Capítulo 12

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Me dejé caer en la cama, con los brazos abiertos. Era tarde, pero estaba claro que no me iba a ser fácil dormir. Me quité la ropa, encendí la música en mi cuarto y decidí que una ducha tibia era la mejor opción.

El agua corría por mi cuerpo suavemente. Y desde la habitación llegaban los acordes de "Live with me", de Massive Attack.

..."Times, nothing's right, if you ain't here

I'll give all that I have just to keep you near

I wrote you a letter, I tried to make it clear

That you just don't believe that I'm sincere

I've been thinking about you, baby"...

Mala elección. Malísima elección musical. No por Massive Attack: amaba la banda y amaba el disco... simplemente no era el momento más apropiado para escucharlo. La música sensual y el agua tibia hicieron estragos en mi piel, y sentía que iba a implosionar. Cerré mis ojos, y pensé en sus labios, en su lengua, y en sus manos moviéndose en mi cuerpo. En su pecho contra mi espalda, susurrándome al oído, en sus palabras a la salida del bar. Y no tuve más remedio, y mi mano hizo su camino hacia mi entrepierna, y pensé en él y en todo lo que me gustaba de él y en todo lo que me volvía loca de él mientras me acariciaba. Mi mano era su mano, mi mano era su cuerpo, mi mano era su boca.

...

Ni bien llegué a la habitación saqué la música. Quizás no estaba en condiciones de elegir una banda de sonido para mi estado anímico. Me senté en la cama, más tranquila, y secándome el pelo con una toalla revisé mi teléfono. No había nada. Sin embargo, abrí mis mensajes y lo vi en línea. Y recordé su reacción cuando nos vivimos afuera del bar. La frustración en sus palabras, su deseo contenido, sus dudas. Él no estaba jugando conmigo, y no estaba disfrutando de perder el control frente a mi. Me había dejado en claro que no le gustaba mezclar las cosas, e involucrarse conmigo, que era su asistente y única empleada directa. Ambos estábamos en una encrucijada. No se por qué, ni tampoco se de dónde salió la repentina idea, pero no dudé en escribir.

¿Qué pasa si intentamos ser amigos?

Quizás sólo sientes curiosidad por mí, y si me conoces

en realidad te darás cuenta de que no soy lo que pensabas. No soy gran cosa.

Lo envié sin pensar. ¿Y si no contestaba, porque estaba con aquella rubia? Me sonreí victoriosa cuando vi que escribía su respuesta casi al instante.

Ed: Realmente crees eso?

Jo: Si, realmente lo creo.

Creo que es una muy buena idea, de hecho.

Ed: Tú podrías darte cuenta que yo tampoco soy gran cosa.

Jo: Nunca dije que pensara lo contrario.

Ed: Graciosa. Soy tu jefe. No puedes hablarme así y tampoco puedo ser tu amigo. Recuérdalo.

Jo: Es más ético que ser mi amante, ¿no crees?

Ed: ¿Qué tienes en mente?

Te odiaré quizás mañanaWhere stories live. Discover now