazón de los Jonas Brothers.

Está tan silenciosa la casa sin las niñas que podemos escuchar como la lluvia cae tranquilamente afuera. Observo como él mueve la bolsa de té en su tazón.

—Mamá estara enojada porque ellas van a estarán corriendo por todos lados y mojándose —le digo, sacándole una sonrisa.

Hace mucho que no estábamos solos los dos. Con todo este ciclo de buscar empleo, fallar y buscar otra vez, papá no ha tenido tiempo de estar presente para la familia. Y no lo culpo, cómo podría si él está haciendo todo ese esfuerzo para nuestro bien.

—Espero que lleguen pronto, tú mamá dijo que cocinaría y realmente tengo hambre.

Como si las hubiéramos invocados, la puerta de la casa se abre y una gran cantidad ruido es lo que llena la habitación.

—¡Llegamos! —Reda grita.

—Y así fue como la tranquilidad se acabó —susurro.

El ruido es más fuerte a medida que se acercan a la cocina, mis hermanas gritando y el repique de los zapatos de mamá sobre la cerámica.

—¡Trajimos una sorpresa!

Primero vemos a Lida que viene con el cabello húmedo debajo de su chaqueta, después vemos a mamá cargando una gran bolsa de papel con todas las compras que hizo. Y luego una cabellera castaña aparece en la habitación, justo detrás de mamá.

—Tenemos invitados —dice mamá con una gran sonrisa—. No sabía que las niñas tenían un mejor amigo, este es Galen.

Papá y yo compartimos una mirada. Nos van a atrapar.

—Yo tampoco sabía, amor, ellas no lo mencionaron.

—¿Cómo que no? ¡Si siempre los-

—¡Lida mira tu pelo! —exclamo fuerte, para evitar que mamá escuche el resto de la frase.

Si ella se entera de que hemos estado llevando a Galen a su casa, a pesar de que a mamá no le gustan los desconocidos, nos va a matar.

—Hola —con la mano y tímidamente Galen nos saluda. Al menos él no nos delatara.

Antes de que se pueda decir cualquier otra cosa tomo a mi hermana menor del brazo, diciéndole en el camino a mamá que secaría su cabello y me preocuparía de que se cambiaran de ropa —para evitar que se enfermen de nuevo—, y también aprovecharé de buscar a Reda y hacer que ambas guarden silencio con respecto a ser uber de Galen.

Voy en camino a la otra habitación con una de mis hermanas cuando lo veo. No sé cómo pude olvidar que en cada lugar donde esté Galen estará Zane con él.

—¡Mira hermana quién vino! —Reda me grita en medio de la sala, levanta una mano para cubrirse y con la otra lo apunta. En otro momento me hubiera reído de su gesto poco disimulado, fijo mis ojos en ella, pero es inevitable ver al otro invitado.

No hay lugar en tu corazón [Sin Editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora