➡️Recopilación de historias cortas sobre la pareja conformada por Bakugou Katsuki y Kaminari Denki⬅️
▶️Los textos conformarán de 100 a 500 palabras (drabbles), de 600 a 900 ( viñetas) y también de más de 1000 (One-shots).
➡Libro 1 de mi colección de...
salió de su hogar una tarde sólo para dejar de escuchar acerca del tema de los Soulmates, se encuentra con un inesperado personaje al que le encantan las cerezas y el color azul.
Sus viajes al claro del bosque al que se habituó a llegar y otras situaciones le harán tener un autodescubrimiento sobre sí mismo y sus sentimientos.
◆One-shot.
— A d v e r t e n c i a s —
◆AU / Soulmates
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Desde que tiene conciencia, sabe sobre los soulmates, conoce acerca de esa maravilla que parece una bendición del cielo; miles de historias llenas de romance y emociones eran narradas a través de los libros, programas y películas, los cuales sus pequeños ojos y oídos no dejaban de prestarles atención.
Cuando pudo comprender un poco más sobre este importante tema tanto en la sociedad, como en su familia, tenía unos siete años. Su madre feliz le contaba la increíble experiencia que era encontrarte con tu soulmate y que juntos desarrollasen su lazo.
Su padre, el que en ese momento se hallaba en el sillón rústico de la sala, afirmaba las palabras de la señora Bakugou con una sonrisa de oreja a oreja. Bakugou se sintió un poco asfixiado a ese punto, puesto que sabía que era una persona que no elegía él con quién estar, sino alguien que la vida le puso para que ambos se complementaran.
Si le quitaba ese romanticismo que de por si le incomodaba, al final era injusto aquello. ¿Qué tal que esa persona de alguna manera no fuera lo que esperaba? ¿Y qué si él no quería estar con alguien?
Por esas cuestiones, el niño en un berrinche dijo que nunca tendría un soulmate y, que si lo tuviese no lo aceptaría. La madre, la cual todavía estaba en su burbuja soñadora, despertó para luego ser envuelta en una nube de ira.
—No sabes lo que dices —reprendió la mujer con alta voz. Puso ambas manos en la cintura y su mirada aguerrida se enfocó en el infante que también tenía una pose desafiante.
—No me interesa —dijo el niño, restando importancia. Antes de que la mujer le replicara otra cosa, él salió furibundo de aquella casa donde parecía que nadie que habitaba ahí podía comprenderlo.
Corrió tanto como sus cortas piernas le permitían. Salió despavorido lejos de todo, para poder alejarse de aquello que lo estaba aturdiendo.
Exhausto se sentó en un tronco que estaba en el camino. Se dispuso a descansar mientras analizaba el lugar donde se hallaba: un claro, cuyos árboles en derredor eran unos robles y abedules. Incluso se apreciaban arbustos de cerezas salvajes y moras azules.
