Capítulo dieciséis.

1K 87 10
                                    

Narra Marley:

Me casaba en aproximadamente diez horas y no estaba lista, tampoco estaba arreglándome ni tendría la oportunidad de hacerlo en cualquier momento de esta mañana.

-Alonso, ¿puedes decirme por lo menos a dónde vamos? Llevas dos horas conduciendo.

-Ya te dije que no voy a decirte nada.

Y dejamos de hablar por otros treinta minutos más. Mi celular no tenía línea debido a la poca cobertura que existe en las carreteras, así que si alguien quería contactarme sería imposible.

Mateo se fue a casa de sus padres a pasar la noche, ya que él iba a arreglarse ahí y yo me quedé en el departamento. Me dormí pasada la madrugada revisando que todo estuviera perfecto para el día de hoy. Tenía la intención de dormir hasta las 12:00 del medio día cuando un fuerte golpe me despertó, avisándome que alguien estaba detrás de la puerta. Al abrir, me voy encontré a Alonso con cara de desvelado y un outfit deportivo.

-Linda pijama de abejas -comentó, quitándose las gafas de sol que traía puestas.

-¿Qué estás haciendo aquí? Son las 6:00 de la mañana.

-Lo sé, ponte un abrigo, iremos a dar un paseo.

-¿Es en serio? Alonso, faltan como doce horas para que me case. Tengo que dormir otro poco para después arreglarme.

-Por favor.

Solo me bastó eso para querer ir a dar una vuelta con él. Estaba nerviosa y posiblemente salir a tomar aire un rato me sentaría mal. Pero jamás tuve en cuenta que este chico iba a raptarme para llevarme a un lugar que desconocía completamente.

Después de otro cierto tiempo, intenté sacarle la sopa otra vez para que pudiera decirme a donde se supone que íbamos pero tampoco tuve respuestas. Hasta que llegamos a una cabaña alejada de la carretera y con un clima bastante frío. Alonso apagó el motor y salió del auto. Yo lo hice también.

-Va a gustarte este lugar, está lleno de antigüedad.

Nos dirigimos adentro del lugar y él encendió las luces de la sala principal, tomé asiento en uno de los sillones que se encontraba ahí. Alonso me ofreció café y de inmediato acepté ya que estaba segura que sería una mañana muy larga, o por lo menos lo que quedaba de ella. Después de eso comenzó a hacer hotcakes para el desayuno. Jamás habló, por más que intentara hacer que dijera nada, no lo logré. Incluso llegué a pensar que iba a matarme.

Pero fue hasta que nos sentamos a la mesa que empezó a hablar.

-Hoy te casas, ¿estás emocionada?

-Estoy nerviosa.

-Recuerdo cuando me contaste que empezabas a salir con él, antes de eso te dije que podíamos contarnos todo porque seguíamos siendo amigos.

-Fue muy pronto, lo sé.

-No, era lo que necesitaba para asimilar el hecho de que lo que había pasado con nosotros era un error.

Aquella parte de mi vida no podía simplemente olvidarla. Antes de comenzar a salir con Mateo pensé que Alonso y yo teníamos una oportunidad. Que tal vez, podíamos ser algo más. Claro que pensaba en lo que Jos podría decir de eso. Y estuve ensayando tantas veces en el espejo de mi baño el cómo se lo íbamos a contar pero jamás llegó ese momento.

Antes de todo eso me di cuenta que no podíamos estar juntos. Aún quería a Jos, aunque sabía que estaba con alguien más, pero sabía que no era justo para Alonso que estuviera con él si solo sentía una gran estima y cariño de amistad.

-Sabes que en verdad lo siento.

-Ya no tienes que disculparte por nada, lo entendí y ahora está bien. Solo quiero saber que estás bien, que estás segura.

-Lo estoy, lo amo.

-¿Y a Jos?

Buena pregunta, ¿y a Jos? A él siempre iba a amarlo, había sido mi primer amor. Siempre que estuvo dentro de cada pensamiento durante un tiempo y cuando creí que ya lo había superado, apareció de nuevo y me di cuenta que posiblemente lo amaba más que antes pero ya no podía seguir así. Nuestro tiempo había acabado y aquel accidente de auto lo había demostrado todo.

-Estoy mejor sin él.

-Sé que mientes. Pero voy a darte un consejo, si aún lo amas, dícelo. Y te aseguro que vas a tomar la decisión correcta. Si te casas hoy después de decirle la verdad a Jos, es porque tomaste una decisión. Pero si lo haces sin decirle nada, será porque no tuviste opción.

Tres horas después de esas palabras, me encontraba en el estacionamiento de mi edificio despidiéndome de Alonso, a punto de subir al apartamento donde seguramente se encontraba mi familia esperando a que apareciera y pudiera arreglarme.

Cuando llegué al piso, abrí la puerta y ahí se encontraba mi prima, mi hermana y Mónica viendo algo en netflix. Cuando me vieron entrar, las tres se pararon del sillón y fueron directo a mí.

-¿Dónde estabas hermana? Tú celular nos mandaba a buzón, pensamos que te habías fugado con.. -antes de que Ramona terminara la frase, Mónica le dio un ligero golpe en el hombre y ya no dijo nada.

-Le hablamos a Mateo y al parecer lo preocupamos un poquito.

Estaba a punto de responder que estaba bien cuando mi celular comenzó a sonar. Miré la pantalla y el nombre de Mateo apareció en ella. Me dirigí a mi habitación para contestar.

-¿Estás bien? ¿dónde estabas? Nos tenías preocupados.

-Lo sé lo siento, necesitaba ir a correr.

-¿Estás bien? Quiero decir, ¿no te has arrepentido?

-Claro que no, en muy poco tiempo, seré tu esposa y es lo único que me interesa.

Pero estaba mintiendo, tenía miedo. Lo amaba pero en el fondo quería que Jos interrumpiera mi boda, sabía que si él se oponía, sería capaz de dejarlo todo. Y aunque me contradijera tanto, estaba segura que quería que pasara. De lo que no estaba segura era si Jos quería oponerse a algo que le había pedido que dejara de correr.

Última Oportunidad. ||EDUF #2||Jos CanelaWhere stories live. Discover now