Capítulo quince

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Narra Jos:

"...Está cordialmente invitado a nuestra boda que se llevará a cabo el día 23 de Julio...."

No terminé de leer la invitación cuando la aventé al otro lado de la habitación con toda la rabia del mundo. Marley había sido capaz de invitarme a su boda después de decirle que aún la amaba, después de haber dejado a Marina por tener la oportunidad de estar con ella.

Todas las invitaciones habían sido enviadas a toda la gente desde hace una semana, a mí no me había llegado nada, pero sabía que iba a casarse. Alonso se había encargado de decirme  sobre los detalles de la próxima boda. Me dolía cuando me decía, pero al ver las invitaciones, al ver una invitación con mi nombre, creo que terminó de romperme el corazón.

El sonido del timbre interrumpió todos mis pensamientos y opté por ir a la puerta. Posiblemente sería la pizza que ordené 28 minutos atrás. Abrí la puerta y me encontré a Freddy y Alan delante de la puerta con una media sonrisa, me hice a un lado para que pasaran. Alan tenía la pizza en las manos.

—¿Qué hacen aquí?

—También nos da gusto verte —dijo Freddy volteando los ojos.

—Lo siento, no los esperaba.

Ambos se sentaron en el sillón y se quedaron ahí mirándome por un par de minutos hasta que abrí la la caja de la pizza y cada uno tomó una rebanada. Me senté frente a ellos y comimos en silencio hasta que Freddy rompió el hielo.

—Vamos a cantar en la boda de Marley —hizo una pausa al momento que señalaba a Alan y a si mismo con el dedo —. Es decir, todos. CD9.

—Mateo le habló a Freddy para pedirle ese gran favor, sabe que para Marley sería muy especial.

—Y no pude evitar decir que no, queremos que ella se la pase bien y estaríamos felices de hacerlo —Y así, Freddy dio por finalizada la noticia.

No sabía que decir, no quería cantar en su boda, eso sí era seguro. Pensar en la idea de soportar ver como baila su primer baile con su esposo me hacía sentir nauseas, no quería estar en un lugar donde seguramente saldría corriendo a los veinte segundos.

—Lo siento, pero no voy a hacerlo.

—Jos, va a pagarnos, ¿lo mencioné antes?

—No, Alan. Pero aún así no voy a hacerlo, ¿qué les hizo pensar que lo haría así, sin más?

—Es tu trabajo, Jos.

Alan tenía razón, era mi trabajo. Pero vamos, si no quería hacerlo simplemente podía negarme y solo me perdería esa parte. Mi respuesta sería siempre un "no".

Antes de darles un "no" definitivo, alguien tocó el timbre del apartamento. Así que di un suspiro largo y me dirigí a la puerta.

—Di que sí —gritó a lo lejos.

—Si se trata de la boda de Marley con cualquier tipo es un rotundo "no", siempre va a ser así. No voy a ver a Marley casarse—grité para que pudieran oír en lo que abría la puerta.

Abrí la puerta al momento de terminar mis últimas cinco palabras. Marley se encontraba delante de mí con una sonrisa afligida. Sí, seguro escuchó lo que había gritado porque las puertas no son tan gruesas.

—¿Qué haces aquí?

—Solo quería hablar de la invitación, pero estás ocupado y creo que fue un error venir.

—No, Marley, por favor, quédate. Nosotros ya nos íbamos —contestó Alan a lo lejos mientras él y Freddy se acercaban a la puerta.

—Fue un gusto comer pizza contigo, hermano. Hablamos luego. Cuídate, Marley. Y felicidades por tu próxima boda.

—Gracias —Marley susurró y yo bajé la mirada.

Ella no intentó entrar, solo se quedó en el pasillo observando como los chicos se iban.

—¿Qué haces aquí? —pregunté con brusquedad.

—Vine a decirte que la invitación fue un error. Mateo quiso enviarla, le dije que no tenía que hacerlo, pero insistió. Vengo a disculparme por eso, no tienes que ir.

—¿Sabías que también va a pagarnos por cantar en tu boda?

—¿Qué? No, no lo sabía. Voy a decirle que no es necesario. No te preocupes.

Después de eso, ambos nos quedamos en un silencio bastante incómodo. Yo intentaba pensar en lo que podría decirle, pero no sabía lo que ella estaba pensando.

—No tienes porque decirle eso, decirle eso, lo haremos porque necesitamos el dinero. No puedes privarnos de eso.

Marley, asintió con la cabeza sin decir nada y al momento me sentí terrible por hablarme de esa forma. Pero estaba enojado, enojado por todo lo que ha hecho y sobre todo, estaba enojado porque ya no me amaba de la misma forma con la que yo lo hacía. Me enojaba sentir que ya no formábamos parte de una misma historia.

—Está bien, Jos. Eso era todo, así que ya me voy. Cuídate.

—¿No quieres pasar?

—No, es mejor que dejemos así las cosas. Adiós.

Marley comenzó a caminar por el pasillo para tomar el ascensor, pero por alguna extraña razón, no quería dejar que se fuera con una versión mía odiándola por ser feliz.

—No lamento haberme enamorado de ti hace ocho años, Marley —ella dejó de caminar pero no volteó a verme —. No lamento todo lo que vivimos, incluso no lamento el haberte esperado hace un par de meses para irnos juntos, porque sé que en el fondo te sigo amando como la primera vez que estuvimos juntos. Y sé que tú lo haces también, pero vas a casarte con Mateo porque no quieres herirlo, pero, ¿qué hay de mí, Marley? Yo estoy roto, estoy así desde que supe que estabas con alguien más.

Al mismo tiempo en el que hablaba, caminé hacía ella y volteó a verme cuando estábamos de frente. Sentía su respiración mientras veía como caía una lágrima por su mejilla. La abracé y ella rodeó mi cuella con sus brazos. Sin soltarme, comenzó a hablar.

—Cuando volví ibas a casarte, tenía que seguir mi vida. Y entonces conocí a Mateo y me enamoré. Pero después, volviste a mi vida a cuestionar todo en lo que creía. También me heriste.

—Lo lamento.

Marley se separó de mí y me miró a los ojos.

—Te perdoné desde hace bastante tiempo, pero no puedo dejar que algo siempre nos separe. No puedo soportarlo.

—No vas a declinar, ¿cierto?

—No.

Última Oportunidad. ||EDUF #2||Jos CanelaTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang