cuatro

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Todos regresaron su vista al campo y no pudieron evitarlo, todos soltaron las carcajadas que tanto trataban de retener.

—Binnie, eso se escuchó hasta un kilómetro de aquí —rió Bang.

—Ese era el punto hyung —sonrió el pelinegro.

—Deberías ser animador, hyung —agregó Seungmin.

—No estaría mal Seungminnie. —respondió divertido. Quizás aquello le serviría para acercarse más a Lee Félix.

—¿Si? —preguntó incrédulo— ¿Si lo harías hyung?

—¿Por qué no?

El partido finalizó y, como era de esperarse el equipo local ganó. Seungmin tenía razón, Lee era muy buen jugador. Taeyang no podía distraerse o le quitarían el "trono".

Caminaban hacia la salida, para Seo era muy divertido pasar tiempo con aquellos chicos. En especial las tonterías del más pequeño, Jeongin. Quien venía a apoyar a su pareja, HyunJin, en el partido.

—Los alcanzo afuera —gritó el bajito—. Iré por una botella de agua —avisó. Recibiendo un 'de acuerdo' en respuesta.

Caminó hacia la tienda que estaba dentro del campo. Compró la botella de agua natural y caminó hacia la salida donde los amigos de MinHo le deberían estar esperando.

—Chicos, creo que ya me iré a casa... —dijo en cuanto llegó a ellos. Seungmin volteó hacia el mayor, haciéndose a un lado para dejarle ver a éste a Minho acompañado por un chico. Debía aceptarlo, era bonito. Su cabello era de un color café obscuro, al igual que sus ojos, facciones hermosas. Simplemente el ideal para su mejor amigo.

—Hola, soy Han Jisung —hizo una leve venía hacia el más bajo acompañado de una preciosa sonrisa. Seo miró a Minho quien esperaba ansioso alguna reacción.

—Qué alegría —contestó este sarcásticamente. Se dió la vuelta y continuó su caminata hacia su auto.

—¿Cuál es tu jodido problema? —era la voz de Minho, mas la ignoró y siguió caminando— ¿Por qué eres así? —le tomó fuertemente del brazo, haciendo que gire para verlo de frente.

—Suéltame —no podía elevar ni un centímetro la mirada. La culpa estaba allí.

—¿Por qué jodidos lo has tratado así? —le reclamó, sin soltarle.

—No lo he tratado mal. Simplemente no me apetece saber su nombre ni nada de él. Y menos si está relacionado contigo —contestó fríamente. Seo Changbin, no llores, eres fuerte—. Creí que había quedado claro que no me metería más en tu vida, MinHo

—¿No lo has tratado mal? —preguntó irónico— ¿Sabes qué? —pasó una mano por su cabello, desesperado—. Espero que en realidad lo cumplas y no te metas en mi vida —escupió tan fríamente que lágrimas no tardaron en aparecer sobre las mejillas del menor, empapándolas por completo.

—Eres un estúpido —ya no era rabia, ya no era enojo. Era dolor.

Por el cambio de su rostro seguramente Lee lo había notado.

—Binnie, no... —dijo arrepentido. Antes de darle oportunidad a terminar la oración, ChangBin corrió en dirección a su auto.

Se recargó en la puerta y deslizó en esta hasta quedar sentado en el piso. Puso sus brazos alrededor de sus rodillas, ocultando allí su rostro.

Estuvo así por unos minutos, tratando de controlarse.

—Esto es lo que gano —susurró, aún con coraje en su interior—. Esto es lo que gano por preocuparme por los demás

The Game [ChangLix] Where stories live. Discover now