Última Oportunidad. ||EDUF #2||Jos Canela

Capítulo veintitrés. Final, parte 1.

Narra Marley:

Después de confirmar mi día de campo con Jos, misanos empezaron a temblar y mi corazón se aceleró. Por alguna extraña razón estaba muy nerviosa, no sé porqué.

He pasado más de la mitad del año con él, para apoyarlo como papá nuevo y yo como una madre viuda. Todos los días me pregunto que habría hecho Mateo en mi lugar, lo extraño tanto que a veces el corazón me duele demasiado con tan sólo pensar en él, pero cuando Jos llega, hace que ese pinchazo disminuya casi un 100% y puedo volver a sentirme plena y confiada de que no estoy sola. Sé que no lo estoy, tengo amigos y familia que me apoya, pero él me da la doble confianza que necesito.

Las palabras que venían de mi mente dejaron de hacerse presente al momento de sentir mi celular vibrar en el buró a lado de mi cama. Era Ingrid.

–Lamento haber tardado en contestar, estaba...

–La firma oficial de mi divorcio es hoy y en serio necesito que estés aquí.

Me quedé en silencio un par de segundos. La idea del divorcio de mi prima me hacía sentir triste, no entendía porqué después de jurarse amor eterno se tenían que separar y esta promesa sí era para siempre.

–Estaré ahí, envíame la dirección y la hora, dejaré a Mateo con mi papá.

*****

El ambiente estaba tenso, mi prima sentada en medio de la gran mesa de la oficina de su abogado junto con él y en frente de ella se encontraba Freddy con su abogado, Alonso y Jos lo acompañaban.

No presté atención a todo lo que los abogados decían, me concentraba en la cara de Freddy y luego iba a la de Ingrid. Los dos con la mirada perdida, triste. Como si hubieran aceptado su derrota. Y el amor no se supone que tenga que set así, una batalla perdida. Cuando se ama de verdad hay que seguir, hay que luchar y ambos me habían dado esa lección durante todo su proceso de divorcio.

–Ingrid ha firmado ya, es tu turno, Freddy –Le dijo su abogado al momento en que volví a la realidad. Freddy tomó la pluma y miró a Ingrid apenas cinco segundos.

Él soltó la pluma, se levantó y salió de la habitación.

Todos nos quedamos escépticos. Ingrid se disculpó y salió detrás de él. Los demás nos quedamos en silencio en la habitación hasta que escuchamos un gritó de mi prima, un "Por favor". Salimos todos disparados del lugar y en el pasillo de aquel lugar se encontraban ambos, de cuclillas abrazándose uno a otro, llorando. Y ahí lo supimos todos, ellos dos no iban a dejarse o por lo menos no estaban interesados en hacerlo.

Sus dos abogados volvieron a la habitación y los tres que quedábamos, simplemente observábamos como dos personas se aman de verdad. Jos me miró y yo a él esbozando una sonrisa.

Después de las disculpas a los abogados y a nosotros, decidieron irse juntos y Alonso nos ofreció ir por unos tacos hasta que su nueva novia misteriosa le preguntó si podían salir hoy. A lo que su invitación terminó en un plantón.

–Debo ir por Regina, la dejé con mi hermana, ¿quieres venir?

–Me encantaría, pero Mateo se quedó con papá así que ya debería ir yo también por él.

Ambos los miramos. Fue un poco incómodo, no voy a mentir.

–¿Te parece que nuestro día de campo sea este sábado? Pasaré por ti y por Mateo a las 10 a.m.

–¿Es pregunta o...?

–No, se acaba de convertir en una afirmación. Hasta el sábado Mar.

Y sin más se alejó después de regalarme una de mis sonrisas favoritas, cuando está emocionado. Subí a mi coche y no pude evitar poner "para siempre" y cantarla a todo volumen. Una canción vieja pero realmente una que seguía poniéndome la piel chinita y con los sentimientos a flor de piel. Ya no quería seguir ocultando mis sentimientos más. Amaba a Jos y nunca dejé de hacerlo, solo quise poner mis sentimientos en una cajita y dejarlos ahí. Hoy quería sacarlos todos y gritarle a él y al mundo que lo amaba. Pero eso sería hasta dentro de tres días.