3.indicios de tristeza

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Tobe solo reía por el predicamento en el que se encontraba la azabache, después de lo que le dijo al oído

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Tobe solo reía por el predicamento en el que se encontraba la azabache, después de lo que le dijo al oído. Aunque era una suerte que los chefs no escucharas aquellas palabras, seguramente le cortarían el cuello con alguno de los cuchillos de la cocina. Sobo ligeramente su cuello, ante aquella idea.

Pucca por su parte, calmo el acelerado ritmo de su corazón, haciendo que la sangre dejara de hervir frenéticamente, como lo estaba haciendo y sus sonrojadas mejillas regresaban a su tonalidad natural, cosa que agradecía de su entrenamiento, acción la cual no pasó desapercibida ante el ninja.

Pucca se separó gentilmente del cálido pecho de su amado y camino sin ánimos hacia la cocina, Tobe quedo confundido sin entender lo que acaba de suceder, pero lo más probable en su razonamiento, es que haya hecho algo mal, o como podría explicar el cambio repentino en su amada. Y cuando se disponía a ir tras ella, lo interrumpieron.

—déjala Tobe, ha estado actuando algo extraño desde ayer. Pensamos que era porque llevaba 2 días sin verte, pero veo que nos hemos equivocado... Bueno, de cualquier modo, sabemos que tú te encargaras de ver qué es lo que le sucede. Pero por ahora déjala pensar un poco— el tío linguini, puso una cara preocupada.

Las acciones de la chica, los confundían, creían que Tobe la estaba haciendo sumamente feliz, después de todo, al fin tenía un amor correspondido, pero esa cara llena de tristeza los llevo a pensar, lo contrarió.

—no se preocupen— respondió Tobe. Puso su mano en su pecho, justo donde se encuentra su corazón y hablo con sinceridad —está mi honor como hombre y como ninja, que no haré sufrir a Pucca de ningún modo posible y siempre velaré porque sea feliz-

Los tíos se alegraron al escuchar las palabras dichas por el ninja de la x en el rostro —vamos Tobe, ahora siéntate, en un momento te traeremos la comida, para ti y para tus ninjas. Y unos especiales fideos ya-yang para nuestro sobrino favorito— ¿Bonita escena no?, pero los celos de Garu aumentaban a cada momento, que él observaba a la melosa pareja.


—¡sobrino favorito!, si como no... sandeces es lo único que sale de sus bocas... ¡tch! ¡Maldito Tobe!, hubiera sido mejor y más preferible que hubieses muerto en la guerra, como el perro obediente y sin talento que eres— Garu escupía mentalmente, cuanto odio podía representar en sus pensamientos. —con tu maldita llegada me quitaste todo, incluido el estúpido e inútil amor de Pucca, mi título de héroe también, la amistad del idiota de Abyo. Según era mi mejor amigo— pensando esto solo seguía observando como Tobe, los tíos de Pucca y los ninjas reían por su conversación, clavando su mirada llena de odio en Tobe y sin siquiera saberlo o notarlo una aura acecina salió de él.

—¡Tobe!, ¿te encuentras bien?— preguntaron los tíos, al darse cuenta de que de pronto su sonrisa había desaparecido.

—¡em...! ¡Di... discúlpenme!, no fue nada. Solo me quedé en mis pensamientos— así como su sonrisa se había apagado, regreso, pero esta vez con una emoción que hacía tiempo no sentía en sus entrañas.

El loto y el dragón. (tobecca)Where stories live. Discover now