Capítulo 21

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Daniel quedó impactado con aquel testimonio, congelado en su silla a la sombra de un árbol de mango, de igual manera Dayana a su lado.

Un silencio pesado se apoderó del ambiente apenas Daniel acabó de leerlo, una brisa fresca puso sus pelos de punta. Suspiró y se acomodó en su silla tratando de destensar su cuerpo.

—Eso fue... 

—¿Crees que todo eso es cierto? Dios mío —interrumpió Dayana. 

—No lo sabemos.

—Espero que Helena no se haya metido en eso... Me puso los pelos de punta tan solo el oír ese relato —se notaba asustada, sus piernas estaban inquietas.

—A ver, el muchacho siempre quiso ser psicólogo, Helena igual —recapituló Daniel—. La carrera de Psicología, que casualmente es la única que hay en la Universidad de San Cosme —Dayana afirmaba cada oración de fondo—. Además, el bautismo de la tercera semana, que hizo que el amigo del tal Jeremías ya no lo recuerde ¡Tal como Helena ya no nos recuerda a nosotros!

—¿Qué clase de bautismo hace que olvides a tus seres queridos? —exclamó preocupada.

—No sé, quizá les lavan el cerebro primero para luego reeducarlos.

—¿Y para qué lo hacen?

—¡No lo sé! Solo estoy teorizando... 

—Debemos hallar a ese tal Jeremías y preguntarle, parece que sabe mucho...

—¿Y donde lo vamos a encontrar? —preguntó sarcásticamente.

—¡No sé, Dani! Solo doy ideas —respondió estresada.

Daniel bajó la mirada vacilante un momento, hay ciertas cosas que cuadran, pero a decir verdad suena totalmente descabellado ¿Una Universidad en la cual lavan el cerebro de sus estudiantes con fines diabólicos? Definitivamente suena como una buena idea para escribir un libro.

—¿Aún sigue en pie el plan de viajar a la capital para buscar a Helena?

—Pues si... ¿Pero qué si la vemos y no nos reconoce? ¿Habremos ido en vano? Ya han pasado más de 3 semanas, ya casi 3 meses ¿Y si ya le lavaron el cerebro? ¿Por qué hacen eso?—la desesperación se apoderaba de su mente.

—¡No sé! Cálmate, hay que ser positivos... Quizá es alguna especie de secta secreta, y lo de la universidad solo es una fachada para desarrollar sus oscuros planes. 

—Ay Dios mío... Helena...

—Tenemos que ir, tal vez recuerde algo... O nos vea y comience a recordar. A mi que soy su novio, o a ti que fuiste su mejor amiga por tanto tiempo.

—Es nuestra única esperanza, la única posibilidad de recuperarla es que nos recuerde. Pero hay algo que no cuadra... ¿Por qué te dieron el número de esa tal Sofía siendo que ellos no quieren que sepamos nada?

—Fue su mamá la que me dio... Siempre me dio la impresión de que su mamá intenta ayudarme pero el señor Noé se lo impide. Quizá su mamá intenta ayudarla a través de mi...

—Podría ser, o podría ser un error.

—¡Por eso su papá no se preocupa! Porque sabe exactamente qué es lo que está pasando... ¡Quiere mantener a Helena alejada de su pasado! —exclamó al fin seguro de algo en medio de un mar de dudas.

—Tiene sentido —razonó ella.

—Sus padres son de esa secta...

—Congregación de San Cosme —corrigió.

HelenaOù les histoires vivent. Découvrez maintenant