Parte 18

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Al llegar a la base de Nueva York, Fury me dejo con otro agente que me llevaría a la zona de dormitorios, el mio era el 526, al entrar no era muy grande pero tenia todo lo necesario y tenia baño propio, comencé a instalarme, abrí la puerta del armario y adentro de este habían diez camisetas blancas cuello v y pantalones similares a los militares color negro y tres pares de botas negras militares.

Termine de instalarme y seguí inspeccionando mi nueva habitación, en la esquina del cuarto había un escritorio y encima de este unos papeles, los tome y eran mis horarios, tenia muchas clases que ocupaban todos los días desde las 5:30 de la mañana hasta las 9 de la noche, con horarios de descanso solo para comer.

Mis tres entrenadores principales eran Natasha, por lo que estaba agradecida de conocer a alguien y los otros dos eran un tal Barton y Rumlow, los demás papeles eran las normas y otro era un compromiso que tenia que llevar firmado a la primera clase.

Sin mas que hacer me puse mi pijama y me acosté temprano, no sin antes poner la alarma para que no se me haga tarde, tenia que adecuarme a los horarios, puesto que cuando vivía con Tony me acostaba muy tarde por ende me levantaba tarde.

Dormí un poco sobre exaltada, creo que por el hecho de que era un lugar nuevo para mi, pero cuando sonó la alarma, fui a dame un baño rápido, me puse el uniforme y salí de mi habitación, llevando el compromiso firmado, no sabia donde estaba el comedor así que seguí a los chicos que salían de su habitaciones con mi mismo uniforme.

Al llegar al comedor varios me miraron, suponía que por ser nueva pero en el trascurso del desayuno al menos de la mitad de los presentes habían dicho alguna de estas tres palabras o todas en conjunto: Hija, Tony, Stark.

En el transcurso de las semanas, la mayoría de las clases la llevaba sola y si tenia compañeros eran máximo dos, con los cuales me hablaba cordialmente; las clases de conocimiento me iban excelente y en cuanto a combate iba mejorando poco a poco.

Mis clases con Natasha eran muy divertidas, pero a la vez muy exigentes, en estas semanas nos habíamos vuelto muy amigas, pero a pesar de eso no era muy delicada conmigo, solo había logrado tumbarla una vez  y con trampa usando mis poderes.

Con Barton, llevaba uso de armas, este hombre jamas fallaba, lo bueno de sus clases es que me dejaba hacer trampa con mis poderes, pero con algo que no hacia trampa y era muy buena era con los sai.

Con Barton, llevaba uso de armas, este hombre jamas fallaba, lo bueno de sus clases es que me dejaba hacer trampa con mis poderes, pero con algo que no hacia trampa y era muy buena era con los sai

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Me había vuelto casi experta con ellos, no fallaba y disfrutaba usarlos, Barton me había conseguido un maniquí con el que seguía practicando en mi cuarto.

En cuanto a Rumlow la única manera de  definirlo era extraño, pero no de buena manera si no de la mala, detestaba sus clases, no era exigente era cruel, con el entrenaba mis poderes pero  me exigía de sobremanera, a tal punto que en muchas ocasiones me había desmayado en sus clases y constantemente me sangraba la nariz, le gustaba darme golpes según el para distraerme y si lo lograba le encantaba darme castigos físicos, lo único bueno es que mis poderes se habían desarrollado, me había vuelto muy hábil, podía cargar objetos muy pesados, leer mentes ya no me dolía y podía hackear computadoras sin tocarlas y que estuvieran a gran distancia.

Por el día de mi cumpleaños, Fury me dio el día libre, así que sin dudarlo llame a Tony que me vino a recoger, era la primera vez que lo veía desde que empecé el entrenamiento, el quizo hacer una gran fiesta, de lo cual logre persuadirlo, así que me llevo a conocer la nueva torre en construcción que ya estaba casi lista estaban en lo último de los acabados, luego fuimos a cenar con Pepper, allí me dieron mis regalos, Pepper me dio un collar con una foto nuestra de cuando tenia 10 años y Tony me regaló unos nuevos sai.

- Me comentaste que eres muy buena y espero que estas te ayuden más, le hice unas modificaciones puedes agregar más cuando quieras- dijo guiñándome un ojo.

-Gracias por los regalos y a los dos por estar conmigo el día de hoy- les dije y luego los abracé.

A las 12 de la noche en punto cual cenicienta, Tony me dejó en la base, nos despedimos y le dije que lo vería pronto.

Pasando los meses, mi entrenamiento estaba llegando a su fin, lo único que me faltaba para terminar mi entrenamiento y volverme agente, era el examen final en el que pasaba por un una prueba o circuito donde se probaban todas mis habilidades para cada cadete la prueba era diferente y tenía que pasarla a la perfección.

Así me encontraba en mi cama sin poder dormir, tenía que dar mi examen en la mañana, me había preparado totalmente hasta amanecerme, nos permitían el uso total de nuestras habilidades o poderes así que averigüe lo que Tony le había puesto a los sai, estos regresaban a mi por medio del magnetismo y podían pasar corriente y al igual que su traje podían lanzar rayos repulsores, lo único que hice fue crear mis trajes con ayuda de Natasha, era color negro de dos piezas compuestas por un top y un pantalón de cuero con unas botas a las que le había puesto propulsores muy bien escondidos.

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Katherine StarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora