uno

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—¿Estás terminando conmigo? —preguntó aún incrédulo, con los ojos a punto de salir de su órbita.

—Lo siento, Binnie. —contestó— Creo que es lo mejor.

—¿Lo mejor? —rió sarcástico— ¿Lo mejor para quién, hyung?

—¡Para tí —gritó el chico— ¡Para mí!

—¡No! —resopló Seo, irritado— No puedes hacerme esto, Taeyang... —negó con la cabeza—. Hyung... falta tan poco para el baile de fin de curso... —se acercó al contrario y acarició su mejilla—. Y nosotros tenemos que ir juntos — cambió el tono de su voz a uno más suave—, como la hermosa pareja que somos —tomó sus manos y las colocó en su propia cintura para después entrelazar las suyas por el cuello del mayor.

Fijó mi mirada en sus facciones. Taeyang era simplemente perfecto. Ojos expresivos de un increíble color obscuro, cabello castaño, piel bronceada con unos pequeños lunares esparcidos por ella. Sonrisa de comercial y un físico delirante.

—¿Lo notas, Binnie? —se alejó, quitando sus manos de la cintura del pelinegro—. A tí siempre te ha interesado lo que los demás piensen... —le miraba seriamente—. Solo te importa la popularidad —pasó una de sus manos por sus finos cabellos—. Yo quiero algo más que eso, Changbin —se acercó nuevamente—. Yo quiero algo más que superficialidad y sexo —acarició la regordeta mejilla del más bajo—. Eres increíble —le sonrió—. Pero esto no nos hace bien... —depositó un delicado beso en la frente del chico y se dió la vuelta, caminando hacia su deportivo.

No podía creerlo.

Changbin entró a casa, aún en shock —¡No se puede quedar así! —gritó con rabia.

—¿Qué pasa? ¿Qué pasa? —preguntó su madre "preocupada" mientras bajaba.

—Taeyang terminó conmigo —cubrió su rostro con desesperación.

—Hijo... —alargó la mujer—. Lástima, me agradaba —dijo sin siquiera detenerse.

—Sí, lástima... —susurró, a punto de subir las escaleras.

—¡Ay! Changbin, no es el único, búscate a otro —silencio— ¿Por qué no llamas a unos amigos y pasas la tarde con ellos?

—Sería genial... —si los tuviera.

Digamos que "hacer amigos" no era el fuerte de Seo ChangBin.

Subió a su habitación y lanzó su mochila en uno de los sillones blancos que la adornaban. Dejó sus zapatillas en medio del camino hacia la cama. Tomó el teléfono inalámbrico y después se dejó caer en el acolchado.

—Hyung —afirmó al escuchar el "¿Diga?" al otro lado de la línea. Tal vez no tenía "amigos". Pero tenía a Minho, su mejor amigo desde siempre.

Binnie —contestó neutral.

—Te necesito...

¿Qué sucedió? —preguntó algo preocupado.

—¿Puedes venir?

Claro... en cinco minutos estoy allí—colgó.

Estuvo recostado por unos momentos con la mirada perdida en el techo de su habitación, de pronto, escuchó dos golpes en la puerta, giró y vió entrar a su amigo.

—¿Todo bien? —preguntó mientras se dejaba caer en la cama, al lado del menor.

—No... nada está bien —contestó serio Changbin.

—Cuéntame —respondió riendo.

—Taeyang terminó conmigo —lejos de recibir "apoyo moral" de su mejor amigo, recibió una fuerte carcajada de su parte.

The Game [ChangLix] Where stories live. Discover now