16.- Ryu no kiba

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A la mañana siguiente, el grupo salió del campamento principal, muy temprano por la mañana, aún acompañados por el manto de la oscuridad. Algunos caminaban lento y otros iban al paso de su maestro, bostezando y renegando su suerte, pues la mañana era muy fría en comparación a otros días.

Mientras Tobe y su grupo avanzaban, una flecha paso silbando a centímetros de su oído. Justo cuando pensaba en lo cansado que se sentía, mientras su voluntad luchaba por no sentirse presa del sueño, y el dolor punzante que provocaban ambas quemaduras en sus manos. Sin mencionar que las horribles ampollas, no le permitían agarrar las cosas con facilidad.

Había tomado una mala decisión el día anterior, al exponer su cuerpo a tal fuerza, pero es un chico muy necio y obstinado, una cabeza dura que de cualquier modo lo hubiese hecho sin reflexionar mucho en las consecuencias.

—¡¡Tch!!. Y pensar que esa mañana tuve que pedirle a Yusuke, que me ayudará a vestirme, mientras Nero gustosamente me alimentaba— una verdadera vergüenza para él tener que depender de sus subordinados.

La voz profunda de un hombre mayor lo saco de su repentina miseria mental. —¡¡Oh!!, pero mira que tenemos aquí, un grupo de mocosos y dos simples soldados, trayendo nuestro pedido justo a tiempo— el hombre, salió de entre la protección de la espesura del bosque.

—¡Sr. podría dejarnos pasar en paz! ¡Por favor!— Tobe hablo, con una voz muy inocente, algo que a los soldados los dejo totalmente confundidos.

—¡¡mocoso!! ¡¿quién te crees tú para darme órdenes?!— su petición enojo al hombre.

—¡bien!— suspiro con cansancio —tendré que pedírtelo de una forma... menos civilizada— la molestia se instaló en su voz. Primero la falta de sueño, luego el punzante dolor en sus manos y ahora el jefe de los ladrones aparecían frente a él, definitivamente no estaba para juegos, ni en las mejores condiciones para pelear o defenderse.

El desconocido silbo y de diferentes direcciones, salieron 5 hombres rodeando la caravana. —¡¿eh y los demás?!— Exclamo sorprendido el líder, mientras una sonrisa de satisfacción se dibujaba en el rostro de Tobe. —¡bueno, no importa, mientras menos seamos, más botín para mí... solo dos guardias y cuatro mocosos, no son nada, de hecho... podrían servirnos, obtendríamos un dinero extra por llevarlos al mercado de esclavos!— exclamo divertido.

El resto de ladrones fácilmente noqueó a los guardias, que no opusieron mucha resistencia, y cuando se disponían a amagar a los niños, una horda de 30 mini ninjas apareció, golpeando a los cinco hombres que habían salido. Dejándolos inconscientes en el acto.

El líder de los ladrones se enojó, nunca se imaginó que fuese posible, ese cambió drástico de la situación y viendo detenidamente entre los árboles, buscando un mínimo rastro de sus demás subordinados, se encontró con sombras extrañas, colgando de las ramas de los árboles. Abrió sus ojos, sorprendido, cuerpos inconscientes, tal vez muertos, le daban un aspecto tétrico al paisaje. —¡¡estúpidos mocosos!!— blasfemo iracundo —¡¡me las pagarán!!— Tomo un arco y disparo contra Chief.

El loto y el dragón. (tobecca)Where stories live. Discover now