➡️Recopilación de historias cortas sobre la pareja conformada por Bakugou Katsuki y Kaminari Denki⬅️
▶️Los textos conformarán de 100 a 500 palabras (drabbles), de 600 a 900 ( viñetas) y también de más de 1000 (One-shots).
➡Libro 1 de mi colección de...
Primavera ve al invierno pasar diariamente en la entrada de su hogar. No le habla, ni se acerca a él; se limita a mirarlo desde la lejanía.
El invierno ignora a la primavera; ignora el hecho de que lo mire, pero también ignora muchas muchas cosas. Para él, la primavera sólo es un ser desconocido y por ende no le interesa.
Ambas estaciones fueron separadas por la muralla de primavera; sin posibilidad de estar cerca. En los confines del resguardo de aquellos muros hay un secreto y un pasado que ya fue olvidado
¿Qué puede haber detrás de la historia de la muralla?
◆ One-shot.
— A d v e r t e n c i a s —
◆ AU.
◇ Mención de Bakushima.
◈ Angst.
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Esta mañana, desde los límites de mi muralla te vi pasar. Oh, invierno.
Podía observarte a través de mi ventana, esa que no estaba al alcance de tu campo de visión.
Tus ojos furiosos miraban aburridos las flores de la entrada de mi hogar; chasqueabas la lengua molesto y tu mirar se iba a otro foco de interés.
Tu frialdad y estoicidad la podía sentir en la lejanía; mi corazón ardía enamorado mientras te observaba distraído, esperando a alguien.
Diste unos pasos atrás y sin querer pisaste unas tiernas prímulas que apenas florecían; es la tercera vez que me marchitas las flores. Aún si lo hicieras a propósito, te lo perdonaría, mi amado invierno.
Das la espalda unos momentos y ya no me es posible verte el rostro; no necesito mirarte más para saber que ahora sonríes. Sé que una sonrisa ladina y sutil surca tus labios.
Miras en la lejanía a quien estabas esperando. Llegaba el otoño a pasos rápidos; atrasado iba a su encuentro diario.
Hicieron una costumbre de reunirse aquí, en la entrada de mi hogar. Y sólo los miro sin decir más.
El rojo del otoño se encuentra con el amarillo cenizo del invierno; se funden en un tímido abrazo por parte de ambos.
Otoño se atreve a besar al inverno, aún si éste no le había permitido que lo hiciera. Miro con un dolor en mi pecho cómo gustosamente el frío corresponde al ocaso, segundos después.
Puedo escuchar los chasquidos de los besos en todo el bosque; los ecos de sus respiraciones ya erráticas taladrando mis oídos. Quiero irme de ahí para no seguir presenciando esto, pero me quedo estático en mi lugar.
